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Jadis y su gente quería más armas, y Tara conoció a un grupo cuando estuvo de viaje con Heath, uno de Alexandria que desapareció en ese mismo viaje.

Era un grupo solamente de mujeres, y según Tara nos contó fueron víctimas de Negan que tenían armas que nosotros necesitábamos. Lo sé, yo las conozco. Solían vivir en una escuela, sucedió cuando recién entré al Santuario. Nunca las vi en persona, pero sabía la historia.

Arat había asesinado al hermano de once años de una de ellas, luego mataron a todos los hombres de la comunidad frente a sus narices y ella lograron escapar desapareciendo por años. Me sorprendió cuando lo oí, pero me alegraba saber que ahora teníamos otra oportunidad.

Tara estaba enfadada conmigo, había discutido con ella en frente de todos cuando Rick armaba el plan para ir hacia allí:

—¿Sabías todo lo que Negan hacía y aún así te quedaste? —preguntó, cruzándose de brazos. Carraspee la garganta y la miré, mientras Rick me miraba a mí de manera penetrante.

—Tara... —intento detenerla Aaron, pero yo negué poniéndome de pie.

—Está bien, Aaron. —dije, y Tara se cruzó de brazos esperando una contestación de mi parte. Todos me miraron, y supe que era hora de decir todo como era— Al principio nadie me decía nada, simplemente salía y entraba camiones llenos de comida, creí que simplemente tenían suerte en las expediciones —me encogí de hombros— pero luego sospeché; Dwight me contó todo y me pidió ayuda, necesitaba unos medicamentos para una niña de allí, hablé con Negan y... —mis ojos se llenaron de lágrimas, me sentía avergonzada y decepcionada de mí misma de solo hablar sobre eso. Yo fui capaz de ser así, fui un monstruo como cada uno de ellos— hacía mi trabajo, luego él me comenzó a cargar los trabajos más difíciles, y cuando quise salirme me amenazó. Luego de un tiempo ya dejé de sentir culpa, dejé de oír a los familiares de las víctimas llorar, simplemente miraba a Negan, y temía que le hiciera daño a la gente que quería...

—A Dwight —supone Tara, bufando— el hijo de puta que asesinó a Denise. Increíble.

—Lo siento —contesto.

Y un silencio incómodo llenó la habitación. Que por suerte no duró mucho ya que Rick continuó explicando el plan que llevaríamos a cabo para poder hablar con las de Oceanside sin que nos ataquen.

Plan que estábamos haciendo ya mismo. Me tocaba ir por el lado izquierdo, con Jesús.

—¿Hiciste lo que te pedí? —pregunto, una vez que quedo sola con el castaño, refiriéndome a lo que le pedí horas atrás, y él asiente preparando su arma— Bien, gracias.

—¿Puedo preguntar por qué? Rick no estará de acuerdo cuando se entere—insiste, y suspiro mirándolo de reojo.

—Rick entenderá... solo tengo que hablar con él primero. —finalizo, y comienzo a oír las explosiones— ¿Estás listo?

—Hagámoslo.

—Levántense y no hagan nada estúpido —patee la puerta y levanté mi arma apuntando a las dos mujeres que se habían encerrado apenas las bombas comenzaron a oírse. Saqué las cuerdas de mi bolsillo y se las lancé— Tú, atáselas a ella —la mujer me hizo caso. Verifiqué que no las deje sueltas y luego Jesús ató a la que quedaba. Las empujé afuera y allí las llevé hasta el bosque donde las demás habían sido llevadas.

—Hicimos mucho ruido, hagamos esto rápido así pueden llevar gente a desviar la horda que probablemente ya viene hacia aquí. Tara dijo que sus bosques están despejados, pero no correremos riesgos. Nadie tiene que salir herido. Todo esto es solo por las cosas que ustedes tienen, y que nosotros necesitábamos.

Familia (Rick Grimes) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora