Familia (Rick Grimes) 1

12

Los caminantes rompieron las puertas y lograron entrar, como estaba previsto, pero colocamos un sillón grande en la escalera y así nos quedamos encerrados en la segunda planta. Rick y Michonne subieron a dos muertos y dieron aviso del nuevo plan.

Nos cubriríamos de su sangre y así no nos reconocerían. Y no era tan seguro, pero era la única opción. De todos modos ya había hecho eso antes, y había resultado bien.

Si no pueden olerte, tampoco pueden verte ni comerte.

No puedo evitar morder mi labio con nerviosismo y miedo, de que Morgan o Judith llore, de que nos reconozcan, de que nos rodeen...—Estaremos bien —susurra Carl, observando como su padre arrastra a un muerto hasta el centro de la habitación, y luego saca su machete. Miro a Carl y asiento rodeando mi brazo por detrás de su cuello hasta su hombro, y lo acerco a mí abrazándolo por los hombros.

Cada tanto Rick levanta su mirada y me mira, poniéndome aún más nerviosa.

—Iré por las mantas —nos pondríamos eso encima y sobre eso iría la sangre. Caminé por el pasillo hasta el cuarto de invitados, donde Jessie me dijo que estaba lo que necesitaba, y las saqué del armario, pero al darme la vuelta vi a Rick parado en el marco de la puerta.

—¿Estás lista? —pregunta, y con mi cabeza le respondo, negando levemente. Rick suspira y da unos pasos hasta mí, pero lo detengo levantando mi mano.

—No, Rick —hablo, y el castaño frunce el ceño— solo... no te me acerques. Ya tengo demasiados problemas en mi cabeza. Será lo mejor.

—¿De qué hablas? —pregunta confundido— ¿lo mejor para quién?

—¡Para mí! —exclamo, sin levantar el tono de voz. Lo que menos quería era que todos nos oyeran— Vienes y me abrazas, me dices cosas bonitas y me haces sentir... sentir...

—¿Sentir como? —insiste para que termine la oración, pero me es imposible. Que vergüenza, estoy haciendo una escena.

—Estás con Jessie, Rick... o con Michonne o con quién diablos estés —suspiro, calmándome— no es correcto lo que haces. Y lo siento si confundí las cosas. Yo no quería sentir esto, pero aquí estoy y...

No puedo terminar de hablar, ya que Rick toma mi rostro entre sus manos e impacta sus labios contra los míos, tomándome por sorpresa. Me cuesta unos segundos corresponder, y aunque no quiero, lo hago.

—No estoy con Jessie —murmura, separando sus labios de los míos, pero igualmente con las narices casi rozándose. Y sus manos en mi mejilla, dándome unas caricias con los pulgares, me hacen temblar. Abrazo las mantas entre mis brazos y suspiro admirando de cerca el rostro del hombre que me acaba de besar—. Quise convencerme que no pero... cuando te veo con mis hijos, como te llevas con Carl. Como me sonríes, como me miras. Me vuelves loco.

—Rick —intento hablar, sin saber que decir exactamente, pero él me interrumpe:

—Desde hace tiempo que solo puedo pensar en ti...—confiesa, y puedo escuchar mi corazón latir con tanta fuerza como nunca. Intento no sonreír, pero luego de unos instantes, lo hago.

Nunca me habían dicho cosas así. Abrí la boca para responder, pero un grito de llamado nos interrumpió. Estaban listos.

—Es hora de irnos—susurra apenado, con una mueca de lado. Me separo de él—, hablaremos de esto luego.

—Está bien —contesto, dispuesta a irme, pero Rick tira de mi mano volviendo a pegar nuestros cuerpos. No dice nada, pero baja su mirada a mis labios y esta vez soy yo la que decide dar el paso y juntar nuestros labios en un suave y dulce beso.