Familia (Rick Grimes) 1

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Dwight se despidió de Morgan y le dio una última caricia en su manito antes de darmela en brazos. Mientras lo hacía, noté la A tatuada en su muñeca. —No dejes que te asesinen. Ahora tienes una razón por la cual volver a casa.

—Haré las cosas bien, por ella. —asegura, y le creo. D me mira en silencio durante un rato y luego pregunta:— ¿Estás con Rick? —si hubiera tenido un vaso de agua probablemente le habría escupido todo en el rostro, pero en este caso solo pude levantar mis cejas y tartamudear como estúpida.

—Tal vez. —contesto rápidamente, encogiéndome de hombros, y D sonríe de lado.

—No olvides que fui tu mejor amigo, Amelia.

—Aún eres mi amigo —corrijo, y el rubio me abraza tomándome por sorpresa. Con mi mano libre rodeo su cuello con cuidado de no aplastar a Morgan en mi pecho. Nos separamos segundos después— Cuídate. Y gracias por haber leído la nota, no tenía fe en que la encontrarías.

—Voy todos los días allí. Es nuestro lugar —se encoge de hombros y se sube a su coche— ¿Amelia? —me llama—, lo siento.

—Está bien, D. Ahora solo importa ella —señalo a Morgan con mi cabeza. Y D asiente antes de irse de Alexandria.

Luego, cuando amanece nuevamente, viajo con Carl hasta Hilltop en un coche y dejamos a ambas bebés allí, era más seguro. Hoy irían los Salvadores, no podían estar ahí. Saludé y abracé a Maggie, de verdad la extrañaba; aún se me hacía extraño verla sin Glenn a su lado.

Jesús viajó con nosotros hasta su hogar, y luego se quedó ahí junto a Maggie, tal vez ayudarían hoy. Pero decidí no preguntar nada sobre el asunto, no quería presionarla sobre una decisión tan importante. Aunque sabía que Maggie tomaría la decisión correcta, me enorgullece verla siendo tan importante en aquella comunidad, tomará el puesto de líder. Estoy segura.

En el camino de vuelta a Alexandria sabía que se vendría una conversación sobre lo sucedido la noche anterior.

—¿Él es el padre de Morgan? —pregunta, rompiendo el silencio.

—Lo es. ¿Estás enojado porque lo traje a Alexandria? —no responde—, puedes decírmelo, lo entenderé. Siempre estaré para oírte Carl, ¿lo sabes?

—Lo sé, y no. No estoy enojado —contesta simplemente—, nadie lo está. Gracias a ti podremos prepararnos hoy, y tal vez ganemos.

—Pues tu padre parece estar enfadado. —respondo, y me arrepiento inmediatamente. No es algo que debería hablar con un adolescente, pero Maggie está lejos y Tara me odia últimamente, mientras que Rosita simplemente no escucha, parece estar programada para encontrar o planear formas de asesinar a Negan.

—Mi papá solo está celoso. —contesta, divertido, y lo miro sorprendida— ¿qué, no te diste cuenta? Quiere a Morgan como si fuera su hija, y te ama mucho a ti. Yo creo que está enojado con él por haber tenido tanto y no haberlo valorado —sonríe burlesco, y yo arrugo las cejas.

—Borra esa sonrisa de tu rostro, deberías dejar de burlarte de mí y comenzar a buscar maneras de conversar con Enid, de verdad que fue incómodo verte saludarla. Dios niño, tengo tanto por enseñarte.

—Oh, cállate —bufa él, y río con ambas manos en el volante. El resto el viaje se basa en conversaciones sin importancia, como por ejemplo el cómic que estaba leyendo esta semana. Llegamos a Alexandria y nos damos cuenta de que la gente de Jadis, del basural, ya estaban aquí.

Acababan de llegar.

Carl se va hacia otro lado y yo me bajo del coche dejándolo estacionado a un lado, me acerco a Rick, que observa a Jadis bajar del camión recolector de basura junto con otra de su gente y él se queda ahí parado. Miro a mi alrededor y noto que son muchísimos, más de lo que pensaba, llegaron aquí en bicicletas y camiones.