—Carl —llamé, abriendo la puerta con mis piernas temblando. No quise oír a nadie, solo quería saber si ellos tres estaban bien— ¡CARL! —volví a gritar, al borde del llanto. Dejé mi cuchillo sobre la mesa y corrí escaleras arriba, pero mis piernas no daban más, no tenía fuerzas.
—¡Amelia! —gritó el niño, apareciendo al final de las escaleras, cerré mis ojos aliviada y me dejé caer contra la pared, quedé sentada en uno de los escalones.
—Oh, gracias a... ¿estás bien? —cerré mis ojos durante un momento y respiré. Al abrirlos, volví a la realidad— ¿Y Morgan, y Judith?
Carl llega hasta donde yo estoy y toma mi mano ayudándome a ponerme de pie. Caminamos hasta mi habitación y ahí están ambas niñas, durmiendo en mi cama. Sonrío como puedo y vuelvo a sentarme en el suelo, recuperando el aliento— Estamos bien.
—Lo siento. No tendría que haberme ido —bajo mi cabeza intentando ocultar el llanto—, lo siento.
"—¡Que mala madre serás! Puta madre, pagaría por verte en acción. Tú no tienes lo que se necesita para cuidar a un mocoso. De eso estoy seguro"
Carl niega arrodillándose frente a mí y toma mi mano— Te dije que la cuidaría. Estamos bien, Amelia. Tranquila. Tuve que matar a uno de ellos —lo miro y me es imposible no abrazarlo. Aún me sorprende lo mucho que cambió desde que llegué aquí, recuerdo como desconfiaba de mí y ahora mismo esta familia es lo único que me importa, además de mi hija claro.
—Ven aquí —Carl corresponde inmediatamente, rodeándome con sus brazos. Nos quedamos así durante un momento hasta que decidí ponerme de pie. Ayudamos a limpiar un rato y luego estuvimos con Maggie un rato. Aun no habían noticias de Rick, y eso nos ponía aun mas nerivosos—, iré a buscar algo para comer.
—Está bien.
—Prepararé algo para los dos, ¿quieres? —sonreí, estando algo insegura por su respuesta. Carl asiente y luego hace una mueca—. Bien, ya vuelvo.
Salí de la casa y caminé lentamente, ya que mis pies dolían, hasta el garaje donde era el almacén de comida. Allí Olivia me comentó de que los caminantes del acantilado nos había alcanzado y ahora estábamos encerrados.
Eso me dejó aterrorizada.
—Tenemos que racionar la comida ahora... —Olivia intenta evitar que algunas personas que recién llegaron al almacén entren y saquen cantidades innecesarias, pero es inútil. Deanna llega caminando hacia nosotros, y tiene cara de muerta. Pobre mujer, perdió todo en menos de una semana.
—No puedo quedarme de brazos cruzados viendo como mi familia muere de hambre. Lo siento —dice un hombre, y entra sin permiso alguno. Miro de reojo a Deanna, la anciana parece desinteresada en el asunto, lo contrario a un líder cuerdo.
—Lo siento Olivia, pero no tiene sentido —dice otro, y todos pasan a tomar comida como si esto fuera un supermercado. Bufo y toco mi cinturón buscando mi cuchillo, pero recuerdo que lo dejé sobre la mesa.
"—El caos comienza así. De a poco, se va agrandando, de a poco... hasta tener el tamaño de tu puta madre. Ya saben las reglas, e igual las rompen.
Parada detrás de él, doy un paso hasta quedar al medio de la extensa ronda, uno de los trabajadores saca la plancha del fuego y me hace una seña. Trago saliva y me coloco los guantes.
—Una advertencia, está bien... somos humanos. ¿Dos advertencias? Pues tengas putas suertes para no recibir un disparo ahí mismo. ¿Pero tres advertencias? Nah, eso no existe. A partir de ahora será así. Una advertencia y un pequeño regalo de recuerdo. Amelia, haz los honores.

ESTÁS LEYENDO
Familia (Rick Grimes) 1
أدب الهواةAmelia llega a Alexandria con un bebé de mes y medio junto con pasado totalmente misterioso que Rick Grimes no cree que sea tan importante. Pero todo cambia cuando las cosas se complican en la comunidad, y algunos sentimientos salen al aire. Comien...