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Llegamos a Alexandria y ya era más de medianoche. Apenas bajamos del coche Rosita nos miró. Algo había sucedido. Y yo lo sabía.

—¿Y Sasha? —preguntó Jesús, pero ella simplemente me miró a mí.

—Está aquí. —trago saliva, y asiento comenzando a caminar a la par de ella. No me atrevía a mirar a Rick, no hasta que lo vea. Temía de cómo el grupo reaccionaría, o que tal vez vuelvan a confiar de mí.

Todas esas preguntas que estaban martillando mi cabeza se fueron cuando Rosita abrió la puerta de la celda y lo vi: parado frente a todos en silencio, y con la boca entreabierta. Miré su rostro y miles de recuerdos me impidieron hablar, el nudo en mi garganta era gigante.

Daryl, a mis espaldas, gruñó apenas lo vio y quiso lanzarse a él, pero fui más rápida y me giré colocando ambas manos en sus hombros. Soy lo único que se interpone entre él y el rubio a mis espaldas.

—Cálmate. Por favor —pido, con la voz rota, y Daryl me mira durante un mínimo segundo antes de volver su mirada penetrante a D.

—¿Qué hace él aquí? —pregunta Rick, mirando a Rosita. Ella me mira, y Jesús también.

—Yo lo llamé. —respondo, y todas las demás miradas se clavan en mí.

—¿De qué diablos hablas? —pregunta Daryl, interrumpiendo a lo que Rick iba a decir.

—Yo la ayudé —anuncia Jesús, parado al fondo.

Rosita se cruza de brazos —Y yo también.

—Le pedí a Jesús que dejara una nota en una cabaña cerca del Santuario. Pensé que no irías —miro a D, dirigiéndome a él, y luego vuelvo a mirar a mi grupo—, pero lo hizo. Luego Rosita fue a ese lugar y esperó a que él apareciera, cosa que hizo. Y aquí están.

—¿Por qué? —preguntó nuestro líder, con cierto resentimiento en su tono de voz— ¿sabes lo peligroso que fue esa estupidez, Amelia? Si Negan se entera de que Daryl estuvo aquí...

—No lo hará —le interrumpo—. Déjenme hablar con D, solo unos minutos. Por favor, luego le haces las preguntas que quieras.

—No.

—Confía en mí. —susurro, acercándome a él y tomando su mano. Rick aprieta los dientes y su mandíbula se marca debajo de sus mejillas— Por favor.

Niega —No te dejaré sola con él.

—Jamás le haría daño a ella. —dice el rubio detrás, y Rick lo mira fulminante. Le doy un apretón a su mano para que vuelva su vista a mí, y lo hace desconfiado.

—Se pueden quedar aquí afuera, en la puerta, por favor. Es necesario —volví a insistir, y esta vez Rick aceptó. Le hizo una seña a Daryl y a los demás y Tara bufó rodando sus ojos, claramente enfadada por la decisión de Rick. La comprendía, pero no podía dejar de lado a D... no a él.

Salen todos, pero antes de que Jesús lo haga también lo detengo:

—¿Puedes traerla? —pregunto, y él no comprende al principio, pero luego de unos instantes asiente una vez, y se va dejándonos solos.

—¿Qué es todo esto, Amelia? —lo miro, y tengo ganas de abrazarlo, pero en lugar de eso, me acerco e impacto la palma de mi mano contra su mejilla. Su rostro gira hacia un lado por el impacto y luego vuelve a mirarme, pero ni siquiera muestra sorpresa.

—¿Qué te han hecho? —pregunto, con los ojos llenos de lágrimas— No eres más que basura, como él. Asesinaste a Denise... era nuestra médica, era mi amiga y la novia de Tara.

Familia (Rick Grimes) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora