Sin "eso"

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Mi solitaria estancia en Shizuoka me ha servido para pensar sobre muchas cosas, pero hubo un día donde me puse duro de necesidad y con ganas de estar dentro de mi senpai, pero me llegó a la mente un reclamo cotidiano "Morinaga no te vengas en mi" solo recordarlo me dio mucha risa, porque claramente evoqué su rostro sacando chispas de enojado. Desde entonces quedó en mí esa duda, como él no puede ser muy claro con sus sentimientos me ha tocado ir descubriendo poco a poco lo que le gusta en la cama, quizá si le molesta que termine dentro, pero a mí no me gusta hacerlo afuera.

Es por eso que desde vine de visita a Nagoya, lo hemos hecho con condón, realmente no me agrada del todo pero es una forma para que senpai lo disfrute más y no se enoje tanto conmigo, pero creo que hay algo que no nos gusta de esto.

Cuando lo usé la primera vez , senpai no me vió cuando me lo puse pero sí que lo sintió , pues de su voz salió un "se siente extraño" pero igual continuamos.

Hoy estoy dispuesto a seducirlo de nueva cuenta, seis meses sin él ha sido una larga espera. Personalmente podría hacerlo todo el tiempo pero simplemente no se puede.

Lo veo en la cocina lavando unos cuantos trastes, me acerqué para abrazarlo por detrás.

-senpai - mi nariz empezó a jugar cerca de su oreja

- ¡oye, no te me acerques de esa forma!

- ay senpai,vamos, en seis meses no te había visto- mis brazos lo apretaron más y empecé a mordisquear su oreja.

-Mori cálmate, ya estás en celo otra vez.

Sus orejas empezaron a colorearse de rojo, eso es buena señal.

-es normal ponerse así cuando estas con la persona que amas- automáticamente mis manos iniciaron a rozar su miembro dormido.

- aaghh Mori - eso fue un claro jadeo, creo que casi tengo éxito.

- ¿cuál es el problema senpai? -ahora mis manos se metieron bajo su camisa, buscando sus pezones para pellizcarlos suavemente.

Sentí que echó su cabeza para atrás y de su boca salió un jadeo. Lo giré para tenerlo frente a frente, el agua de la llave seguía corriendo pero no me importó porque senpai ya estaba a mi merced.

-ya ves, no hay ningún problema, ambos queremos esto- lo lamí desde el nacimiento de la oreja hasta el bulto de su delicado cuello, esa bella manzana me excita siempre.

-uum Mori...No...

Cerré la llave de un manotazo y me llevé a senpai a mi habitación, fue un camino lento porque no paramos de besarnos en ningún momento.

-vamos senpai, ya es de noche - lo besé tan profundamente para que no le quedaran ganas de refutarme - de cualquier forma es hora de dormir.

Nos acostamos en mi cama, con mi plácida posición arriba de senpai, en donde tuve mejor acceso a su cuerpo, no tardé en quitarle la camisa azul marina.

-demonios senpai, ¿tienes una idea de lo bien que te ves con este color? - me gustó ver su colaboración para que le quitara dicha prenda.

-deja de decir estupideces

- tienes razón, mejor me vuelvo a concentrar- llevé mi boca a uno de sus pezones y con mi mano pellizcaba el otro.

Repetí ese procedimiento con el otro pezón, a estas alturas senpai estaba gimiendo de placer, sé que lo disfruta.

-senpai... - mis besos se trasladaron a su cara para quitar sus gafas y desatar el hilo de su cabello.

Amo ver su cabello desordenado cuando lo estamos haciendo, lentamente lo volteo para que pueda perderme en su espalda, me gusta ver cómo se marcan sus músculos, me gusta besarlos y mordisquearlos. Me gusta ver cuando su piel se sonroja con mi tacto, es tan sensible que a veces mis dedos quedan marcados por un corto tiempo, a veces le he dejado marca de algún beso intenso en la cadera.

Shots Shots ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora