Shots Shots Shots

Apapacho

Los fines de semana siempre me hacen ilusión.Para él cualquier día es igual. Fue muy tierno de su parte tomarse este sábado. Dijo que los chicos podían hacerse cargo solos.

Hoy no hay nada. Nada que hacer. Nada que limpiar. Nada que ordenar. Nada que cocinar. Nada que trabajar.

-¿Quieres salir?
- No tengo ganas.

Supongo que hoy es un día de hacer nada. Busco algo bueno en la televisión. Encuentro una película. Extiendo el sofá cama. Yo también quiero hacer nada. Busco cojines suaves, traigo algunas botanas.

- ¿Senpai quieres ver televisión?
- ¿Qué ves?
- Película.

Lo meditó por un momento y se unió a mi pequeña fiesta. Comimos y holgazaneamos grandemente. Empecé sentado pero en la mitad de la película poco a poco me fui escurriendo hasta quedar totalmente acostado en el sofá.

Senpai también sintió el mismo agotamiento, se acostó. Me puse de ladito para verle.

Hace calor. Estamos usando playeras de algodón, sin mangas. Aunque el aire acondicionado mantiene fresca la sala, sus mejillas están coloreadas de un leve bochorno.

Si me preguntas cuál es mi juego favorito, seguramente te respondería que es enrollar el cabello de mi Senpai en mis dedos.Eso hice mientras él estaba absorto en la pantalla. Como soy el único jugador, repetí mis rondas una y otra vez.

Me aburrí de ese juego. Ahora empiezo uno que le gusta a él. Rozar mis uñas suavemente sobre la piel de su brazo.

De arriba hacia abajo sobre su pálida piel. Sigue sin inmutarse. Sigo rascando muy suavemente. Es como si mis uñas le pidieran permiso a su suave piel. Mi permiso es concedido.

Me acerco más hasta cerrar el espacio entre los dos. El juego del rasca rasca sigue. Senpai ya está bostezando.Mis labios han estado tranquilos. Muevo mi boca hacia su hombro para darle pequeños besos. Piquitos, muy suaves y mudos.

-¿ Qué haces?- su acalorado rostro me miró con una risa macabra.

- Te estoy apapachando. Tú nunca me apapachas Senpai.

- No me dan ganas.

Acomodó su cuerpo justo como yo. De frente para mirarnos bien.

- Vamos Senpai. Quiero apapachos.

- Grrr. Eres una molestia siempre.

Souichi tomó una de mis mejillas y me la estiró a su antojo.

- ay...

Cerré mis ojos para disfrutar de sus estirones. Sentí que hizo lo mismo con mi otra mejilla.

-¿Te gusta?

- Claro. Me encanta, sigue.

- ¡jum!

La televisión pasó a segundo plano. Senpai ahora me picaba los ojos. Los abría , tocaba mis pestañas. Mi mano se fue moviendo hacia su cintura.

Senpai se aburrió de picarme y comenzó a pellizcar mi nariz de forma traviesa.

- ¿Y si jugamos a que te dejo sin respiración? Sería diabólico.

- Inténtalo.

Me apretó la nariz, suspendiendo todo asomo de oxígeno. Pasaron uno, dos, tres, cuatro y cinco segundos y me soltó para seguir picando mis ojos.

Mi mano se coló por debajo de la tela para jugar al rasca rasca con su espalda. Senpai se quedó quieto cuando lo acaricié así. Creo que lo relaja .