Hogar

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Me tenía acorralado entre las profundidades de la cama, entre mares de sábanas y ropa desalineada. Nuestros cuerpos urgían por unirse, aunque para mí es difícil reconocer que necesito de él, mis movimientos siempre hablan por mi cerebro. El muy maldito sabe de memoria mi lenguaje corporal.

Siento cómo mi piel se eriza con cada toque, mis dedos se aferran a su espalda. Tenerlo así es como un suplicio, solamente con su boca puede elevarme al cielo y regresarme un instante.

-Morinaga... ¿ Por qué... Aaah
-Por qué ¿qué?

Sus labios estaban danzando como poseídos sobre mis testículos, mis piernas estaban estirándose involuntariamente sobre sus hombros. Sus suaves manos acariciaban mi miembro con vigor.

Y mi cuerpo solo podía jadear y temblar.

-eres tan...aaah intenso?

Él detuvo todos sus movimientos y me miró como cuando las fieras acechan a su presa.

- Porque sé que te gusta- maldita sea su mirada, también puede estremecerme instantáneamente.

- Deja de decir estupideces- mi cuerpo delató mi urgencia cuando mis piernas se movieron sobre sus hombros.

- Seré tierno si tú lo quieres- lamió mi glande lentamente- o puedo ser paciente si tú lo quieres- repartió besos por mi abdomen y fue subiendo poco a poco.

-senpai, abre tu boca.

Maldición, qué carajo quiere ahora. Mejor que continué con lo que estaba haciendo.

- ¿Para qué?
- ábrela

Una de sus manos estaba acariciando mi pecho y lentamente siguió el camino hacia mi cuello.

- abre tu boca
- ¿Qué?
- ahora

Su voz suave pero dominante me hizo perder la razón y abrí mi boca, cuando lo hice metió sus dedos índice y medio a mi boca

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Su voz suave pero dominante me hizo perder la razón y abrí mi boca, cuando lo hice metió sus dedos índice y medio a mi boca.

- lámelos - y sin darme tiempo a pensar me empezó a masturbar muy lentamente. Perdido en esos movimientos gentiles mi mente solo se limitó a obedecer su petición.

Me deleite en el sabor y la textura de sus dedos, él los metía y los sacaba al mismo tiempo que me estimulaba con su otra mano

-aaah Mori...
- sigue senpai, es tan erótico.

¿Qué me pasa? No me entiendo

-NO MORINAGA , NO QUIERO

No sé por qué lo dije, esto no está bien, este no soy yo , he perdido el piso.

- ¿Qué?
-NO quiero
- ¿Qué hago con esto?

Señaló con ambas manos su erección, lucía un rostro molesto.

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