Aunque me negué con todo mi ser ante estas vacaciones debo reconocer que no me han desagrado para nada.
Morinaga y yo por lo general vamos a la villa solo para comer. A veces nos damos un paseo por la plaza.
Este hotel es como una isla...o una isla con hotel. El punto es que hay tantas actividades por hacer.
Por las mañanas me doy un paseo en solitario por la playa. También leo. Traje algunos libros que tanto deseaba leer.
La otra vez Morinaga y yo nos quedamos dormidos en la hamaca. En realidad debo confesar que hemos dormido mucho.
Nuestros trabajos nos exigen mucho. Él con sus viajes permanentes lo mantienen aún más cansado. Por más que le dije que nada malo pasaba si no regresaba, él de cualquier forma volvía cuando tenía oportunidad.
Sus estancias en Hamamatsu se prolongaban demasiado, tanto que me sentía extraño de tanta calma.
Pero estos días los hemos aprovechado para dormir, y mucho.
Anoche estuvimos presenciando un show en el restaurante de la villa. Comimos y bebimos hasta el hartazgo.
Cuando regresamos me tomé la libertad de ir a fumar a la orilla del mar a esas horas de la noche. No había nadie. Solo el mar , la luna , mi cigarro y yo.
Una calma indescriptible me invadió, pero no todo es eterno y cuando menos lo esperaba Tetsuhiro estaba sentado a lado de mi.
Esperamos ahí sentados no sé cuánto tiempo. A veces platicando a veces en silencio.
En medio de los efectos etílicos y el oleaje del mar , aquel estúpido me besó. Y no me negué, al contrario, sucumbi a su palabrería.
Me llevo de la mano hacia nuestra habitación, o casa, o departamento, o como mierdas se llame esta choza lujosa.
Cuando terminamos de hacer eso, simplemente caímos rendidos (para mi gran vergüenza) en los brazos del otro.
Con las cortinas suaves acariciando nuestras pieles debido a la brisa marina nos dormimos profundamente.
Tetsuhiro siempre es tan seguro en la cama. No siente pena ni vergüenza. El levantarme para mí siempre es incómodo pero agradezco que en ocasiones amanezco con ropa puesta.
Me desperté porque el vaivén de la cortina sobre mi cuerpo me parecía fastidioso.
Cerré las ventanas y opte por encender el aire acondicionado. Sentí sudor en mi cuerpo y en el de Morinaga. Seguimos durmiendo otro largo rato.
Cuando me levanté el bochorno de afuera no se comparaba con el de este momento.
Morinaga y yo estábamos totalmente desnudos , lo único que nos cubría era una delgada sábana blanca.
Maldición. Me levanté de mi ensoñación para confirmar mi desnudez. Sentí un sonrojo.
Morinaga yacía desparramado sobre la cama, con los brazos bajo la cabeza y las piernas abiertas. Su boca levemente abierta. La sábana lo cubría de la cintura para abajo.
Noté una mordida en su pecho. Maldita sea. Maldita sea. También unos rasguños en sus costillas. Maldita sea. Obviamente yo soy el causante.
Cuando mis ojos llegaron a su centro me avergoncé más. Una erección matutina sobresalía sobre la sábana. Maldito pervertido.
- Oye, pervertido. ¡Levántate!
-...
- Morinaga , despierta. ¡Ponte ropa!
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Shots Shots Shots
Fanfiction¡Bienvenido a mi mundo de los one shots! En cada capítulo comparto una idea de color, sabor y emoción diferentes. En este libro podrás leer a Tatsumi y Tetsuhiro en situaciones que he imaginado. 🌈🌻 Gracias por leer 🌻🌈 Los personajes son propied...