Ansiedad

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-Souichi senpai ¿Se siente bien?

- ...

- ¡Souichi senpai!

- ¡¿Eh?!

- Tatsumi senpai usted no se siente bien. Desde la tarde lo veo un poco distraído.

- Sí me siento bien. Imaginas cosas Tadokoro.

Es verdad, me siento un poco ansioso. No entiendo la razón.

- Tatsumi senpai, Tadokoro san tiene razón. Debe ser el cansancio. Estamos por terminar, solo nos falta esperar el resultado. Debería irse a casa.

- Miharu ¿Tú también?

Por todos los cielos. Estos dos se han vuelto muy sobreprotectores.

- No tiene buen aspecto. Esta semana se ha esforzado de más.

- Vamos Souichi senpai. Vaya a casa. Le mandaremos por correo el análisis.

- Ustedes, par de tontos...

Tal vez sí estoy un poco cansado. De repente todo se volvió oscuro y me relajé instantáneamente.

- ¡Senpai!

Me desvanecí por un instante.

-...pai!
-...pai!

Pasa el tiempo, o mejor dicho, se detiene el tiempo. Arrullado en una oscuridad desconocida, soy efímero.

Soy como una pluma, un peso muerto.

Me pregunto quién se atreve a tocarme. Alguien toca mi cara... su mano es desconocida. Su piel es extraña. Su urgencia es palpable.

-...pai!

Solo escucho voces...

- Miharu, llama a la enfermera.
- ¡Enseguida!

Más murmullos. Estoy tan cansado. Tengo sueño. Mucho sueño.

Llegó una mujer desconocida. Siento algo en el brazo que me apreta demasiado.

-Se le bajó la presión... chequemos la glucosa...

La mujer se fue, llegó otro tipo. Me llama por mi nombre.

- Tadokoro, yo me quedo a terminar esto. Ve con el profesor Fukushima.

- Regresaré por ti, Miharu.

Es verdad, esos dos son más cercanos.

Siento que voy andando. Siento cálido. Escucho los ruidos de la ciudad.
Tengo sueño.

Abro los ojos y veo mi edificio. Subo las escaleras medio dormido.

Estoy cansado.

- ¿Dónde estoy?

- Tatsumi Souichi, hijo. Nos diste un susto. Te trajimos a casa.

Me levanté de golpe para corroborar que en efecto estoy sentado en el mueble de mi casa.

- ¿Cómo llegué hasta aquí?

- Tadokoro san y yo te trajimos. Él por suerte sabe dónde vives.

- No se preocupe Tatsumi senpai. Creo que debes descansar.

- Souichi kun- me siento un niño cuando me dice así. Fukushima es muy respetuoso y afectuoso al mismo tiempo- Te prohíbo ir a trabajar mañana. Y pasado mañana.

- ¡Pero profesor...

- ¡Nada! Tus asistentes se harán cargo. Ellos están dispuestos a hacerlo por ti.

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