Prólogo

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La vida de Camila Horvat era completamente tranquila.

Bueno, tan tranquila como puede ser para alguien que se hace cargo de su casa, de la universidad y de su pequeña hermana. La verdad es que su vida era un caos total. Su madre había conseguido un buen trabajo siendo la asistente de vestuario de una banda de chicos que ella apenas conocía y por ende lo viajes no se había hecho esperar lo que la dejaba con Madison a tiempo completo. No es que se quejase, la paga era buena y ellas no se podían dar el lujo de dejar ir una oportunidad así, no cuando las facturas no dejaban de llegar a casa.

Desde la muerte de su padre se había dedicado a ayudar a su madre en todo lo que podía, a cuidar de Madison sin descuidar en el proceso sus estudios y tratar de tener una vida social normal como cualquier chica de su edad, cosa que ciertamente no lograba por más que lo intentaba y lo intentaba.

Pasaba horas en el ático de su casa observando y estudiando detenidamente los diseños que su madre había hecho. Los amaba a cada uno de ellos y lo que más ansiaba era ser tan buena como ella.

Camila tenía un talento innato y eso nadie lo podía negar.

—¿Camila?

—¿Qué es lo que pasa?

—¡Mamá ha vuelto!

—¿Qué? ¿Mamá volvió?

—Si...y luce un poco...extraña.

Camila se puso de pie de golpe y bajó tan rápido como sus piernas se lo permitieron hasta la sala de la casa donde encontró a su madre sentada sobre un sofá con la mirada perdida en la mesa central.

—¿Mamá? ¿Qué haces aquí? ¿Se terminó el tour de la banda? ¿Tienen vacaciones o algo así?

—No...el doctor lo llamó estrés y me aconsejó volver a casa un par de meses...Renato estuvo de acuerdo así que bueno...

—¿Qué? ¿Entonces ya no tienes trabajo?

—Sí. Justo ahora los chicos tienen una semana libre así que volvimos todos a Miami pero realmente esperaba contar contigo para que cuando esta semana termine viajes con ellos y seas tú quién me supla...

—¿Qué?¿Yo? ¿Suplirte?

—Eres muy capaz de hacerlo, Cami...te conozco como la palma de mi mano y sé que vas a hacerlo completamente bien...Renato ha dicho que estará más que encantado de recibirte así que...sólo tienes que suplirme durante el tiempo que ha indicado el doctor, cariño...nada más...

—Está bien, lo haré.

—Gracias, mi amor....estoy completamente segura que todo va a ir bien...

—Eso espero realmente, créeme...

(...)

—Camila; quita esa cara, por Dios...

—Estoy un poco nerviosa...

—Ya me di cuenta pero vamos, son sólo chicos...no van a comerte ni nada por el estilo...

—Lo sé. Es sólo que...no puedo evitarlo.

—Pues respira porque estamos a punto de verlos...

—¡Renato!

—¿Quién es ella?

—Chicos, les presento a Camila Horvat, es la hija de Marcelle y es su nueva asistente de vestuario...

—Camila, la chica del vestuario. Que lindo suena...

—¿Gracias?

—Bienvenida a esta familia disfuncional, Camila...

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¿A qué prólogo se parece esto? Yo sé que ustedes saben *inserte diablito morado*

¡Pues bienvenidisimas sean todas a la historia de Zabdila! Esto es algo que varias de ustedes me habían pedido desde hacía mucho tiempo pero por una cosa u otra no lo había hecho, lo había tenido como idea pero bueno, al final de cuentas no se dio hasta ahora.

Ya tuvimos la historia de Danpher, pues ahora vamos a tener la historia de Zabdila.

NO VA A SER UNA TRILOGIA, so, ni se emocionen. ¡Es único!

Pues ya se saben todos mis rollos mareadores haha así que ya saben, espero que disfruten leyendo, que se diviertan mucho y que les guste mucho, mucho, mucho porque está hecho con todo el amor del mundo.

Un beso enorme y nos leemos en el primer capítulo.

Con mucho amorts congeladisimo, Gloria, xx.

LA CHICA DEL VESTUARIO|ZABDIEL DE JESÚS|CNCO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora