Capitulo 23

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—¿gustarías acompañarme?— preguntó Arafat mientras salía del lavado.

Los últimas semanas Arafat a estado muy cerca de mi, sola no me a dejado, dia y noche nunca se a ido. Él no deja que mi depresión me hunda, a veces trata de platicar conmigo, consigue cosas que necesito y de vez en cuando trae consigo un regalo para mi.

Estaba acostada en la cama en posición fetal, alcé mi mirada ante su pregunta.

—va a gustarte, habrá calma y tranquilidad. Sé que no te gusta la bulla de la mansión— entre sus manos tomó mi ropa y la puso sobre la cómoda

—Esta bien— murmure con voz ronca

—Tómate tu tiempo, yo te esperaré afuera— me sonrió antes de salir de la habitación.

Era 1 de diciembre, el frío viento me hacía dar un respingo cuando chocaba contra mi. Después de la ducha caliente, sequé mi cabello y me deshice de las ondas con el alisador de cabello. Mi maquillaje fue totalmente natural y después me vesti con mis clásicos jeans oscuros, blusa de manga larga con cuello alto color gris, encima mi abrigo de felpas y por último mis cortas botas de ugg negras.

Tomé mi mochila Chanel, fue un regalo de mi padre en mi cumpleaños número 16. Salí de mi habitación y no encontré a Arafat así que supuse que estaba en el patio, bajé las escaleras y me dirigí a la cocina que estaba no más de 3 pasos de las escaleras.

—¡Estas loco Arafat, no puedes irte ahora!

—madre, ya lo decidí— habló en tono de autoridad

—La vida tiene que seguir, uno no se muere de depresión...

—¡Basta madre!— alzó la voz —solo te estoy avisando que llevaré a Skyler a otro lugar, no estoy pidiendo tu...

Giraron sus miradas hacia mi.

—Perdón por la interrupción...

—No te preocupes— me dijo Arafat —yo ya había terminado— le dirigió una mirada a su madre y después salió de la cocina

—Arafat no lo hagas, espera..— dijo su madre

—¿Estas lista?— me preguntó

—Si— murmure

Me quitó la mochila de la espalda y el la cargó de la aza corta, ambos caminamos hacia la entrada. Pidió que ignorara a la señora Megbel, afuera nos esperaba el Land Rover negro, me abrió la puerta de la camioneta y la cerró después de que me subí.

—¿A donde me estas llevando?— me pregunté cuando vi que se aparco en el estacionamiento del aeropuerto.

—Te lo dije, vamos a ir a un lugar en donde vas a estar mejor...

—Arafat, se que tu madre esta enojada...

—No quiero ir más ¿esta bien?

—Esta bien

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