Capítulo 97

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Al contar la noticia que me habían dicho por la llamada, mi madre, Sara incluso Franco no lo podían creer. Behati me rogaba que por favor fuéramos al funeral de su padre, tenía que pensarlo no podía aceptar sin pensar en todas las consecuencias. Aún que a mi si me hubiera gustado ir al funeral de mis padres...

Behati, tan pequeña y con un dolor tan grande aun que su padre era un pendejo -Que en paz descanse - ella lo quería y yo pues no lo odiaba, incluso le desee siempre lo mejor, aun lo apreciaba. Si ya con arriesgar a Behati era suficiente, no podía imaginar llevar a Cárter no podría ni pegar el ojo para dormir estando allá.

—Te traje algo para cenar— dije en voz baja estando de pie frente a Behati

—Vete, no tengo hambre..— susurro

—tus favoritos, tacos al pastor con extra cilantro y salsa verde— comenté con un poco de felicidad

—Apesta toda la sala a taco...— me miró

—Ya lo sé pero si no apestan entonces no están ricos— bromee

Lo pensó unos cuantos segundos, se quitó la frazada de encima y se sentó en el sofá.

—Entonces si— sonrió poco tiempo

En menos de media hora Behati, terminó de comer y aún que tenía puesta la película de Hércules en Netflix, solo se quedaba mirando hacia la nada. Entonces después de tocar el tema con Franco, decidí darle la noticia Bee.

—Iremos a Turquía, al funeral de tu padre— comenté

—¿Que pasará con Cárter?

—Tu abue lo podrá cuidar en lo que nos vamos, tu padre también está de acuerdo..

.....

Turquía, el país con el peor clima del mundo al menos en este pueblo. Ni bien aterriza amos cuando ya se sentía el calor y humedad del ambiente, y bien le dije a Bee no te traigas un suéter grueso porque te vas a derretir como una bolsa de hielos..pero bueno no era tiempo de pensar en eso.

—Tienes que irte— dijo la esbelta mujer que estaba en la entrada de la puerta

—Pues fijate que no nos vamos a ir, ya volamos como 20 horas para que mi hija pueda despedirse de su padre y ahora resulta que tu me dices que nos retiremos— Al llegar a la casa de mi antigua suegra la mujer de Arafat se puso como loca, estábamos discutiendo y yo ya era más mexicana que inglesa.

—Tu hija no fue ma única que perdió a alguien, además tu ni debes de estar aquí si ni eres nada de él

—Pues lo fui— me crucé de brazos

Ella me mostró su mano huesuda

—¡Lo ves!— lloró —Faltaba solo un día para que nos casaramos

Yo ya estaba pero si super enojada, mi bebé estaba detrás de mi sin saber lo que sucedía.

—Escucha lamento tu perdida, pero si nos disculpas mi hija y yo vamos a pasar...— Ella muy digna se hizo a un lado.

Todo era muy extraño, ni había nadie la casa estaba sola por completo ni estaban ni los padres de Arafat...nadie.

—¿Donde están todos?— me giré extrañada

—Pues...— dudo —Ya sabes, los padres de Arafat no resistieron y se fueron— se cruzó de brazos.

Ella nos llevó hasta la sala en donde señaló un caja, parecía normal nada fuera de lo común incluso era de un color café pero cuando algo es reciclado. Ella dijo que esas eran las cenizas de Arafat, Behati y yo nos mirabamos de vez en cuando. Algo aquí era muy extraño, esa mujer me daba escalofrios ademas al parecer por el aspecto de la casa los padres de Arafat se tuvieron que ir desde hace tiempo, ya no había nada de arreglos tribales ni olor a té de hierbas o especias, ahora todo era moderno todo había sido remodelado.

Los pasos de un hombre se hicieron presentes y yo giré con rapidez. Pero si era el hijo mayor de los Yilmaz, el pueblo enemigo de este. Lo reconocí de inmediato por la cicatriz que tenía en la frente y el cabello azabache.

—Pero si yo te conozco— entrecerro los ojos

—Hola de nuevo— Yo escondí a Behati atrás mio

—No puedo creer que seas tu, reconocería esa maraña de pelo pelirrojo en cualquier lugar

—Nos enteramos de que Arafat a muerto— trague saliva —No hay tiempo para hablar, solo vine con mi hija hasta aquí para que pudiera despedirse de su papá

—¿porque la prisa?

—Volveremos después...

Sostuve con fuerza a Behati y crucé la sala de estar con rapidez.

—Espera dejame hacer algo por ti, llamaré a un taxi para que las pueda llevar a su hotel

—No...no..de verdad muchas gracias

—Insisto...

Dude unos momentos

—Esta bien.

El taxi llegó y nos subimos lo más rápido que pudimos, me daba pavor seguir ahí, le di la dirección al taxi y el asintió. Bajé la cabeza para revisar mis mensajes en mi celular pero claro no soltaba a Bee por nada, aun que claro...para mi fueron solo unos segundos pero cuando me di cuenta íbamos por otro camino totalmente diferente.

—Disculpe, esta no es la dirección..— dije, el taxista ni se inmutó por mi comentario —DISCULPE, POR AQUÍ NO ES MI HOTEL...

—MEJOR CIERREN LA BOCA ANTES DE QUE LAS MATE

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