Capitulo 82

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La casa de Arafat era bonita, pero bueno si me preguntan, hace demasiado calor y mi sombrero no cubre mi rostro del todo, pues el sol era muy intenso. Al parecer este era el patio principal, al costado del camino había plantitas que al parecer estaban tratando de mantenerlas con vida..

—¿Que te parece?— se detuvo para preguntarme

Volví a dar un vistazo a la casa, 2 pisos, múltiples habitaciones y tenía un hermoso jardín, nada comparado con los plantas de la entrada, la piscina...si daba el visto bueno.

—Es linda— volví a dirigir mi mirada a él, me puse el cabello detrás de la oreja

No era nada a lo yo me imaginé, había visto unas fotos en Internet sobre este lugar pero...bueno peor es nada. Ni en ciudad de México teníamos este clima, estaba sudando y eso me hacía sentir incomoda, estaba hambrienta y los parpados ya me empezaban a pesar.

Estaba frente a los padres de mi papá, eran tan serios y me daban un poco de miedo, la abuela Megbel me observaba con sus ojos verdosos, los cuales se parecían mucho como a los que tenía el gato callejero que visitaba el jardín durante las noches, y el abuelo Ahmed se veía...mejor, tenía un bastón, y la mayoría de su cabello y vello de la cara ya eran de color blanco.

—Al fin podemos conocer a nuestra nieta— La voz de la abuela era como si tuviera asco, como si algo le desagradara.

—Mamá, ya hablamos de esto..

—Solo denle una habitación y ya, parece que vamos a tener que cuidar a la cría de una víbora..

Bajé la cabeza y supe a que se refería con la palabra cría y vibora. La abuela se fue, mi papá se fue tras ella, dejándome sola con el abuelo. Puso su mano sobre mi cabeza con suavidad y me sonrió luego la pasó sobre mis hombros.

—Nos da gusto que estés aquí, Behati. Personalmente quería conocerte hace mucho tiempo— a pesar de que el abuelo tenía semblante de mal humor y asco al mismo tiempo, me inspiró más confianza.

—¿la abuela no me quiere?— pregunté, porque de verdad me sentí mal..

—no le prestes atención, no sabe lo que dice

—A mi también me da gusto poder conocerlos, cuando vuelva a México me gustaría que es ustedes fueran a mi casa— murmure

—Será complicado pequeña pero haremos todo lo posible, ahora disculpame pero tengo que irme

—¿ahora?, pero... ¿Que haré aquí sola?

—los adultos tenemos cosas que hacer, pero Feriha te acompañara y te atenderá






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