Capítulo 59

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Las manos de Arafat se deslizaron por mi torso, su barbilla fue apoyada sobre mi hombro. Estaba sacando la ropa de la secadora cuando él comenzó a abrazarme por detrás.

—¿como estas?

—¿como quieres que esté?— pregunté con ironía y me solté de su agarre

Empecé a doblar la ropa y a ponerla sobre la cesta para llevarmela al cuarto de Behati y guardarla.

—Sky— dijo desganado

—Arafat, estoy cansada y me siento ansiosa— empecé a llorar bastante, —O sea no niego que mi hija es lo más hermoso que me ha pasado, pero esto es muy difícil...

—amor, voy a ayudarte...

—Es que no me entiendes— solloce —sigo aun adolorida, estoy sufriendo de depresión post parto y no puedo dormir bien...de solo pensar que pueden hacerle daño a mi bebé

—Te prometí que no dejaría a Behati en peligro, ahora vamos hacer algo pero primero calmate por favor— acarició mis brazos de arriba a abajo con suavidad

—Esta bien— me pasé los dedos debajo de los ojos para limpiar mi delineador corrido por mis lágrimas.

—Mi amor, mi vida....no se como decirte esto pero...tu...fuiste quien dijo que no necesitarías a alguien

—Lo sé Arafat, pero no puedo hacer todo yo sola— volví a sollozar

...

Estaba sentada en mi cama y tenía sobre mis piernas a mi bebé, tomaba sus manos y les daba pequeños besos, ella empezaba a reírse. Me había dado un baño de agua tibia, para calmar mis dolores que aún tenía por el parto.

Abrí los botones de mi camisón de seda para dormir y Behati se lamio sus pequeños y rosados labios al ver mi pecho. Ella agarraba el lóbulo de mi oreja para mientras comía, era una costumbre que Arafat también tuvo sw pequeño. Para mi, amamantar a mi pequeña era algo muy doloroso, a tal grado se que a veces ella mordía de más y hacia sangrar mi pezón de el cual estuviera comiendo, pero no había de otra...mi hija tenía que comer.

—Necesitas una toallita?— me preguntó Arafat preocupado

—Si por favor— asentí

El regresó con una toallita blanca y pude limpiar la leche materna, que escurría por las comisuras de los labios de Behati.

Arafat se metió a la cama con nosotras y se puso a mi lado, dejando que me recargara sobre su pecho. Él acariciaba los finos cabellitos que tenía Behati, ella no dejaba de mirarlo con atención.

—Me lastima..— susurre, y respiré hondo por el dolor.

—Deberíamos de empezar a darle fórmula, en caso de que ya no resistas el dolor.

...

3:26 am.

Los dolores de mis caderas se intensificaron más, me desperté soltando un leve quejido de dolor. Dejamos que Behati se quedara dormida con nosotros, en medio de nuestra cama.

Ay no, ahora debía de ir al baño. Me pasé una mano por mi frente y como pude me senté sobre la cama para después poner los pies sobre el suelo. Terminé de hacer mis necesidades y fui hasta la cocina a buscar mis píldoras para el dolor.

—¿Que sucede Mops?— pregunté, no sé a qué cosa le estaba gruñendo, me giré para ver qué sucedía y vi como claramente la sombra de un hombre pasaba por la puerta de la cocina.

El vaso se me resbaló de las manos.

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