Capítulo 68

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—emm, señora Luna ¿se encuentra bien?— preguntó la secretaria —Señora...Luna

—Disculpame Andrea...¿Podrías...podrias repetir el nombre por favor?

Asintió y volvió a buscar el nombre en la tableta que sostenía entre sus manos.

—Arafat Elyes— volvió a decir

—Gracias, por el momento no respondas a la petición del señor Elyes

—Esta bien, señora Luna. Me retiro, con permiso— dijo con amabilidad y se dirigió a la puerta

—Adelante— asintió

...

Intentaba concentrarme para ayudar a Behati en sus deberes, antes de irme a Berlín para el desfile de Miu Miu. Aún no podía creer lo que Andrea me acababa de avisa, durante la tarde noche, ¿Arafat pidiendo vernos?, ese tipo debe de estar demente...

Tengo miedo, después de todo lo que sufrimos mi hija y yo luego de separarme e irme de casa dejando todo atrás. No les voy a mentir, cuando llegamos a México no tenia absolutamente nada más que 20 euros en el bolso. El dinero de mi herencia aún no se liberaba, y por lo tanto no tenia dinero ni lugar donde dormir. Trabajé como una mesera, en una cantina de paso. ¿Exagerado? En lo absoluto fue lo único que pude conseguir de rápido para darle de comer a mi hija.

Mi hija...

Suspire.

—Mamá— llamó Behati

—¿si?— acaricie su cabello

—¿Papá y tu me quieren?— se giró para verme.

—Nosotros te amamos Behati— le besé la frente —Me parece que estarás feliz con la videollamada

...

Behati estaba muy entretenida con su padre hablando por la videollamada. Sabía que era tarde pero no podía esperar ni un segunda más, Franco no estaba de acuerdo en que volviera a ver a Arafat pero al final, aceptó.

—Disculpa por llamar tan tarde

—No sé preocupe señora Luna, ¿necesita algo?

—Por favor, confirma al señor Elyes nuestra cita.

—Claro, ¿algo más señora?

—Que sea después de que regrese de Berlín— le dije con rapidez, por supuesto que no iba a dejar que pensara que le quería ver a la primera hora en mi oficina.

—Si señora

—Gracias Andrea, que tengas una buena noche

Igualmente hasta luego.

...

Me encontraba en Berlín, los estilistas estaban dando sus toques finales a mi vestuario. Un abrigo de piel de zorro gris.

No me gustaba para nada esta idea, usar pieles de animales no me gusta incluso me hacía sentir culpable. Rozar mis dedos contra la piel me hacía sentir escalofríos..

—Aguarden— pare a los estilistas —No voy a salir con este abrigo, esto no estaba en el contrato..

—Llamaré a Lagerfeld..— dijo la chica muy indignada

Después de un exhaustiva discusión entre lagerfeld y yo, me dejó en claro que la modelo era yo y él es jefe.

Sin más decidí irme, ya tenía suficientes miles de dólares en mi bolsillo de las pasarelas. Al salir de donde era el desfile, de la nada un gran balde de pintura roja fue arrojada sobre mi.

—¡Asesina!— gritaron

Una gran manifestación de personas que estaban en contra del maltrato animal. Esto era humillante y vergonzoso, mi abrigo Dolce Gabbana estaba totalmente manchado. Esta noche tomaría mi vuelo de regreso a México, no pasaría ni un día más en Berlín. Después de todo no era la favorita de Lagerfeld.

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