Capítulo 61

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—¡Lo siento por haberme tardado!— dije cerrando la puerta principal, dejé las compras que hice en la mesa del comedor. —¿Jenna?— pregunté por su nombre mientras caminaba en el pasillo de la planta alta.

Me apresure a la habitación de Behati y abrí la puerta. En ese momento casi muero por la impresión, sentado en la mecedora a un lado de la ventana. Me observaba con detalle mientras cerraba el libro de cuentos.

—Aryan— susurre

—Tanto tiempo sin vernos— juntó ambas manos.

—¿Que haces aquí?

—Vine a terminar el trabajo que mi primo no pudo hacer— dijo despreocupado

Un quejido proveniente de la cuna en donde se encontraba Behati, llamó mi atención de inmediato.

—Alto ahí— se levantó y yo me detuve en seco. Mi bebé estaba a una poca distancia de mi y yo no puedo tomarla en brazos

—Vete, ¡vete ahora mismo!— le ordené

—Tu decides si lo hacemos fácil o difícil, de las dos maneras tu vas a venir conmigo...

Me apresure y tomé a Behati en mis brazos, Aryan me sujetó con fuerza los brazos. Protegía contra mi pecho a mi bebé, me pude ir de sus brazos y corrí hasta mi habitación en donde le puse el seguro a la puerta, después tomé mi teléfono y marqué el número de Arafat.

Aryan comenzó a forzar la puerta y Arafat no contestaba el teléfono. Maldije con todas las palabrotas que me sabía. La puerta fue dejada en paz, todo se sumió en un silencio sepulcral, luego escuché como el arma era cargada. Con sólo 20 segundos de diferencia entre la vida y la muerte, pude esconderme a un lado del tocador.

—¡Vamos a hacer esto difícil!— gritó

Envolví a Behati en colchas afelpadas y la puse de abajo de la cama, pensé que era un lugar segura para ella. Aryan logró entrar.

—Esta bien— dije con tranquilidad —Iré contigo pero por favor no le hagas daño a mi bebé...— suplique

—¿Me estas dando ordenes?

—No, te lo estoy suplicando— debido a mis desesperación empecé a derramar lágrimas

—Me gusta que supliques...

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