Capítulo 4: Todo lo valdrá.
- You were crying at the airport, when they finally closed the plane door I could barely hold it all inside. - continuó.
Mi cerebro estaba en un estado de shock que no me dejaba pensar. De todas las mil y una maneras en las que me imaginé un posible reencuentro, esta jamás estuvo entre las planeadas. Con mi mente todavía en blanco, y al mismo tiempo llenísima de pensamientos, giré mi cabeza hacia el escenario y ahí es donde todo me cayó encima.
Resplandecía mientras tocaba esa peculiar guitarra dibujada de mándalas y pequeños garabatos, y ni tenía nada que ver con el reflector que la apuntaba, brillaba porque era ella. Parecía que el tiempo no había pasado para ella, se veía joven y hermosa como siempre y a la vez se veía más adulta, no tan adolescente, más mujer. Las expresiones de su rostro mientras entonaba la letra de esa conmovedora canción le daban el toque íntimo al ambiente acompañada de su voz suave, como si te estuviera tocando y cantando solo a ti.
- Torn in two and I know shouldn't tell you but I just can't stop thinking of you, wherever you are, you, wherever you are. Every night I almost call you just to say it always will be you, wherever you are. - su voz, a pesar de ser apacible, se encontraba embargada de emociones, palpables en los gestos de su cara que mantenía en una mueca de dolor, con los ojos cerrados.
No sabía que me dolía más, verla ahí, después de tantos años o su expresión consternada. ¿Sobre quién cantaba? No puede cantar con tanta emoción sin que sea dedicado a alguien. ¿Sería sobre mi? No se si quiero saber la respuesta.
- I could fly a thousand oceans but there's nothing that compares to what we had. And so I'll walk alone, I wish I didn't have to be gone. Maybe you've already moved on but the truth is I don't want to know. - ¿cómo era posible que cante exactamente lo que yo sentía, en una canción?
Le daba vueltas en mi cabeza a sobre quién estaría hablando, no podía imaginarme a alguien más que a mi ¿es eso narcisista? No lo sé. Pero me sentía nublado por su belleza, que no había visto por cuatro años y seguía siendo igual de arrolladora. Su largo cabello caía en sus ondas habituales y se notaba que su rostro portaba su atractivo y delicadeza natural, sin mucho maquillaje. Venía vestida totalmente de negro, ese maldito color que me gustaba tanto en ella, que la hacía ver tan sensual, y ese vestido ajustado y esas botas altas no eran la excepción.
Pero había algo que resaltaba entre todo ese negro, como un pop de color. Una chaqueta de futbol americano color blanca y roja le daban el toque informal que la hacía ver fresca, juvenil. Pero no era cualquier chaqueta de fútbol americano.
Era mi chaqueta de fútbol americano.
Esa que que le di un día después de un partido cuando tenía frío, y que nunca me fue devuelta. Muchas veces pensé sobre ella y supuse que la había guardado bien en el fondo de un armario que no abría, o incluso que la haya quemado. Pero no, aquí estaba, la tenía puesta, la chaqueta con mi apellido grabado en la espalda, después de todos estos años.
- You can say we'll be together some day. Nothing lasts forever, nothing stays the same. So why can't I stop feeling this way? - la conmoción no abandonaba su ser.
No podía dejar de mirarla, no podía creer que después de cuatro malditos años la tenía enfrente mío. ¿Sabría ella que yo estaba aquí? ¿Sabría que me estaba muriendo por dentro?
No podía saber que estaba aquí, no había abierto sus ojos en toda la canción, y cuando lo hacía se limitaba a mirar su guitarra. ¿Por qué no miraba? ¿Por qué no me miraba?
¿Qué diablos estaba haciendo? Tengo novia maldita sea.
Una a la que no quieres, imbecil.
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Siempre, Liam. (Promises #2)
ChickLitSegundo libro de la dúologia "Promises" Scarlett Elle Carter ya no es la chica de 17 años de toda novela Wattpad. Ahora es la chica de veintiún años de toda novela Wattpad, sarcástica, graciosa, inteligente, no popular y ridículamente hermosa. Liam...