Capítulo 25: Una chica de veintidós años.

4.5K 176 11
                                    

Capítulo 25: Una chica de veintidós años

El cumpleaños de Scarlett caía en lunes, lo cual por supuesto solía ser bastante deprimente, pero como este no lo pasaría trabajando, no parecía lunes. Habíamos decidido no celebrarlo hasta el fin de semana, donde haríamos un pequeño roadtrip a Santa Monica y lo festejaríamos con amigos y familia, además de ser la primera vez que volveríamos como pareja de nuevo. Pero no dejaría que el real día de su cumpleaños pasara desapercibido.

A las seis y veinte sonó mi despertador, el cual solo me despertó a mi, porque Scarlett estaba en el décimo quinto sueño como siempre. No pude evitar tomarle una foto por lo tierna que se veía, con su pelo todo revuelto en un rodete despeinado y sus labios semi abiertos que adornaban el increíble contraste de su piel morena y oscuro cabello superpuesto a mis sabanas blancas. Me quedaría mil años más aquí, simplemente viéndola dormir, por más cursi que suene; porque ella me hacía eso, me hacía querer ser una bola de azúcar y ternura y no había vuelta atrás.

Tras una última mirada, y un beso en su frente reuní fuerzas para salir de la cama y entrar a la ducha. Mi primer mini regalo del día sería dejar su desayuno hecho, por lo que además de mi desayuno saludable de frutas y cereales, me tomé el tiempo de hacer unos hotcakes y ponerle sobre estos chocolate y frutillas como sabía que le gustaban. Agregué también un poco de dulce de leche que me quedaba de lo que me había traído mi abuela en uno de sus viajes a Argentina, porque sabía que la volvía loca y probablemente no lo haya comido en mucho tiempo. Puse todo en una bandeja junto a una buena taza de café con tres cucharadas de azúcar y lo dejé en mi lado de la cama.

Ya llegando prácticamente con los minutos contados, tuve que obligarme a salir del departamento y conducir hasta la oficina. Saldría a las dos de la tarde, por lo que tenía un largo rato aquí sentado, por suerte al tener un puesto algo elevado había muchísimo trabajo y pude distraerme. A las diez de la mañana, imaginé que ya se habría levantado y una notificación de mensaje en la pantalla de mi celular lo confirmo. Al abrir el chat, una foto de una Scar somnolienta y una sonrisa enorme mientras llevaba con un tenedor un pedazo de hotcake hacia su boca iluminó todo mi teléfono. Como descripción, solo había escrito "te amo", pero simplemente su carita me hizo sonreír.

Luego de contestarle, me enfoque (muy a mi pesar) nuevamente en mi trabajo. Había decidido que hoy no iría al gimnasio ni practicaría con el equipo, ganándome muchas burlas de mis compañeros y coach cuando se los comuniqué por ser un cursi, pero intentaría pasar toda la tarde con ella. Sabía que los próximos días tendría que volver a mi rutina súper atareada hasta el fin de semana, así que por un día quise hacer algo especial.

- Liam, ¿tienes un minuto? - mi jefe apareció a través de la puerta de mi oficina.

- Por supuesto, señor Cook. ¿Qué pasa? - me alejé un poco de mi escritorio.

- No se si es un poco apresurado para hablar de esto, pero en cuatro meses te graduarás y sabes que tienes tu puesto esperándote en New York - comenzó -. Por supuesto que mis socios confían en mi, pero les gustaría que vayas de pasante por lo menos dos semanas antes de moverte allí definitivamente. La idea es que dejes todo listo para instalarte en cuanto te gradúes y que ellos también puedan verte en acción.

- No hay ningún problema, señor. Usted dígame cuando e iré, tendré que ver cómo hago para recuperar las clases de universidad de esos días pero quizá pueda tomarlas online.

Esta oportunidad no era algo que se negociara, si los grandes jefes decían que debía ir, tenía que ir. Por más confianza que tenía en mis habilidades y conocimientos, no soy ingenuo y sabía que un paso en falso significaría el final de todo aquel gran sueño, tendría a superiores respirándome en la nuca constantemente buscando el primer mini error que pudiera cometer, estaba consciente y preparado para ello. Me serviría para comenzar a habituarme, además, y conocer el ambiente en el que pasaría si no era toda mi vida, por lo menos los próximos años de ella.

Siempre, Liam. (Promises #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora