Capítulo 41: ¿Eres feliz?

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Capítulo 41: ¿Eres feliz?

- Estuve pensando acerca de la boda - anunció Scarlett.

Sábado por la tarde, ambos nos encontrábamos ocupados cada quien en distintos tópicos: Scar estudiaba y realizaba trabajos para la facultad mientras yo llenaba formularios de recursos humanos, después de también haber estado preparando trabajos finales. Habíamos decidido tomarnos un pequeño break, preparar café y sentarnos en el sillón blanco frente a las grandes ventanas que mostraban la ciudad de Nueva York para alejarnos de la desbordada mesa de la cocina que se encontraba atiborrada de papeles y carpetas.

- Por supuesto será en Palo Alto, no haremos que toda nuestra familia se mueva. Y no quiero que sea grande.

- Pero...

- Por un segundo deja al señor magnate millonario de lado, por favor - sonrió irónica -. Quiero que sea pequeña no porque no podamos pagar una gran boda, sino porque quiero que sea íntima. No quiero gente allí que realmente no signifique nada para mi o que sean sólo de relleno. Solo necesitamos a la gente que en realidad importa, y esos no son más de cien estoy segura; además prefiero no gastar tanto dinero en cosas que no lo valen y quizá con eso podríamos ahorrar para comprar una casa en un futuro o para nuestra luna de miel, no es necesario tirarlo todo por la borda.

Se veía muy tierna diciendo aquello, que se notaba que realmente lo sentía. Parecía tan pequeña en su gran hoodie de la universidad de Stanford que solía pertenecerme y su oscuro cabello en un moño, estaba tan hogareña, tan familiar y aquella fue una sensación que me dio calor en el pecho.

- Estoy de acuerdo. Pero, quiero estar tan involucrado en el planeamiento como lo estes tu, y si nos gusta algo lo haremos, ¿si?

- Por supuesto - una enorme sonrisa genuina se formó en su rostro -. Me alegra que quieras estar involucrado porque sola me daría un ataque y probablemente no terminaría haciendo nada.

- Lo sé, no te dejaría sola en eso por el bien de los invitados - reímos -. Tiene que ser en la playa.

- ¿Hay otra manera de casarse en Santa Monica? - ironizó -. Podemos planearla para septiembre, que seguirá haciendo calor pero no nos derretiremos.

Parecía casi surreal que estemos siquiera pensando en nuestra boda, pero así era. Muchos pensarán que veintidós años es muy joven para casarse, y honestamente en muchos casos lo es, pero para mi siempre había sido Scarlett, y estaba seguro que siempre lo sería, una boda era simplemente ponerle un título legal a algo que yo ya sentía: que estaremos juntos para toda la vida. Quizá sea parte de mi enamoramiento que no me deje abrir los ojos, pero ambos habíamos pasado por mucho altibajos como pareja e incluso estuvimos separados por más de tres años y ninguno pudo rehacer su vida, siempre fue ella para mi y yo para ella; con un antecedente así, ¿que podría salir mal?

Nuestro pequeño descanso de la universidad se había transformado en uno de casi dos horas, ya que nos emocionamos hablando sobre la boda. No era algo que fuera la prioridad de ninguno de los dos, pero si era algo bonito de planear, de pensar a nuestras familias disfrutando y de tener un día para nosotros.

- Voy a obligarte a cantar, es un hecho - le avisé.

- Y yo voy a obligarte a ti. De hecho, hace mucho que no me cantas.

- Quizá tendrás que esperar a ese día para que te cante.

- Liam... - me dedicó un puchero.

- Tenemos que volver a estudiar.

- Esta noche duermes en el sillón - decidió, levantándose para volver a la mesa.

- Es mi departamento.

- Y yo soy la que toma las decisiones.

Antes de que pudiera responder, Queen of Hearts de We The Kings comenzó a sonar desde su teléfono dándome a entender que la conversación estaba cerrada y debíamos volver a nuestros trabajos. Tan solo me faltaba un mes para graduarme, y a pesar de eso, todas mis tareas y exámenes eran bastante relajados; quizá tenga que ver con las clases extra que he tomado, o algunas evaluaciones que adelante porque sabía que me quitarían estrés en estas últimas semanas.

Mi primera semana en mi futura oficina había sido casi ideal, sacando el hecho de la incomodidad que sentía por parte de Stacy, que en realidad no había sido una gran molestia porque aunque se acercaba rápidamente buscaba la manera de desviar los temas de conversación para que sean más globales y se puedan incluir a más personas. Mi futuro jefe, contra todas las probabilidades que había imaginado, no era tan terrible; sí, los primeros días me tuvo muy controlado y casi podía sentir su respiración en el cuello metiéndome presión, pero ya para el tercer día parecía haber entrado en confianza conmigo y comenzó a tener actitudes amistosas y a preguntarme sobre Scarlett, por ejemplo.

Sin embargo, algo que me preocupaba era Scarlett, porque por más veces que me aseguraba que estaba perfectamente bien, podía verlo en su cara: no lo estaba. Extrañaba a su hermano, como es lógico, y toda su familia se encuentra en stand-by esperando por una reacción de Aarón el cual parecía haberse borrado de la existencia. Si a eso le agregamos su reciente desempleo, toda su vida se había descarrilado en muy poco tiempo, siendo yo y su carrera lo único que persistían igual, tal vez por eso estaba tan preocupada por la universidad y se la pasaba estudiando. Quería hacer algo para ayudarla, pero no había mucho para realizar realmente más que estar a su lado.

Esa noche, luego de que Scarlett me haha perdonado por no querer cantarle, terminamos viendo una horrorosa película de moda en Netflix que suponía ser una comedia romántica, ¿por qué la elegimos? Ninguno tiene idea, es más, ambos odiamos este tipo de películas por lo cual se convirtió en una hora y media de criticar el film. Sin embargo, había sido divertido y más porque hubo chocolate de por medio.

Era tarde, y más para nosotros que somos considerados los más ancianos, y sabíamos que debíamos ir a dormir pero ninguno quería abandonar la comodidad del sofá. Desde este punto, podíamos ver de frente a la luminosa ciudad de Nueva York que parecía siempre estar encendida sin importar el horario, y que disfrutábamos desde el comfort de los brazos del otro y una manta. Mis dedos recorrían el brazo de Scarlett que se encontraba cruzado por sobre mi pecho sobre el que estaba acostada mientras los taxis pasaban.

- Finalmente se cumplirá tu sueño de vivir en la Gran Ciudad.

- Mi sueño nunca fue estar aquí, si no ser grande, importante, romper esquemas; estar aquí es simplemente un símbolo de todo eso.

- ¿Eres feliz?

Su pregunta me tomó por sorpresa y por un momento lo pensé, concentrándome en el sentimiento de sus piernas desnudas sobre las mías, su suave tacto, y la familiar sensación de opresión por el peso en el pecho que desprendía su cuerpo, pero que lejos de ser incómodo era algo natural y conocido. Realmente, ¿qué era la felicidad? No es un sentimiento, sino una colección de momentos que generan esa emoción por lo que respondí:

- Sí, en este momento soy muy feliz.

El pequeño cuerpo de Scarlett se acurrucó un poco más al mío y estaba por tomar la decisión de no abandonar el sofá y pasar una incómoda noche en él, cuando mi teléfono sonó. Nos desconcertó debido a la hora, y en un primer momento también nos sobresaltó aquel estruendoso ruido. El nombre "Ty" podía leerse en la pantalla, no dude en contestar.

- Ty.

- Liam - su voz sonaba apurada -. ¿Te desperté?

- No realmente, estábamos por irnos a dormir - miré nuestras manos entrelazadas -. ¿Pasó algo?

Todo se encontraba en silencio, y mi prometida estaba lo bastante cerca para escuchar lo que hablábamos, por lo que al escuchar la nerviosa voz de mi amigo, sus ojos de clavaron en los míos y agudizó el oído.

- Bien, no se muy bien como decirles esto así que lo diré rápido y sin compasión: Tayce está internada de alto riesgo, con muchas probabilidades de perder el bebé.

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-S.

Siempre, Liam. (Promises #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora