Siempre, Liam. (Promises #2)

Capítulo 35: Hasta la última.

Capítulo 35: Hasta la última.

Jay había sido mi gran cómplice para meter a Scarlett en el avión sin que sepa a donde nos dirigíamos. ¿Cómo lo hizo? No tengo mucha idea, simplemente se que la mantuvo incapaz de descifrar nuestro destino por ningún medio hasta Miami, donde yo la estaría esperando en nuestro vuelo conexión y comenzaría mi responsabilidad de que no tenga idea de que viajaríamos a las Bahamas.

A las siete y media de la mañana, luego de un pequeño vuelo desde Palo Alto, me encontraba en el aeropuerto de Miami esperando a que el vuelo desde Virginia aterrizara. Era un lugar amplio, pulcro e iluminado, con muchas ventanas que destilaban la increíble vista de la ciudad de Miami llena de palmeras y rascacielos de vidrio. Un día soleado, como solía serlo en aquella parte de los Estados Unidos, y mucha gente comenzando a disfrutar su spring break conduciendo en autos de alta gama, desvalijando sus tarjetas de créditos en los lujosos malls y recorriendo las costas.

Una mata de pelo lleno de rizos marrones en un alto cuerpo llamó mi atención, ese sin dudas era Jay. Gracias a Dios venia con el, pues con la altura de Scarlett hubiese tardado años en encontrarla (no le digan que dije eso). Se dirigían hacia mi, y una sonrisa pícara pero cansada se dibujaba en la cara del chico, vestido en unos jeans mega ajustados, que deben haber sido incomodísimos durante el vuelo, y una simple remera roja.

Un poco más atrás, y con cara de estar quejándose de algo con su amigo, apareció en mi campo de visión mi novia. Unos sweatpants grises cubrían sus interminables piernas, con la leyenda "Purpose Tour" en color negro en uno de sus muslos; porque si había algo que tenía en claro era que Scarlett estaba enamorada de mi, pero jamás llegaría a amarme como a Justin Bieber.

Un top negro y unas zapatillas converse del mismo color completaban el look accesorizado por su valija de tamaño mediano roja y un moño desenfadado en su cabello con su rostro limpio y fresco. Caminaba a paso fuerte, aunque se veía cansada probablemente porque había dormido en el vuelo y acababa de ser despertada; y yo sabía lo que eso significaba: problemas. Jamás una Scarlett recién levantaba era sinónimo de otra cosa que no sea malhumor, que desencadenaban en por lo menos una hora de enfado y contestaciones sarcásticas e irónicas (mas de lo normal).

Salude rápidamente a Jay cuando llegó hacia donde estaba y su cara me lo decía todo.

- Desde ahora, es tu problema. Buena suerte.

Dándome una última mirada de lástima, se marchó para disfrutar de su primer día en Miami, donde pasaría sus mini vacaciones. Susurré un último saludo en su dirección, aunque probablemente no haya sido capaz de oírme de lo rápido que huyó, y enfrente mi destino inmediato: una Scarlett enojada a dos simples pasos de distancia.

- Buenos días, hermosa.

- Cierra la maldita boca, Finnegan.

La espera en la conexión no había sido muy larga, y en una hora y media ya nos encontrábamos embarcando. El feroz malhumor de mi novia se había calmado un poco, debido al capuccino y la torta de oreo que me vi obligado a comprarle para que no me sacara los ojos con una cuchara, y había simplemente disminuido a hablarme solo cuando era necesario e ignorarme el resto del tiempo, una gran mejora.

Por supuesto, que le tocó un novio que por las mañanas es activo, y en general es bastante cursi, por lo que, si bien con precaución de no estallar la ira de Scarlett Carter, la abrazaba y le contaba cosas, o simplemente comentaba detalles mientras solo recibía gruñidos y sonidos desanimados de su parte. Era suficiente para mi.

- ¿Me dirás a donde iremos? Estamos por embarcar - insistió.

- Deberías intentar convencerme.