Capítulo 16: ¿Volviste a ver a la famosa Scarlett?

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Capítulo 16: ¿Volviste a ver a la famosa Scarlett?

Despertar solo en mi apartamento parecía algo totalmente ajeno a la rutina que había adoptado últimamente. Incluso me sorprendí cuando en mis blancuzcas sabanas solo se encontraba mi cuerpo, o bajo mi brazo solo había una almohada en donde las últimas semanas había un delgado cuerpo. Toda mi confusión fue aplacada cuando como un diluvio de verano los recuerdos del día anterior cayeron sobre mi.

Estoy soltero.

Ni siquiera había reparado en que me había levantado antes de que mi alarma para la universidad sonara, pero American Idiot de Green Day me lo recordó. Dirán que es algo fuerte para despertarse, pero solo el rock podría hacerme salir de la cama, y más a las cinco y media de la mañana. De otra manera, mi única banda sonora serían violines de lo triste que es levantarse a esta hora.

Mi apartamento de Palo Alto era considerablemente más grande que el de Santa Monica, considerando que este lo había comprado con un sueldo bastante bueno y estabilidad económica y el otro había sido una compra compulsiva , aunque felicito al Liam adolescente por hacer una increíble inversión. Tenía un aire moderno, decorado con colores negros, blancos y grises, con algún que otro toque de color en rojo, verde o azul, no particularmente porque este fuera mi tipo de decoración favorita, sino porque intuí que era aquella que más pegaba con el espacio. No tenía esa atmósfera hogareña y familiar que caracterizaba a aquel que se encontraba en Santa Monica, y probablemente se debía a que ese había sido diseñado y ornamentado con la ayuda de Scarlett, y mi actual vivienda fue adornada vagamente.

El café se encontraba previamente preparado, comprar una cafetera automatizada fue una de las mejores compras que hice jamás, y me dio el subidón de energía justo que necesitaba para poder afrontar este día. Nunca había sido muy complicado con el desayuno, pero si me gustaba comer mucho y saludable, porque considero que es la comida que me sostendrá durante la jornada. Por esta razón unas tostadas con huevos revueltos encima y un mix de frutas, acompañado de mi buen café negro parecían un banquete preparado por un chef.

No estaba muy emocionado por volver a las clases, por obvias razones, pero pensar que cada día era un día menos de los seis meses que me quedaban en mi universidad soñada me ayudaba a sopesarlo. Con mi bolso, que contenía la ropa con la que más tarde iría al gimnasio además de mi comida y por supuesto mis libros y cuaderno, salí saludando al portero que cuidaba los departamentos.

- Que tenga un buen día señor Finnegan. - el anciano hombre me regaló una sonrisa cortés

- Otra vez, dime Liam por favor, parece todo muy formal. Buen día para ti también, Ralph.

Mi auto perfectamente estacionado en la cochera arrancó y lo dirigí hacia la agobiante avenida principal de Palo Alto donde las bocinas y palabras no tan amables ya resonaban entre aquellos que tenían prisa para llegar al trabajo o a dejar a sus hijos en las escuelas, casi tan alto que era capaz de tapar a The Neighbourhood saliendo de los altavoces con Sweater Weather.

-These hearts adore every other beat the other one beats for... - tarareé al tiempo que la gran verja de Stanford se materializaba en mi camino.

Estacioné mi automóvil y me moví con rapidez para tomar mis cosas y llegar al aula cuando esta todavía se encontraba casi vacía. Me gustaba ser uno de los primeros para poder elegir un buen lugar adelante, y esta vez no fue la excepción. Aproveché el tiempo extra para terminar un libro que debía finalizar como tarea para la semana que viene, siempre me parece mucho más interesante leer que asistir a las clases sobre un tema, pero supongo que es necesario.

- ¿Cómo demonios ya terminas ese libro? Tiene como setecientas páginas y es súper aburrido. - dijo, en forma de saludo, uno de los pocos amigos que tengo aquí, Dustin, sentándose a mi lado.

Siempre, Liam. (Promises #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora