Capítulo 33: El tiempo de acaba, Liam.
- Liam, ¿tienes cinco minutos? - me preguntó mi jefe.
- Por supuesto, señor. ¿Quiere pasar a mi oficina?
Señalando con mi mano, lo invité a pasar. El señor Cook, vestido con su traje impecable de primera marca se adentró a aquel espacio que me pertenecería por un par de meses más, con una sonrisa amable plantada en su rostro ya algo envejecido y resaltado por el gel de su oscuro cabello (qué, sin embargo, daba la apariencia de estar sufriendo con las primeras canas). Se sentó en la silla al otro lado de la mía y quedamos separados por un simple escritorio de vidrio lleno de papeles.
La mirada del señor se fijó en la foto que se iluminó como fondo de bloqueo de mi teléfono al llegarme una notificación, y no pudo evitar sonreír. Era una foto de Scarlett, como no, que yo mismo había tomado: la había obligado a bajarse del auto y cargar combustible porque le daba vergüenza, y yo simplemente quería molestarla; su cabello se encontraba lacio (lo que resultaba raro, pues escasamente lo arreglaba de otra manera que no sea su forma natural) y utilizaba una enorme remera blanca como vestido. Su cara, libre de maquillaje, estaba inclinada hacia atrás revisando el medidor de la gasolina en una expresión de concentración. Casi me había asesinado tiempo después cuando la vio en mi teléfono, porque ni se había dado cuenta en aquel momento, pero poco pudo hacer ya que permanecía en mi pantalla.
¿Por qué me gustaba tanto aquella imagen? La respuesta es simple: era natural, no estaba posando, no sonreía para la foto, no tenía ni una gota de maquillaje. Era simplemente ella, Scarlett Cárter en su versión más habitual y sencilla.
- ¿Ya te había dicho cuán bonita es?
- Parece que cada segundo está más preciosa de la última vez que me lo dijo, señor - una pequeña sonrisa escapó de mis labios sin que pudiera retenerla.
- Si hubiera un récord Guinness de los enamorados creo que a ti te descalifican por dejar en vergüenza al resto - reímos -. ¿Se irá a vivir contigo a Nueva York?
Y ahí estaba, la pregunta del millón. La más dolorosa. ¿Lo haría? Lo único que sabía es que no tenía la respuesta, pero que elaborarla alcanzarla todos los días.
- No tenemos un plan todavía. Ella todavía tiene que terminar la universidad y tiene un muy buen empleo en Virginia, no se si quiero, o más bien puedo, quitarle eso. Hay mucho de lo que hablar sobre eso, la verdad.
- Estoy seguro de que si, pero te aconsejo que lo solucionen lo antes posible. El tiempo se acaba Liam, y es por eso precisamente que te pedí hablar. Tus nuevos jefes te probarán la semana que viene, pero ya confían muchísimo en ti y tu potencial, y están seguros de que no se decepcionarán. Por eso mismo, les gustaría que te fueras antes allí, y buscaras alguna manera de continuar tus clases y terminar tu carrera quizá por un programa digital, o alguna otra herramienta.
Por mi cuerpo se recorrió una sensación de orgullo por mi mismo y felicidad que por poco no pude contener. Finalmente, después de todos estos años, todo el trabajo y esfuerzo que había puesto en mi carrera y en mi empleo estaba cobrando frutos, a niveles tales que personas que no me conocen confían en mi con la importante responsabilidad de ser gerente de su empresa. Al mismo tiempo me aterraba, por supuesto, era mucha responsabilidad y no quería decepcionar a nadie pero creía en mi y en mis habilidades y conocimientos.
- Sería un honor señor, por supuesto. Sin embargo, tendría que mover muchos asuntos con la universidad primero, pero no es imposible. ¿Cuanto antes?
- Pues no fueron muy claros realmente con eso, supuse que preferían hablarlo en persona contigo y discutirlo, pero serán unos dos meses antes.
Haciendo unas cuentas matemáticas rápidas, dos meses antes sería en exactamente un mes y medio y me dejaba con poquísimo tiempo aquí para organizarme.
- No necesito una respuesta ahora, de hecho puedes responder directamente allá cuando viajes a hacer la prueba, no soy al que tienes que dársela. Piénsalo, pero es una gran oportunidad y estoy seguro que tus profesores buscarán la manera de ayudarte sabiendo tu potencial.
- Si, lo tendré en cuenta y comenzaré mañana mismo a averiguar posibilidades.
- Perfecto - sonrió -. Volviendo unos segundos al tema de tu enamorada, ¿pensaste en pedirle matrimonio?
Si hubiese tenido algún líquido en la boca, seguramente lo habría escupido. No esperaba que mi jefe deseara tener esta conversación conmigo, ni que la sacara a colación por más cercanos que seamos.
- La verdad es que si lo he pensado, pero quizá ahora no sea el momento, no lo sé. Ella estaba pasando por algunas situaciones difíciles familiares, vamos a vivir separados...
- Los momentos perfectos no existen, Liam. Las ocasiones ideales se construyen, se eligen. Será perfecto por que ustedes lo vuelvan de esa manera, no importa las circunstancias de alrededor, no realmente.
Al instante que lo escuché, supe que tenía razón. Siempre existirán "peros" que nos harán replantearnos todas y cada una de las cosas que queremos hacer, la cuestión es superarlos y no dejarlos que las retrasemos. El señor Cook era un hombre sabio y al que yo admiro profundamente, esta vez no había sido la excepción.
- No voy a contradecirlo cuando se que tiene razón.
- Lo se, por eso solo voy a decirte que eres un chico inteligente, Liam. Confío en que serás lo bastante astuto para hacer lo que te haga feliz. No te robo más tiempo, pero recuerda pensar bien lo de Nueva York, y analizar todavía más lo que acabamos de hablar - con un guiño se retiró de mi oficina.
El trabajo y la universidad me habían saturado a tal punto que no me había dado ni cuenta de que sólo me quedaba una semana para realizar mi prueba en Nueva York. A través de la pantalla de la computadora podía ver mi imagen reflejada y a decir verdad, daba un poco de miedo: ojeras y expresión cansada dominantes en mi rostro ya naturalmente pálido. Todos los días me levantaba antes de las ocho de la mañana ya sea para ir a trabajar o a la universidad y por la noche no estaba en la cama hasta por lo menos las doce por hablar con Scarlett y entrenar.
No me quejaba de mi vida, pero quizá a veces sería bueno un pequeño descanso en mi ajetreada y demacrante rutina. Pensando justamente eso, recordé el tan ansiado spring break que ya se acercaba: La semana Justo después de mi viaje de trabajo. Una semana, una semana de descanso nacional, ¿cómo podría aprovecharla?
Instantáneamente pensé en el combo vacaciones y Scarlett, la mezcla no podia ser mejor y tenia el lugar perfecto: Bahamas, y no a cualquier lugar en Bahamas, sino a un lugar que estaba segura que haría feliz a Scar. Un lugar que haría la más dichosa a mi novia era por supuesto nada más y nada menos que el resort de Disney, que media hora más tarde tenía una reservación a nuestro nombre.
Se lo diría como sorpresa cuando nos viéramos la próxima semana, y ya no podía aguantar las ganas. No podía esperar a verla saltar como una niña pequeña y ver su rostro iluminarse con sonrisas durante todo el día cada vez que se le recordara. Contaba los días.
Pero lo único que se iluminó fue la pantalla de mi celular con un mensaje de la susodicha. Muy conciso y claro: "me acaban de despedir"
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-S.
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Siempre, Liam. (Promises #2)
ChickLitSegundo libro de la dúologia "Promises" Scarlett Elle Carter ya no es la chica de 17 años de toda novela Wattpad. Ahora es la chica de veintiún años de toda novela Wattpad, sarcástica, graciosa, inteligente, no popular y ridículamente hermosa. Liam...