Capítulo 6: Ojalá dejarán de ser tan tontos.
Por la ventana se filtraba la luz insoportable del sol, y es que otro año más había olvidado que tenia que comprar cortinas para mi departamento. Siempre que volvía a Santa Monica lo recordaba pero día tras día me iba olvidando y siempre estaba en la misma situación. Me prometí a mi mismo hoy ir a comprarlas.
Quité el brazo que rodeaba la cintura de Sydney y me estiré para acto seguido levantarme, ella no despertaría por las próximas tres horas por lo menos, maldita dormilona. Tomé ropa cómoda para hacer ejercicio y salí del departamento con mi audífonos en mi oído. Comencé a trotar por la playa, vaya que había extrañado esto.
High Hopes de Panic! At the Disco me acompañaba en cada paso y el viento despeinaba mi pelo, más de lo que ya estaba. Toda mi vida había pensado que cuando terminara mi carrera, me iría a vivir a un lugar como New York, donde se encuentren las empresas mas importantes y los magnates más millonarios, pero cada vez que volvía aquí me lo replanteaba. Toda mi infancia y adolescencia se desarrolló aquí, mis mejores momentos, algunos de los peores también, todo en esta ciudad junto a la playa.
Sabía que mi trabajo no me lo permitiría, y de hecho ya tenía un departamento esperándome en New York para cuando terminara mi carrera. La empresa en la que trabajo tiene varias sedes incluyendo una allí, y mi jefe había manifestado que apenas terminara quería que fuera a esa base, ya que era la más importante. Pero estaba seguro que una vez que me retirara, lo primero que haría sería vivir aquí, es simplemente increíble.
Esta playa me traía recuerdos infinitos, desde Tyler, Chad y yo jugando de pequeños en el mar, hasta fiestas en la arena cuando ya éramos adolescentes. Mis primeras travesuras de niño y ya de no tan niño, si saben a lo que me refiero. Chad siempre decía que no podía esperar para dejar este lugar e ir a una gran ciudad, no sabíamos lo que decíamos.
Volver aquí siempre me traía muchas memorias, por supuesto de ella también. Aquella fiesta luego de que se volvió animadora, muchas caminatas, y nuestras citas ya oficiales, todo a unos cuantos pasos del mar. Recuerdo que nuestras casas tenían una perfecta vista a este, y que muchas habían sido las mañanas donde nos despertábamos y era lo primero que veíamos.
- ¡Liam, cariño! - escuché una voz aún a pesar de los auriculares, me di la vuelta y enfoque a la persona.
- Hannah, que gusto de verte. - la saludé con un abrazo amistoso, no pareció importarle que ya estaba comenzando a sudar.
- Veo que sigues ejercitándote tanto como antes. No me sorprende, el capitán de fútbol americano debe seguir en forma. - bromeó.
- Si, bueno, en realidad es para desestresarme. Aunque en el equipo de lacrosse de Stanford también son bastante estrictos.
- Me imagino. - sonrió. - ¿Sigues trabajando para la misma empresa?
- Sí, de hecho ahora están por ascenderme. - sonreí orgulloso. - Ya solo me faltan seis meses para terminar mi carrera así que luego quizás me transfieran a la sede de New York.
- ¡Eso es estupendo! Todavía recuerdo que ese era tu gran sueño, Scarlett siempre me lo dice.
Mi sonrisa se desarmó un poco, pero aún así la sostuve para no perder cortesía.
- Solíamos hablar mucho del futuro.
- Y deberían seguir haciéndolo, cariño. Te extrañamos mucho.
- Yo también los extraño, Hannah. - espere que entendiera que me refería un poco más a su hija que a ellos.
- Ella también te extraña, Liam. - al parecer lo entendió. - Ojalá dejarán de ser tan tontos. Como sea, tengo que ir a buscar a Alizée a la casa de una amiga. Felicitaciones por el empleo, suerte y mándale mis saludos a tu familia.
La abracé como despedida y seguí mi trote, y me debatí sobre si debía seguir hacia adelante, donde claramente mi cerebro sabía que se encontraba la casa de Scarlett. Pero no demonios, que estoy diciendo. Tengo a mi maldita novia esperando en mi departamento.
Cómo si mis pies quisieran traicionarme, tuve que obligarlos a dar la vuelta y volver a mi edificio. Subí por las escaleras (le tengo fobia a los ascensores) y al poner la llave en la cerradura, escuché ruidos desde la cocina, por lo que no me sorprendió que al entrar me encontrase con Sydney haciéndonos el desayuno.
Me sonrió desde su lugar, mostrándome sus blancos dientes en un gesto honesto. Maldita sea, que difícil es ver eso y no poder corresponderlo. Me acerqué por detrás y dejé un beso en su mejilla mientras pasaba mi brazo por su abdomen.
- Buenos días, amor. - pronunció.
- Buenos días. - dejé un pequeño beso en su hombro antes de alejarme para ir a tomar una ducha.
Me adentre en mi habitación y tomé del ropero algo de ropa cómoda. No pude evitar ver que en uno de los cajones seguía había ropa de ella, quizá de alguna vez que se había quedado a dormir. Incluso había un conjunto de ropa interior, por lo cual no pude evitar sonreír. Todavía recordaba cuanto amaba la lencería de encaje negra.
Syd nunca había sido celosa, pero por si acaso procuré guardarla en un lugar donde no se viera. Una vez dentro de la ducha me permití olvidarme de todo un rato, lo necesitaba. No quería seguir pensando en ella.
Me era imposible, por supuesto, pero cada vez que inconscientemente mis pensamientos se iban hacia ella, obligaba a mi cerebro a pensar en otra cosa, no importaba si eso signicaba tener que pensar en el trabajo o en la universidad. Era jodidamente difícil sacarla de mi mente, imaginen de mi corazón.
- Amor, te noto raro. ¿Pasó algo anoche? - me preguntó mi novia metiendose un pedazo de tostada a la boca mientras desayunábamos.
Sí, volví a ver a mi ex de la cual todavía sigo enamorado. Razón por la cual no te puedo amar, y por sobre todo confesó que todavía me quiere y su madre me dijo que me extraña. Fuera de eso, una noche común y corriente.
- No, tranquila. Simplemente que volver aquí siempre me trae recuerdos. - intenté sonreír.
- Siempre podemos hacer nuevos recuerdos. - su sonrisa pícara no se borró en ningún momento mientras se sentaba sobre mi regazo, dejando el desayuno en otros planes.
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¿Nuevo capítulo un jueves? Considérenlo como un pequeño regalo adelantado de mañana por ser tan geniales y darle tanto amor a esta historia, se los agradezco muchísimo.
PD: Si este capítulo, o en general los capítulos anteriores, te parecen aburridos por el hecho de que no hay mucha acción, pido disculpas por adelantado porque yo como ustedes soy lectora, y me emociona muchísimo llegar a las partes interesantes de las historias, y me frustra cuando hay "relleno". Pero es algo que siendo "escritora" aprendí, todo eso a lo que solía llamar relleno es importante, ayuda a tu historia a formarse y a los que la disfrutan a entender un poco más la mente de tu personaje e incluso la tuya. Mi idea siempre fue hacer un poco de introducción antes de comenzar con lo "realmente bueno" para que puedan conocer un poco más a detalle la mente de Liam, que no tuvimos la oportunidad de conocer realmente en la primera parte de la historia.
Además, pueden tomarlo como un capítulo menos para volver a ver a Liam y Scarlett juntos.
PD2: para que vean lo agradecida que estoy con ustedes, les voy a adelantar que en el próximo capítulo finalmente tendremos la primera interacción de Liam y Scarlett, ¿están emocionadxs?
-S.
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Siempre, Liam. (Promises #2)
Romanzi rosa / ChickLitSegundo libro de la dúologia "Promises" Scarlett Elle Carter ya no es la chica de 17 años de toda novela Wattpad. Ahora es la chica de veintiún años de toda novela Wattpad, sarcástica, graciosa, inteligente, no popular y ridículamente hermosa. Liam...