Siempre, Liam. (Promises #2)

Capítulo 19: Hasta que el mundo desapareciera.

Capítulo 19: Hasta que el mundo desapareciera.

- ¿Así que tan solo tomaste el primer vuelo y viniste? ¿Qué pasó con tu trabajo?

La noche anterior, luego de una sesión de besos y abrazos bastante apasionada, volví a las calles para intentar encontrar un hotel en el que pasar la noche y probablemente las noches que siguen. A pesar de las insistencias de Scarlett sobre qué podía quedarme en su departamento, no quería apurar las cosas ni presionarla, por lo tanto decidí que necesitaba mi propio espacio. Sin embargo, ya me encontraba nuevamente allí la mañana siguiente, desayunando con ella y con un muy interesado en nuestra historia Jay.

- Bueno, así fue básicamente. Llamé a mi jefe y pedí una semana de vacaciones que no había tomado el año pasado, y como soy un poco el favorito del jefe, fue fácil. De todas maneras, no me voy a llevar el crédito, tuve muchas dudas y el empujón me lo dio Dustin, un amigo de la universidad. Estuvo detrás de mi todo el día insistiendo en que me merecía ser feliz, que por fin era libre para serlo, que qué esperaba, que me patearía el trasero y vendría él mismo si era necesario.

- Quizá deba compartir unas palabras con ese Dustin... - insinuó Scarlett, mirándome con una sonrisa sin dejar de apretar nuestras manos entrelazadas por debajo de la mesa.

- Tu ya tienes a tu sexy novio, deja carne para los demás, querida.

- Oh Jay, eres demasiado gay para funcionar. - bromeó.

Con esa referencia a Chicas Pesadas, terminé de confirmar mis sospechas sobre la sexualidad de su compañero de casa. Interesante, creo que tengo alguien para presentarle...

- Bueno, de hecho tampoco creo que él esté interesado en ti, Scar. Él busca una P donde tu tienes una V...

- ¡No jodas! ¿Encima es homosexual? ¿Liam, acaso eres un enviado del cielo? ¿Finalmente están escuchando mis súplicas?

- Bueno, suelen decirme así.

La única chica de la sala rodó los ojos divertida mientras se levantaba para limpiar la mesa de los platos donde anteriormente habíamos devorado hot cakes y las tazas previamente llenas de café humeante. A manera de ayuda, me puse a lavar los platos con cuidado, la vajilla de este lugar parecía bastante cara y supuse que Hannah, la madre de Scarlett, había tenido algo que ver, tenia su sello por todos lados.

Hoy solo Jay tenía que ir a la universidad, aunque Scarlett tenía que trabajar por la tarde, por lo que no me sorprendió verlo preparar sus cosas. Cuando terminé de fregar todos los trastes, acerqué a mi morena que se había quedado a mi lado hablándome de cosas sobre el trabajo y la universidad hacía mi, y acorralándola contra mi cuerpo le di un beso suave, uno sin otra intención que sentir nuestros cuerpos rozarse por unos instantes. Pude sentir como sonreía en el medio de este, posicionando su mano sobre mi pecho para asegurarse de estabilidad.

- Bien, tórtolos, me voy. Por favor no hagan nada inapropiado en la cocina ni en ningún lugar de uso común de este apartamento, y sí lo hacen, por lo menos tengan la decencia de que no me entere. Diviértanse. - nos saludó por última vez meneando las cejas.

Sentí a Scarlett vibrar a mi lado y giré la cabeza para verla soltar una risita mientras negaba con la cabeza y se mordía el labio. La contemplé con una sonrisa pasmada en mi cara, Dios sabe cuanto había extrañado esto; verla sonreír, besarla, tenerla cerca, nuestra familiriadad, simplemente poder verla y hablar con ella. Solo se que ahora me pregunto como soporté tanto tiempo sin esto, y que en este momento no sería capaz de soportarlo mas.

- Bueno, tenemos toda la mañana para nosotros... - comentó mientras tomaba mi mano y me guiaba hacia el sillón de la sala.

- Ajá, ¿y cuál es su propuesta, señorita? - pregunté mientras la volteaba y le robaba otro beso. Lo había extrañado tanto que ahora me era imposible no hacerlo.