3

137 3 0
                                    

CALEB

¿Maravillosa jugada? ¿Acaso no tenía idea quien era yo? Nunca nadie jamás me había hablado con tanta altanería.

Su rostro al acercarme a sus labios había cambiado por completo, y eso me demostró nuevamente el efecto que tenía en las mujeres. No hubiese tenido problema en besarla, pero tenía que aprender que quien tiene el control siempre, era yo. Sus boca diciéndome ''acosador'' me había hecho prender mi ''yo vengativo''.

Esta niña me estaba tocando los cojones, y no lo dejaría pasar, no le permitiría que me hable de esa manera; igualmente sin darle importancia e ignorándola por completo volví a la maldita fiesta, a la espera que terminara y por fin irme a una verdadera fiesta: las carreras. En este momento alguien se encontraba limpiando mi moto y preparándola, sabiendo lo que disfruto de subirme a una moto que esté completamente limpia. Eso era un verdadero placer, mejor incluso que pelear a una niña recién salida del kínder.

Mi chica había llegado a la fiesta, aunque la verdad era que con mis amigos me lo estaba pasando estupendo. Esta chica solo satisfacía mis necesidades físicas y carnales.

- Hola cariño – Stacey posó un cálido beso sobre mis labios y justo alcancé a mirar que Meredith nos vio.

- Hola – Saludé fríamente a mi compañera de noches.

La había conocido en una mesa de póquer y me había encaprichado con ella... aunque no fue muy difícil hacer que haga lo que yo quería, sin antes yo hablar, ésta ya había caído rendida a mis pies. Apenas terminó de saludar la tomé por la cintura y me la llevé al sillón que se encontraba en el primer piso con vistas a la planta baja. Era una especie de zona VIP que yo mismo había creado. Allí nos encontrábamos mis amigos, yo y claro... algunas chicas.

- ¿Por qué no vamos a un lugar donde podamos estar tú y yo solos? – Stacey parecía prendida fuego.

Las luces se apagaron para cantarle el feliz cumpleaños al agasajado por lo que aproveché para juguetear con mi compañera. Posé mi brazo por detrás de su nuca y mi mano acariciaba su hombro. Bajé por el costado de su vestido que era holgado y me di cuenta que no llevaba nada por debajo. Adentré mi mano y comencé a juguetear con su cuerpo. Así y todo no pude evitar echarle una mirada a Meredith, tenía cara de niña inocente y me llamaba la atención saber si personalmente era lo que transmitía. No le di demasiadas vueltas al asunto; me volví hacia mi acompañante mientras tanto Stacey se mordía el labio inferior y emitía algunos gemidos bajos. Ésta puso su mano en mi entrepierna y me apretaba de manera seductora ¡Diablos! Comencé a morderle el lóbulo de la oreja mientras jadeaba, con mi otra mano le acariciaba la entrepierna al igual que ella lo hacía conmigo, con la diferencia que yo comencé a subir hasta llegar a sus bragas de encaje. Las luces se prendieron de repente e inmediatamente saqué mis manos de su cuerpo completo, pero no podía quedarme así. ¿Tan rápido cantaron el feliz cumpleaños? Qué poco duró. Tomé a Stacey de la cintura y me la llevé a algún lugar oscuro, si es que lo encontraba. Se me ocurrió llevarla a la mesa de póquer. Ese vestido le quedaba de lo más sexi. Escuché que mis amigos comenzaron a hablar de Meredith, la niña se estaba llevando la mirada de todos con su vestido formal y por un momento se llevó la mía. No le había prestado demasiada atención hasta que todos comenzaron a susurrar y tuve que voltear para corroborarlo. La verdad es que no estaba tan sexi como para que todos hablaran de ella como si fuese una de las hermanas Jenner.

"Al diablo con Meredith."

El resto de la fiesta nos la pasamos jugueteando en la mesa de póquer con Stacey. Porque eso hacíamos. No había ni habrá amor entre nosotros dos; ni con ella ni con nadie. No me hacía sentir nada de otro mundo... directamente no sentía nada, sólo diversión y hasta allí. Y eso ella lo sabía perfectamente. Desde un primer momento puse las cartas sobre la mesa y le confesé lo que realmente quería, lo que necesitaba y lo que no también. Ella por su parte accedió con todo gusto.

Demasiado tarde ©.  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora