MEREDITH
Sentí que la presión se me bajaba. Caleb iba a ser mi próximo jefe. Con la mala relación que teníamos, o lo mal que él me trataba... sin contar las veces que le contesté mal, era probable que al día uno de su puesto como jefe, me echara.
Pensar en aquello y la bomba que nos tiró Arthur, sentí como la sangre se retiraba de mi rostro. Ahora lo entendía todo: Caleb en la playa siempre. No me perseguía... trabajaba allí. Hasta había llegado a creer que al menos yo le interesaba un poco. Pero no. Era su labor. Vigilarnos.
Por suerte alguien se dio cuenta de mi estado.- ¿Te sientes bien? - Preguntó en mi oído.
Yo intenté sonreír y negué con la cabeza.
Ambos salimos al parque que había allí. Era hermoso. Lleno de árboles. Hubiese sido perfecto si no era por la noticia que nos habían dado.
- Soy Cameron - Se presentó, apenas pusimos un pie en el césped.
- Meredith - Dije intentado sonreír.
- ¿Qué sucedió allí adentro? – Preguntó.
''Qué no sucedió'' Pensé.
- Pues... resulta que mi próximo jefe será la persona con la que peor me llevo. Digamos que... - Me tomé unos cuantos segundos para pensar como describir aquello – No hay química.
- No parece – Comentó él – No ha dejado de observarte.
- Por supuesto que no deja de observarme – Dije con un poco de incredulidad – Me detesta. Sólo quiere arruinarme la vida. El día que Arthur le ceda su puesto, estoy segura que me despedirá. Pero lucharé con uñas y dientes mi puesto como guardavida – Lo miré esperanzado.
¿Cómo podía ser que me llevara bien con todo el mundo, menos con Caleb?
- Créeme Meredith, ese chico no te odia. Las mujeres tienen un sexto sentido y nosotros también – Hizo una pequeña pausa – Caleb es una persona... especial, digamos.
- ¿Lo conoces? – Lo miré sorprendida.
- Un poco – Añadió él – Deberíamos volver adentro – Sonrió.
Me dio la impresión que no quería hablar sobre Caleb, por lo que no toqué el tema y lo seguí hasta adentro. Al entrar Caleb ni siquiera reparó en nosotros. No estaba segura si aquello me molestaba, o no. Cameron volvió a su asiento y yo al mío. Tom y Charlotte me miraron con cierta complicidad y yo solo negué con la cabeza, sabiendo perfectamente lo que esos dos estaban pensando.
Cuando la charla terminó, supe que no sabía lo que se había hablado. Había estado tan cerrada y en estado de shock que no había puesto la atención suficiente, además de haber salido a la mitad de todo para tomar un poco de aire y no morir asfixiada.
Mis amigos me pusieron al tanto de la situación, ya que habían programado todas las actividades que se darían durante esos días y me dieron un folleto donde estaba todo plasmado. Gracias a Dios, sino estaba segura que me olvidaría de todo en menos de cinco segundos.
Volví a mi cuarto, que por cierto, quedaba un poco lejos de la sala común. El predio era gigante y estaba segura que no alcanzaría a recorrer todo, debido a su inmensidad. Las habitaciones estaban todas alejadas, una de las otras. Mi teoría sobre este lugar era que al parecer es una especie de hotel, por eso la lejanía de todo. ¿Era capaz el estado de pagar todo esto por unos simples guardavidas aprendices? Pues, al parecer, sí.
Aún no había conocido los cuartos de mis amigos, aunque suponía que eran iguales al mío.
Al llegar a mi habitación, me preparé una taza de café y me senté en mi cama para leer, ya que según el cronograma de actividades, el resto de la noche seria libre para acomodarnos y hacer lo que quisiéramos. Y si... allí estaba yo con mis pocas ganas de sociabilizar, encerrada, leyendo un buen libro y con una taza de café en la mano. Aún tenía la sudadera de Caleb, que hasta el momento, no pensaba quitármela. De veras que hacía algo de frío y hasta que no se temple el cuarto, no pensaba desabrigarme. Me metí dentro de las frazadas y comencé a leer. El café estaba exquisito. Me prometí a mí misma comprarme la misma cafetera para mi casa, sobre todo, si pudiera tener el placer de beber aquello cada día. Abrí mi libro de 'My dilemma is you'y continué con mi lectura. Amaba ese libro, sobre todo por que deseaba volver a tener diecisiete años otra vez y preocuparme por aquellos amores de adolescente y no por ser despedida del trabajo próximamente. Suponía que a partir de ese momento, tendría que comenzar a portarme bien o bajar la cabeza, cada vez que hable con Caleb. Conocía a la perfección mi carácter y estaba segura que se me complicaría no contestar a algún maltrato. De repente tuve una idea absurda, pero que debía proponer. Dejé el café, cerré el libro y salté de la cama. Salí del cuarto y comencé a correr, antes de arrepentirme. Unos minutos después, llegué al despacho de Arthur. Llamé a su puerta y enseguida me hizo pasar.
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Demasiado tarde ©. [COMPLETA]
RomanceLlevaba en mi corazón un secreto desde pequeña. Y no fue hasta que lo conocí, que entendí que nunca había conocido el amor, gracias a aquello que llevaba guardado bajo mil candados. Y aunque mi mente me gritaba por todos lados que no era para mi, cu...