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MEREDITH

Me sujeté del brazo de Chris para no caer usando los zapatos con taco aguja que se le había ocurrido a mi precioso hermano para que usara la última noche. El camino a la gran fogata no era de lo más recto ni de lo más seguro, pero el brazo de Chris sí que lo era, sabía que él no me iba a dejar caer. Ambos reímos cuando se me torció el pie y casi me caigo. Llegamos sonriendo complacidos con los hermosos momentos de diversión que habíamos pasado en el día. Y así era como iba a terminar de recordar mi fin de relación con él y todo el campamento. Había estado intentando suprimir todo lo que estuviera relacionado con Caleb, pero aquello se fue al diablo cuando lo vi a lo lejos, parado junto a un árbol y con los demás instructores. Llevaba un Jean negro ajustado y roto en las rodillas, con unas botas negras en punta, una remera con cuello blanco y encima un sweater negro parecido al de Chris pero con escote redondo, remarcando su increíble cuello, todo esto acompañado de una chaqueta de vestir larga hasta por encima de las rodillas color gris oscuro. Tuve que esforzarme una barbaridad para no quedarme viéndolo. Cuando noté que su rostro comenzó a girar tuve que voltear mi cabeza hacia otro lado para que no descubriera que lo estaba desnudando con la vista.

Ambos nos juntamos con nuestros amigos que también estaban guapísimos, Charlotte había elegido un vestido blanco también pero con detalles en rosa y más corto que el mío. Tom tenía un pantalón corto de Jean color mostaza y una camisa por fuera color negra, realmente se lo veía cómodo y sexi. Los hermanos Harris eran muy hermosos y siempre usaban vestimenta que remarcaban sus increíbles cuerpos.

Nos quedamos hablando un largo rato de cómo la habíamos pasado y todo lo que nos habían enseñado, queríamos que comenzara la temporada de verano para volver a trabajar. Yo sin embargo, oculté la parte mala de lo que había vivido y destaqué los momentos lindos junto con mis amigos, poder leer frente a un bosque hermoso y con miles de animales hablando en sus idiomas. La verdad había sido una temporada de verano hermosa, era mi primer año como Guardavida practicante y supe desde un primer momento que había elegido aquello para toda la vida, que no quería dedicarme a otra cosa que no fuera esto. Era tan loco imaginar que estás arriesgando tu vida por personas que no conoces, y que aun así estaba feliz por ello. Después de todo había miles de personas que arriesgan su vida por otros y aquello era reconfortante.
Recordé el rostro de mi madre cuando le conté qué era lo que deseaba estudiar y a lo que me quería dedicar. Ella me confesó que sentía miedo que algo me suceda, pero me había apoyado al igual que mi padre y Alec.

- Bienvenidos a la última noche - Arthur llamó nuestra atención.

Su equipo se reunió con él de inmediato. Yo por mi parte ignore al cien por ciento la presencia de Caleb. Por Dios, era tan parecido a Arthur y nunca lo había notado. Su postura era un calco y su mirada firme la había heredado de su padre sin dudas.

- No tengo palabras para describir todo lo que he aprendido con ustedes esta temporada - Hizo un suspiro y se limpió los ojos. Todos hicimos un gesto de ternura, particularmente me recordaba a mi padre que extrañaba horrores - Ustedes han sido una prueba para mí, todo un desafío. Éste campamento ha sido el primero y cómo ha salido de maravilla, el estado nos ha propuesto hacerlo todos los veranos con los ingresantes. Así que los quiero felicitar por haber superado este examen de ocho días.

Todos comenzaron a aplaudir emocionados por las palabras de nuestro jefe.

- También quiero contarles que estaba por jubilarme... como ya sabrán - Éste llevó su mano al hombro de Caleb quien estaba quieto en su lugar - Pero me han ascendido a jefe de toda la costa de California, trabajando en las oficinas y por supuesto... no pude negarme - Wow eso era realmente increíble y se lo merecía más que nadie - Así que van a tener que seguir aguantándome y ahora más que nunca, Caleb tomara mi lugar como ya se los había anticipado - Todos aplaudieron - Y todo esto gracias a ustedes y el éxito de este campamento - Algunas lágrimas cayeron por nuestros rostros - Arthur sabía dónde darnos para provocar aquello.

Demasiado tarde ©.  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora