MEREDITH
Cuando desperté, Caleb estaba acostado a mi lado... no lo había sentido pasarse. Al principio me asusté, pero luego me gustó verlo allí, durmiendo como un bebé y con ese rostro angelical, que sólo era eso... el rostro. Mantuve la mirada un rato largo hasta que abrió los ojos, en el momento que yo tenía mi mirada puesta en su boca.
- Buenos días hermosa – Dijo sonriendo.
- Buenos días – Susurré.
- ¿Me parece a mí o me estabas observando mientras dormía?
- Culpable – Reí.
Él me dio un cálido beso mientras acariciaba mi abdomen. Sus besos eran los más lindos que alguna vez alguien me había dado. Era tan dulce. Nuestras bocas se unían a la perfección.
Se apartó de mí y me sentí vacía.
- Pasa el día conmigo, por favor. No quiero estar ni un minuto lejos de ti – Mientras me hablaba de miraba fijamente a los ojos.
Yo me incorporé en la cama, agarré una gomita de pelo que tenía en la mesa de luz, me até el pelo sin decir una palabra, para darle suspenso al momento. Me hice una cola alta y unos mechones cayendo a mis lados. Lo miré de reojo y tenía una mirada perdida, como si no entendiera nada.
- No lo sé. Tendría que revisar mi agenda.
Éste se tiró a la cama con todo el peso como si sintiera alivio.
- Si tienes una agenda deberías prenderla fuego, porque no era una pregunta.
- Me encantaría, pero veras... Hoy tengo una cita – Se me dibujó una sonrisa en el rostro.
Caleb me miró confundido. Su mandíbula perfectamente marcada y ancha se tensó.
- Es broma. Debo llevar a mi hermano al aeropuerto, puesto que se irá unos días a Hawai y volverá – Le conté.
- Con que se levantó muy chistosa señorita Hill – Me retó.
- Lo siento – Musité cerca de su boca y luego le di un suave beso.
El desayuno esa mañana fue diferente a lo que yo estaba acostumbrada. Chris nunca se había quedado a dormir en mi casa, siempre tenía alguna excusa hasta que me cansé y no se lo pedí más.
Por algún motivo que desconocía Alec y Caleb hablaban como si fuesen amigos y aquello me gustó. Aunque por un momento mi hermano incomodó a Caleb, pero la situación lo ameritaba además de ser divertida.- Entonces ¿Tienes una escuela de surf? – Preguntó Caleb a mi hermano, mientras se llevaba la taza de café a los labios.
Por momentos parecía que yo no existía en esa conversación y me encantaba verlos hablar y conocerse. Tenía a mis dos hombres frente a mí. Steve estaba sentado a mi lado desayunando también y me sentí completa. Nada podría opacar ese momento, nada podría arruinarlo.
- Si, pero la trasladaré aquí – Le contó éste – Vendrá mi mejor amigo conmigo y lo montaremos por acá, así podremos cuidar de Meredith – Seguido de esto me guiñó el ojo y pude entender perfectamente de lo que hablaba.
Me parecía raro que no haya lanzado una amenaza contra Caleb, evidentemente habían estado hablando sin mí.
- ¿Conoce a Meredith? Digo... tu amigo – Preguntó Caleb con cara de pocos amigos.
- Claro – Por fin pude meter bocado – Se la pasaba en casa todo el día, todos los días – Revoleé los ojos, recordando al amigo de Alec y mi madre preguntando si no tenía su propio hogar. Por supuesto, siempre en broma.
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Demasiado tarde ©. [COMPLETA]
Storie d'amoreLlevaba en mi corazón un secreto desde pequeña. Y no fue hasta que lo conocí, que entendí que nunca había conocido el amor, gracias a aquello que llevaba guardado bajo mil candados. Y aunque mi mente me gritaba por todos lados que no era para mi, cu...