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CALEB

Estábamos todo el grupo sentados cada uno en su moto, yo mientras tanto tenía a mi compañera, Emma. Ella sentada en mi moto y yo entre sus piernas dándole la espalda para que me haga masajes en el cuello: eso sí que era mi debilidad. Era casi un ritual antes de cada carrera. Hoy era una de las carreras más importantes, ya que había demasiado dinero en el pozo común. Dos veces al año apostábamos más de doscientos mil dólares cada uno de los que íbamos a correr, y hoy era un día de ellos. Tanto Mike como yo, habíamos ido al taller de nuestra amiga Candace para que las revisara y arreglara en caso de necesitarlo. Si, era una mujer, pero era una tipa de hostias. Jodidamente buena con las motos. Ella y yo habíamos crecido juntos, era una de mis mejores amigas -o la única- y siempre fue una loca de las motocicletas, de hecho, yo le regalé su primera moto y cuando la volví a ver la había desarmado por completo para volver a armarla. Ese día fue realmente gracioso, lo recordaba como si fuera ayer. Ella fue mi primer beso, de pequeño me gustaba mucho pero ella nunca me vio con esos ojos, incluso estaba enamorada de Mike. Cuando crecimos las cosas cambiaron mucho, pero lo que nunca cambió fue nuestra amistad. Al principio de todo, cuando comenzamos con las carreras, ella venía a vernos a todas y se encargaba de nuestras motos. Luego se metió con Stan, el imbécil le rompió el corazón y ella por su bien no quiso volver nunca más. Otro punto para odiarlo y una de las razones por la que comenzó todo. Candace era una de las chicas más lindas que había conocido y tenía un corazón enorme. Aún recordaba cuando un día apareció con un maletín en mi casa -ella era la única amiga mía tenía una llave para entrar cuando quisiera- lleno de dinero para devolverme lo de la moto que le regalé. Literalmente me reí en su cara... no había entendido que era un regalo. Stacey la odiaba y a Emma le daba exactamente lo mismo. Candace era de tener más amigos hombres que mujeres, decía que no sabía cómo llevarse con las muchachas porque nadie entendía su locura por la mecánica. Su taller era uno de los mejores en la ciudad y aunque nunca fue de tener mucho dinero, ahora con éste, básicamente se había llenado los bolsillos. Era muy buena y linda, y los hombres no querrían perderse ello. Al principio recuerdo que la cuidaba mucho, como a una hermana porque no quería que nadie se le acerque, hasta le puse seguridad en el taller, pero un día me mando al demonio por ser tan protector y junto con ello a mis hombres de seguridad. Desde ese día no insistí en cuidarla, ella sabía hacerlo sola perfectamente. También se llevaba muy bien con Emm y creo que era la única persona que fue testigo de cómo cuidaba de mi hermana, así que, sabía que podía contar con ella en caso de necesitarlo para mandar a mi padre al infierno y quedarme con Emily para siempre. Pero bueno... esos eran proyectos para el futuro. Tomé mi teléfono celular y le envié un mensaje.

- Te dedico la carrera de hoy, me siento de buen humor y con un buen presentimiento – Apreté enviar y ella respondió en menos de un minuto.

- Eres un tonto, siempre ganas. Espero ansiosa que traigas a mi baby favorito – Yo reí al ver esto.

Mi moto para ella era su bebé, al igual que para mí.

Pero el buen humor se esfumó cuando escuché el ruido de una moto y supe de inmediato de quién se trataba. Stan. Siempre hacía el mismo ruido cuando llegaba para que todos notáramos su presencia: aceleraba, aceleraba y aflojaba.

Menudo imbécil.

Me sorprendió verlo con una muchacha, aunque no pude ver su rostro. Seguramente alguna de sus tantas amiguitas que poco me interesaban.

Ese tipo era de la peor calaña. Se llevaba a la cama a todo lo que tenía patas. Y no era que me parezca asqueroso, pero al menos yo era un poco más selectivo. Trataba de ver al menos la cara de la persona. Pensar en aquello me hizo sonreír, era de lo peor.

- ¡Qué raro! – Comentó Emma, mirándolo de reojo mientras éste se dirigía hacia su grupo.

- No sé qué te sorprende, cariño – Le contesté.

Demasiado tarde ©.  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora