Contra toda probabilidad Shizune esperaba que Itachi no se presentara de nuevo en el local, habían pasado tres días desde la primera vez que se habían encontrado y desde entonces el moreno aparecía a horas diversas en el local aunque nunca se quedaba lo suficiente para poder preguntarle nada sobre los menores o ser visto por nadie, incluso había llegado a pensar en ocasiones que solo había sido una ilusión el verle ahí con una sonrisa genuina en sus labios, sin rastro alguno de reproche por haberlo engañado con su prematura muerte.
Y aunque un sentimiento de calidez y felicidad la embriagaba cada vez que lo miraba, sabía que era un error permitir que el moreno la visitara por eso cada vez que se marchaba pedía al cielo que no volviera, por su bien y por el de ella, aunque con certeza sabía que sus plegarias serian ignoradas y que sin duda el moreno estaría de vuelta cuando ella llegara al Chidori y estaba segura pues si ella fuera el, haría exactamente lo mismo solo para confirmar una y otra vez que era real y que no estaba loca.
Subió a su motocicleta con reticencia, antes de ir al Chidori preparándose para lo que seguro vendría esa noche, era obvio que Itachi ya no soportaría estar yendo y viniendo en visitas esporádicas solo para verla, y por eso mismo estaba segura que en esa ocasión se quedaría más tiempo y se negaría a irse, solo para que ella se debatiera por enésima vez la posibilidad de volver a desaparecer tal como su padre le había pedido...
Sin embargo y contra sus especulaciones, Itachi no estaba ni remotamente cerca del Chidori. Despues del susto que se había llevado la última vez en casa del Nara, y a pesar de que el mismo Shikamaru insistía en su mejora, Itachi continuaba yendo y viniendo a la casa del menor, preocupado aun por la misteriosa charla que mantuvieron y curioso por saber de qué se trataba pero pese a sus constantes esfuerzos por averiguarlo había descubierto una vez más por que Shikamaru era un hueso duro de roer...
Acaba de estacionar el auto rojo justo en el lugar de siempre frente a la casa del menor, no se había dado cuenta de que era observado desde el otro lado de la cera por un par de zafiros azules que miraba melancólico el ramo de flores que llevaba en la mano, una vez se aseguró de cerrar perfectamente su auto rojo se dispuso a cruzar la calle en dirección a su destino.
Aun sin ser notados por el moreno, del otro lado de la calle, Gaara quien por azares del destino había sido elegido ese día para ir por los arreglos que Deidara hacia a las canciones para ellos, se percató instantáneamente de la mirada dispersa del rubio dirigida al joven moreno de aspecto muy familiar que no tenía idea de quien era pero que poseía un atractivo casi pecaminoso y apostaba que se vería igual de guapo con harapos en vez del conjunto hecho a la medida que llevaba, miro alternativamente a su rubio acompañante y al joven moreno, reconociendo al fin ese brillo bobalicón que suele delatar a las pobres y absurdas victimas del amor no correspondido igual a...el...
-¿Lo conoces?- pregunto para asegurarse era obvio que Deidara no se esperaba la pregunta y nervioso al grado de sonrojarse y tartamudear le respondió.
-¡No!... ¡Sí!... Ejem...-fingió aclararse la garganta y dijo despues de que consiguió calmarse un poco - Es decir, se su nombre. ¡Pero no somos cercanos!
-mmm.....
Gaara giro su mirada en dirección al joven moreno que al parecer al fin se había percatado de sus presencias y había cruzado miradas reflexivas con el evaluándose mutuamente para fruncir el ceño casi automáticamente en cuanto ubico la presencia del joven rubio a su lado, para despues volver a mirarle pero esta vez con claro desdén en sus ojos apartando su mirada solo para adentrarse en la casa que al parecer había ido a visitar sin ninguna otra cortesía que un simple asentimiento de cabeza para retirarse.
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Acorde Gemelo
FanfictionPara Sasuke y Sakura la música no solo era un tabú del cual no se debía hablar en presencia de su padre, ni tampoco significaba una forma de revelarse a él. Siendo gemelos y los menores de la casa Uchiha no habían muchas cosas de las que ellos debie...