Capítulo 55

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Me pregunto ¿Cuánto más tendremos que soportar para poder salir de esta oscuridad? No es como si solo yo estuviese sufriendo... Mis hermanos... Mis padres... Mis amigos... Todos... Todos han salido heridos de alguna forma.

¿Por qué es que no podemos entendernos? ¿Es que nuestro linaje tiende a ser el problema? No quizás solo fui una ingenua. Creí ilusamente que una vez terminado el enemigo de mi padre todo tomaría poco a poco el lugar que le correspondía...

Pero ver a mi padre tan destrozado, acunado de esa manera por mi madre... Esa mujer que jamás había mostrado simpatía por mí. Fue realmente un shock ver aquellas dolorosas gemas verdes sufrir del mismo modo que mi padre. Por primera vez desde que la recuerdo ha cambiado esa mueca de muñeca por un rostro más humano...

¿Por qué todo da vueltas?

*

-¡Shizune-sama! ¡¿Qué está haciendo fuera de la cama?!- Dijo Yue con tono de regaño, pero sin perder su voz suave. Shizune apenas pudo cavilar el nombre de la chica antes de sentir como un par de delgadas manos le ayudaban a sostenerse por los hombros, preguntándose ¿Desde cuándo estoy apoyada contra la pared? Notando la dureza y la frialdad de la pared del pasillo. - ¡Sus heridas, aún están abiertas ¿Qué planea hacer si dejan cicatrices?!

¿Cicatrices? ¡Que broma! Se dijo con sorna la morena, a esas alturas ¿Que más daban un par de cicatrices más?

-No me hagas reír... - Le respondió con voz agotada. - Me duelen las heridas...

-¡Por eso no debió levantarse sin ayuda! ¡Shiho-san dijo que debía reposar! –Le regaño de nuevo la doncella. Mientras la acomodó de forma que ella pudiera sentarse. –Por favor espera aquí iré por la silla de ruedas. No tardare...

-¡No la necesito! – Le grito un tanto molesta la Uchiha, no era como si fuese una inútil. ¡Podía caminar! Solo necesitaba un momento para recuperarse y que el suelo decidiera dejar de moverse bajo sus pies. – Puedo hacerlo... Solo necesito un momento...- Repitió su reciente pensamiento.

Yue le observo con seriedad, desde el punto de vista de la doncella la Uchiha solo estaba haciendo uso de una rabieta. Lo sabía porque sus demás amos eran iguales. Por lo que de antemano supuso que no podría convencer a la joven de recibir ayuda. Y se resignó a hacer lo que ella le pidió.

-Entonces, esperemos a que pueda andar. Pero deberá permitirme ser el remplazo de la silla de ruedas. –Agregó con delicadeza. Dispuesta a que la mayor de sus amos no contradijera lo que acaba de decir. Shizune apenas fue capaz de dibujar una sonrisa desdeñosa para la joven doncella, era evidente que había aprendido bien a manejar la situación ante los Uchiha de esa casa.

-Está bien... -Acepto. Nunca lo admitiría, pero Itachi había elegido bien a su doncella de confianza sin dudas. Por ahora no necesitaba poner más obstáculos a su propia salud, debía reponerse para cuando las cosas comenzaran a tomar su lugar. Para cuando el momento de ayudar a su familia llegara... Por eso dejo que la joven doncella la ayudara a llegar hasta su habitación.

*

Unos días después...

El ambiente estaba algo tenso entre los chicos. Había subido a la azotea como de costumbre para tomar su almuerzo, después de clases. Shikamaru seguía teniendo un semblante decaído y las ojeras en sus ojos delataban las escazas horas de sueño que había sido capaz de tener desde aquel día en la casa Shimura.

Los mellizos al fin habían retomado sus clases ese mismo día. No fue difícil para ninguno de ellos notar que ambos rubios lucían decaídos, mucho menos paso desapercibido que Naruto no tomo apuntes durante las clases, ni había participado en la clase de deportes.

Acorde GemeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora