Capítulo 39

34 9 0
                                    


Minutos antes en el Chidori, todos los integrantes de Dokuo se preparaban en el cuarto de camerinos el bar abriría en una hora más o menos y tras haber practicado como locos todo el día Kakashi había decidido dejarles descansar. Tsunade y Jiraya habían ido al lugar para conocer a los artistas como les había llamado el mayor pelo blanco en cuanto les tuvo en frente.

Cuando habían escuchado del propio Kakashi que ese anciano que no hacía más que mirar pervertida mente a Konan, Karin y ya de paso a Sai y Kimimaro era en realidad un renombrado director de orquesta en Europa y que la mujer que había llegado de su brazo y prácticamente había enterrado el rostro de su esposo en el piso justo después de ver su comportamiento grosero, era una violinista concertina de igual renombre, ninguno de los presentes podía creerlo.

Tras una sesión de jazz cortesía de los dos mayores en compañía de Kakashi e Iruka, la tarde se fue en un abrir y cerrar de ojos. Yamato y Konan habían empezado a fumar, y para Sai aquel humo era insoportable, por lo que prefería salir de ahí antes de que sus pulmones y sus ojos sufrieran las consecuencias. Había seguido el pasillo que daba al estacionamiento cerca de la salida de emergencia del local, el sonido de los botes de basura cayendo al suelo lo detuvo momentáneamente de abrir la puerta, espero atento por si escuchaba algo más, hasta que un par de voces desconocidas se dejaron oír. Abrió lo más lentamente que pudo la puerta para ver como Chihane era subida a un vehículo por dos sujetos desconocidos.

La puerta cedió pero ninguno de los dos sujetos le vio simplemente se fueron, logro divisar la matricula del vehículo y memorizarlo al menos tendrían una pista para la policía se dijo impotente. Sentía que la sangre se le había bajado a los pies, que se negaban a moverse y volver sobre el camino para avisar a los demás, la motocicleta de Chihane, era lo único que había quedado atrás. ¿Qué rayos pasaba? Le tomo otros treinta segundos conseguir moverse, y un minuto más comenzar a correr de vuelta a los camerinos con los demás. ¡Tenía que avisar le a todos!

***

La conmoción fue impactante cuando llego a los camerinos y se encontró con Yamato y Konan, ambos mayores no sabían que había pasado pero el semblante pálido del menor era algo para preocuparse.

-¿Sai que pasa? –Inquirió serio Yamato. - ¿Estas bien?

Konan al ver que el menor no respondía apago su cigarrillo y se levantó para llegar hasta el, respiraba con dificultad y parecía que se desmayaría en cualquier instante. La puerta del camerino se abrió de nuevo, esta vez dejando entrar al resto del grupo. Gaara en cuánto vio la forma en la que Sai se encontraba corrió hasta él y lo tomo de los hombros, asustado.

-¡Sai! ¿Qué paso?- Cuestiono el pelo rojo mirando a los dos mayores. Yamato se puso de pie también apagando su cigarrillo y miro con aprensión al recién llegado. Ellos tampoco sabían que pasaba.

-Nee-san...- Dijo a duras penas el moreno logrando aferrarse a la playera del pelirrojo. Consiguiendo que la atención de todos se centrara en él. Sentía la boca seca y un espasmo friolento recorrerle el cuerpo, no podría decir nada si no trataba de calmarse un poco, pero sentía que el mundo daba vueltas mientras todos los de Dokuo le miraban con preocupación. ¡Tenía que decirlo! – ¡Chihane-Nee-san fue secuestrada! –Grito desesperado, en un impulso que le robo las pocas energías que aun tenia para sostenerse aflojándole las rodillas, evitando caer solo porque Gaara aun lo sostenía. Su corta oración solo necesito un segundo para ser procesada por los presentes provocando que todos se estremecieran ante su significado.

-¿Que?... –Balbuceo apenas Yamato, tan pálido como Sai.

-¿De qué hablas? ¡Explícate! –Exigió Konan reaccionando a la defensiva. Sin considerar la condición del moreno que apenas lograba mantenerse consciente.

Acorde GemeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora