La ansiedad la estaba matando. Shizune estaba sola en el camerino, la charla que había mantenido con su padre algunas horas antes, la dejo al borde del colapso. No entendía la mayor parte de la conversación se la había pasado intentando controlar sus ansias por saber que tenían sus hermanos. Su padre hablo de manera muy ambigua y lo único que dejo claro era el hecho de que uno de sus hermanos estaba herido.
La pregunta que la corroía en ese momento era ¿Cuál? Sí se trataba de Itachi era probable que los gemelos estuvieran ansiosos y preocupados. Aunque Itachi era bueno en combate por lo que si se trataba de él lo más probable fuera que le habían dañado de alguna manera indirecta, tal vez lo arrollaron en la calle o provocaron un accidente en su auto. ¡Rayos! Pensó frustrada enterrando una vez más su cigarrillo entero sin siquiera ponerlo en su boca.
Después cavilo la posibilidad de que fuera alguno de los gemelos, y el panorama que se planteo no era otra cosa que desolador, si por algún motivo alguno o ambos se lastimaban era seguro que su angustia seria el doble de peor para Itachi y el gemelo sano. Si se perdían uno al otro la devastación acabaría con el otro pero ¿de que servía torturase con los "Si"?
Se reprendió mentalmente por no haber preguntado mas detalles a su padre cuando tuvo la oportunidad pero por su actitud condescendiente supo que no serviría de mucho. Quería preguntarle pero sabía que precisamente eso era lo que había venido a recordarle el mayor. No debía ponerse en contacto con los menores.
Ella como Shizune no existía. Estaba muerta ahora era Chihane y eso no podía cambiarlo, si apareciera delante de ellos después de cinco años que la creían muerta seguramente no la perdonarían.
Tenía un cenicero lleno de colillas, las cuales apenas había tocado. Encendía el cigarrillo y luego lo apagaba llena de frustración, repitió aquello hasta que se le gastaron los cigarros solo quedaba uno en la caja.
La puerta del camerino se abrió, no tuvo que mirar para saber quién era el intruso, reconocía muy bien sus pasos firmes y sólidos. Confirmo su presencia al acercarse a ella y tomar el cenicero lleno, soltó un suspiro cansado y se dispuso a vaciar el contenido en un bote de basura.
-si fumas demasiado arruinaras tu voz...-dijo paternal. Ella no contesto no quería desquitar su enfado con Yamato, después de todo el solo quería confortarla.
Regreso hacia ella y se sentó a su lado, la miro unos minutos esperando de que ella lo mirara y cuando al fin lo hizo el sonrió y volvió a hablar tranquilo
-si hay algo que te preocupe...o si quieres hablar recuerda que me tienes a mi - alargo su mano y acaricio su cabello con ternura apartándolo de sus ojos para después rozarle las mejillas.
Shizune le contemplo permitiéndole tocarla, Yamato era muy parecido a Itachi, un hombre capaz de dar todo por sus amigos o ella. Se sentía bien cuando estaba con él, sentía afecto por el pero sabía que no le amaba. Aun si le permitía esa clase de intimidad Yamato solo era la tenue comparación de Itachi, incluso si sus ojos negros le decían silenciosos que le amaba ella no le correspondía.
Se acerco a él juntando sus frentes, haciendo más intimo el contacto entre ellos. Cerró los ojos y se quedo inmóvil sintiendo la calidez de Yamato. Después de unos minutos abrió los ojos y le susurro antes de separarse de el
-solo necesito salir un rato...- miro la caja de cigarrillos casi vacía a excepción de un solo cigarro en el interior- y cigarrillos.
-¿Chihane?- se detuvo sin volverse a verle, pues seguramente se encontraría con su mueca de preocupación ya conocida-ten cuidado...- ella asintió y siguió su camino a la puerta tomando su chaqueta y las llaves de su motocicleta.
Salió al estacionamiento, donde tenía aparcada la moto, aun podía escuchar aunque amortiguada la canción de Karin, era muy buena, pensó cuando la escucho la primera vez y aun ahora seguía creyéndolo. Camino el corto tramo de un callejón para llegar hasta el estacionamiento.
La noche blandía una luna llena muy hermosa, se detuvo un momento para admirarla, escucho los pasos de alguien cerca tal vez se trataba de algún cliente yendo a casa. No le prestó atención, absorta en la luna.
-Hola...Nee-san.
La repentina voz frente a ella, hizo que diera un paso atrás de la sorpresa. Estaba oscuro y no podía ver bien, pero podía apreciar la silueta de alguien apoyado en la pared. Podría tratarse de cualquier persona pensó intentando auto convencerse de que sus nervios le estaban torturando de la preocupación.
Esa sombra no podía ser Itachi, ¡No podía! Por piedad que no fuera él... ¿Qué haría? ....Vio que la sombra se acercaba a ella, con paso lento hasta que la luz de la luna le ilumino el rostro. Shizune sabía lo que tenía que hacer, pero la idea en si le revolvía el estómago. El rostro de Itachi estaba tranquilo, no había ningún rastro de sorpresa en sus ojos, al menos ahora sabía que él estaba bien y que probablemente alguno o ambos gemelos eran los heridos... O tal vez su padre le había mentido. Apretó hasta estrujar la caja de cigarros vacía en su mano fastidiada por esta idea.
Tenía que hacer que se fuera y no regresara, tenía que hacerle entender que no podía estar ahí. Pero ¿cómo podría hacerlo? Itachi le conocía y ella a él por eso sabía perfectamente que no sería una tarea fácil y que si quería alejarle no debía tener piedad.
Se enderezo, con confianza que estaba lejos de sentir. Sentía la rigidez de su postura mientras el joven se acercaba más a ella con la mirada fija en sus ojos. Y sin meditarlo se escuchó a si misma decir...
-Vete...- Él se detuvo un metro delante de ella
- ¿Por qué? - Le susurró con voz ronca mientras su cara mostraba la tristeza de su rechazo. Desvió la mirada sin poder soportarlo, no quería hacerle daño pero no podía permitirse verle ahí, no podría soportar la idea de ponerle en peligro. No se dio cuenta de cuando se había acercado más a ella, hasta que lo sintió rodeándola en un abrazo.
-Suéltame...-Articuló apenas sintiendo como la rigidez de sus hombros se volvían gelatina al sentir los fuertes brazos del moreno.
- ¿Por qué? -Le respondió el de nuevo. El doble sentido de sus porqués, la estaban destrozando. No le preguntaba porque debía irse, ni tampoco porque debía soltarla, el significado de sus porque era obvio. Quería una explicación, quería saber porque le había abandonado, porqué estaba viva. Y ella no podía responderle solo dejar que la abrazara.
- Itachi...Yo...
-No... No respondas. Déjame a mí. - Le interrumpió separándose de ella sin soltarla del todo. La acaricio delineando su rostro y mantuvo su mano sobre ella, mirándola analizando los cambios en ella sintiéndose tímida bajo el escrutinio de esa mirada oscura. Cerró los ojos y dejo que él la examinara, no quería negarse lo que anhelaba desde hacía varios años. Le extrañaba demasiado. Sintió que su mano se detenía bajo su barbilla y que apenas con un poco de fuerza le alzaba el rostro, aún tenía los ojos cerrados. Y sintió los labios del moreno sobre su mejilla. La sensación le había dejado un hormigueo en la zona donde le había besado y después ella le miro, mientras él la soltaba y se alejaba de ella.
-Te quiero Nee-san... Volveré otro día...
-Itachi...-Dijo ella intentando alcanzarlo antes de que se fuera, consiguiendo asir su brazo. - ¡No puedes! ¡No puedes volver!
-Me alegra que estés viva, esta vez no permitiré que te vayas. - Le dijo ignorando sus palabras y liberándose de su agarre. Lo vio subirse a un auto rojo aparcado en la calle, dejándola ahí confusa y frágil. Vio la calle en la que el auto había desaparecido por un rato demasiado largo, obligándose a llegar a su moto.
Se recargo en la pared, y con el puño cerrado golpeo el muro frustrada. Si su padre se enteraba de ese encuentro las consecuencias serían desastrosas. Su frustración solo creció cuando descubrió que a pesar de todo estaba feliz de poder tocar a Itachi de nuevo, de saber que a pesar de todo aun le amaba. Y dejo correr sus lágrimas por su rostro, liberándose de toda la confusión que sentía con sus lágrimas. Ajena totalmente a la mirada oscura oculta en las sombras, que le observaba desde la distancia.
Continuara...
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Acorde Gemelo
FanfictionPara Sasuke y Sakura la música no solo era un tabú del cual no se debía hablar en presencia de su padre, ni tampoco significaba una forma de revelarse a él. Siendo gemelos y los menores de la casa Uchiha no habían muchas cosas de las que ellos debie...