Fugaku no esperó jamás que las cosas pasaran como lo habían hecho...
Desde el principio parecía que todo había salido mal. Pero aun así siguió adelante, confiado de que había hecho lo mejor que había podido para proteger a su derruida familia, acosta de la felicidad que pudiese tener en su futuro, había tomado decisiones duras y en ocasiones difíciles de olvidar.
Cada decisión amarga le hizo ver y entender que el precio que pagaría por ello, seria extremadamente alto. Sabía desde el principio que estaba solo... Él mismo así lo había decidido...
Si de algo se arrepentía en ese instante, sería el ser incapaz de reparar el daño que había causado en las mentes de sus hijos. La impotencia de ver las marcas en el cuerpo de su hija Shizune al recibir aquella tortura y sobre todo su ineptitud al no saber comprender a Itachi y su deseo de formar parte de un núcleo familiar cálido...
Parecía que desde su nacimiento lo único para lo que era ser bueno, era para hacer sufrir a las personas... Desde su madre biológica hasta la mujer que creyó lo era, para cada una fue el vivo recordatorio de lo que habían perdido, Mikoto, Minato y Kushina también habían aguantado recuerdos horribles por su culpa y su actitud indecisa, sus hermanos ahora por su causa habían sido marcados con la pena de saberse asesinos, lo había visto en los ojos serenos de Kakashi aquella noche después de dispararle a aquel hombre en el suelo, algo había cambiado en sus ojos, en la mirada de Rin la incertidumbre también era visible, por su culpa las manos de ambos se habían manchado de sangre. Su sangre era una maldición, tal como había dicho Danzou una vez hacia mucho cuando aún era un muchacho influenciable e inmaduro, en aquel momento no lo había aceptado como tal, pero ahora veía porque lo decía... Y quizás aquel desgraciado tuviese razón...
Un ser como él, nacido de la más brutal manera, no podía ser diferente. Causo dolor a su madre que le había revelado su origen y su casta, probó de primera mano el sabor amargo de lo que fue llevarlo en el vientre... Para su madre él era como una marca imborrable que había destruido su pureza y su mundo... Y aquella verdad lo había dejado en un estado similar al enajenamiento, un letargo que le hizo insensible a su nueva verdad y le permitió sobrellevar las miradas desdeñosas de sus hijos y los reproches que estos les dedicaron. Quizás solo se había puesto a pensar en esto ahora porque al fin había encontrado un momento para enclaustrarse en sus propios pensamientos... Y hundirse en su propia autocompasión...
Llevaba encerrado en el despacho desde que había regresado de la empresa, no había ido a la habitación de su hija Shizune para saber cómo seguía. Tampoco había anunciado su llegada a Mikoto que parecía trabajar en el jardín arduamente. Se había fijado que Itachi no estaba y lo más probable era que no regresara en un buen rato, y seguramente los gemelos preferirían vomitar bilis antes que verle la cara. Así que se metió en el siempre seguro despacho y se aseguró de cerrar bien la puerta antes de servirse un vaso con brandy y dejar caer su cuerpo repentinamente cansado en su silla de escritorio...
La botella de brandy llevaba más de la mitad consumida a esas alturas desde que había decidido enclaustrarse así mismo, como siempre el licor parecía agua para el negándole el ansiado descanso que buscaba al ingerirlo en proporciones descabelladas. Quería que la bebida le proporcionara un efecto relajante y le impidiese pensar, quería alejar sus pensamientos destructivos y pesimistas sobre un futuro que no estaba aseguro de siquiera tener...
Sirvió el enésimo vaso de brandy y lo contempló con expectación vacía, se preguntó qué estaba haciendo y también que es lo que debía hacer... Incoherencias que le causaron gracia al ni siquiera entenderse así mismo. Levanto el vaso de brandy en un brindis y lo terminó de un solo trago, quería emborracharse y olvidar, quería dormir y soñar con el futuro que no podía tener, el futuro que había perdido al elegir caminar solo...
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Acorde Gemelo
FanfictionPara Sasuke y Sakura la música no solo era un tabú del cual no se debía hablar en presencia de su padre, ni tampoco significaba una forma de revelarse a él. Siendo gemelos y los menores de la casa Uchiha no habían muchas cosas de las que ellos debie...