Capitulo 18

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La tarde anterior con los Namikaze....

En el preciso momento que Kakashi comenzó a conducir un suspiro agotado salió de sus labios, y sin que pasara mucho tiempo toda clase de pensamientos comenzaron a asaltarle la cabeza. Llego a un cruce y se detuvo por el semáforo en rojo.

Absorto por los acontecimientos de esa tarde mientras esperaba que el semáforo cambiara a verde se dejo llevar por sus pensamientos aunque francamente no sabía que pensar. Fugaku era su hermano mayor. Siempre lo supo y jamás se negó ese hecho. Pues sabía que aunque el fuese legitimo y el un bastardo ambos eran basura a los ojos de Madara Uchiha. Sin embargo nunca logro comprender del todo a su hermano, y sencillamente el dejo de intentarlo.

Tenía once años cuando le conoció, solo les separaban seis años de edad y aun así a sus ojos Fugaku era imponente, y él era débil un niño, retraído y enfermizo, y si había algo que siempre estuvo agradecido a su padre a quien odiaba con todas sus fuerzas era haberle dado a Fugaku como hermano. Porque desde el mismo momento en que sus miradas se cruzaron supo que ambos tenían la misma mirada, eran infelices.

En realidad pasaron poco tiempo juntos, apenas unos cuantos días antes de que el partiera solo lejos de su padre dejándole solo de nuevo. Sin embargo, no le culpaba, a diferencia de él, que solo había tenido contadas ocasiones para ver a Madara en su niñez, sabía que para Fugaku con sus diecisiete años cumplidos era un tormento más insoportable. Por esa razón acepto resuelto el hecho de que se marchara de esa casa, esperando que encontrara algo de felicidad.

Afortunadamente el no tuvo que soportar mucho tiempo en ese lugar, pues aun si su madre había muerto, el todavía podía ser feliz en otro lugar. Y dos días después de que su hermano se marchara él lo hizo también de la mano del hermano de su madre.

*flash back*

Frente a la puerta de la mansión Uchiha, una limosina negra se detuvo silenciosa, de ella bajo un hombre con largos cabellos plateados que terminaban en punta sujetos en una coleta baja, el hombre a pesar del color de su cabello no era viejo, pero tampoco era joven, su cuerpo era bastante fornido, de hombros anchos y de estatura envidiable. Su semblante aunque era amable, tenía la rigidez de su edad, parecía molesto en ese momento su ceño era clara evidencia de esto.

Kakashi le observaba curioso desde lo alto de la habitación que ocupaba en esa casa, no esperaba ver a alguien como él en ese lugar, Madara jamás recibía a nadie en esa casa, y la inesperada visita no parecía dispuesta a marcharse sin verle.

Bajo cuidadoso las escaleras evitando encontrarse con los numerosos sirvientes que en su mayoría se mantenían ocultos entre las sombras pero si llamaba a alguno, era cien por ciento seguro de que saldrían en el primer llamado como si les invocaran con magia. Vio que un mayordomo dirigió a la visita al despacho de Madara. Espero a que se produjera algún ruido que pudiese darle una idea de lo que pasaba adentro y no tuvo que esperar mucho cuando escucho un ruido sordo, algo similar al sonido de un golpe seco.

Después el invitado indeseado, salió de la habitación totalmente furioso, con los puños apretados tal vez conteniendo el tamaño de su enfado infructuosamente, y mirando las escaleras más cercanas a él comenzó a llamarle.

-¡Kakashi! ¡Sal donde quiera que estés! –Gritaba demandante - ¡Kakashi!

Madara salió detrás del otro hombre con la mano sobre la barbilla parecía enrojecida y Kakashi supo que el otro hombre lo había golpeado. Decidió inmediatamente que esa persona le agradaba, Madara le producía temor y si ese hombre lo había golpeado no podía ser una mala persona.

Acorde GemeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora