Capítulo 34

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En la casa Hyuga los tres hermanos, miraban con extrañeza los vehículos frente a ellos. Según uno de sus sirvientes su padre había dispuesto dos limosinas que los llevarían a la escuela junto a un par de guardaespaldas cosa que hasta ese momento jamás había pasado. Durante el desayuno su padre le había dicho a los tres de manera seria que eran medidas de seguridad "Por si acaso" ninguno ni siquiera Neji se atrevió a cuestionar más asintiendo a la orden de ir con Hanabi y asegurarse de que llegase con bien a la escuela.

Hinata en cambio iría en el segundo vehículo ella sola, bajo el pretexto de que debía estar antes en el instituto por su entrenamiento para el torneo de kendo que estaba cada vez más cerca. La mañana fue extraña en si tanto que su padre había ido a despedirlos a la entrada de la casa sermoneando a Neji sobre proteger a Hanabi si algo pasaba y advirtiendo a Hinata sobre mantener la cabeza fría y confiar en sus habilidades con la espada aun si esta era una de bambú.

Los tres Hyuga se marcharon bajo la seria mirada de su padre, el vehículo de Neji y Hanabi salió primero sin percance alguno el de Hinata salió unos minutos después sin ser conscientes de que un vehículo desconocido salió de la intersección decidiéndose a seguir el segundo vehículo donde Hinata iba sentada al medio entre los guardaespaldas aferrada a su katana de bambú. Tenía la sensación de que algo pasaría en cualquier momento.

-Parece que nos están siguiendo...- Anuncio el chofer de Hinata llegando a la autopista.

-"¿Que?"- Pensó ella aterrada por las palabras de su chofer. Los guardaespaldas a su lado giraron su vista hacia atrás confirmando el avance de un auto negro desconocido.

-¡Sigue conduciendo! Una vez que lleguemos a nuestro destino estaremos bien.- Dijo uno de ellos.

-¡A la orden!- Dijo el chofer haciendo cambio de marcha y aumentando la velocidad para eludirlos sin que fuese obvio que ya habían notado que los seguían.

-¡No se preocupe Hinata-sama! La protegeremos sin dudar...- Le conforto el segundo guardaespaldas, al parecer sus nervios habían sido exteriorizados y ella no se había dado cuenta, por eso respiro profundamente y levanto la cara al frente. En el peor de los casos ella misma se protegería...

En la casa Nara la situación se había repetido, Shikamaru bajo las ordenes de su padre había coordinado a sus doncellas para que lo escoltaran camino a la escuela esa mañana. Debido a que había descubierto que Lina estaba herida, las elegidas para llevarlo eran Shiho y Kim. La rubia al volante y la morena a su lado, Kim era recién llegada Shikamaru le tenía aprecio por su espléndido talento con la música, pero su padre la había contratado por las capacidades de combate que ella tenía. Apenas llevaba algunos meses con ellos pero la chica se había mostrado eficiente y cabal en sus deberes, confiaba en que ella sería más útil por sus destrezas de mediano alcance que Ayame que era una combatiente de distancias mayores, mientras que Shiho era de distancia corta, y una experta con sus bisturís en combate, además de que contaban con su habilidad médica, confiaba en haber hecho una buena elección con ambas.

-Por favor tenga mucho cuidado Shikamaru-sama.- Se despidió Lina desde una lado de la ventanilla.

-No te preocupes las chicas estarán conmigo- Le dijo con una sonrisa de lado a su doncella y giro su mirada a sus dos acompañantes, inquiriendo confiado- ¿O no chicas?

-¡Por supuesto amo!- Respondieron las dos doncellas en el mismo tono confiado y servicial como estaban acostumbradas. Shikamaru sonrió satisfecho.

- Lo ves no tienes nada de qué preocuparte...- Reitero el menor y sin más que decir emprendieron su marcha a la escuela. Sin darse cuenta de que eran seguidos de cerca por un auto negro.

Acorde GemeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora