Jin observó a la mujer que estaba a su lado en el coche. Permanecía con la cabeza gacha y las manos agarradas la una a la otra. Si esa mujer tenía la misma personalidad que su hijo Jin podía adivinar lo que estaba pasando por su cabeza. Parecería tan fría como YoonGi, pero internamente su mente se fustigaría a sí misma. Se sentiría culpable por abandonar a su hijo y preocupada por si llegarían a tiempo para salvarle la vida. Alargó la mano para coger las de la mujer. Si era igual que YoonGi, ella las apartaría y le miraría como si se fuera vuelto un loco. Y, efectivamente, lo habría hecho pero Jin sostuvo sus manos con fuerza y las frotó para calentarlas.
- YoonGi siempre tiene las manos frías. Especialmente cuando está preocupado. - Comentó con una sonrisa. - Es como si toda su sangre se fuera a la cabeza. Pero él tiene las manos más grandes.
- Tendrá las manos de su padre. - Imaginó ella. Qué triste era pensar que ni siquiera podía decir con certeza a quien había salido su hijo. - Y aquellos que tenemos al oso como tótem tendemos a ser débiles ante el frío. - Añadió para intentar no pensar en algo demasiado triste.
- Ocurre igual cuando usa su poder. - La mujer le miraba sin hacer nada mientras Jin seguía hablando. - Hace no mucho se desmayó en medio del baño después de ayudar a un clan amigo. Por suerte, JungKook sintió lo que ocurría y le ayudamos a tiempo. - Aseguró. - Esta vez ocurrirá lo mismo. - Jin a veces podía resultar intrusivo y demasiado directo, pero era honesto y amable y eso atraía a las personas aún si se sentían algo incómodas por sus actos de desbordante actitud maternal.
- ¿Entonces es cierto? - Quiso saber la mujer dirigiéndose a JungKook, quien estaba conduciendo. Jin le había dejado el coche porque él era más agresivo y conduciría más rápido. El ambiente dentro y fuera del coche era muy distinto. Dentro había sido sólo silencio hasta que Jin lo había roto. Fuera, JungKook ya se había saltado tres semáforos.
- ¿Qué es cierto? - Respondió JungKook con brusquedad sin apartar los ojos de la carretera.
- Que eres realmente el protector de este clan. - Sus manos aún estaban entre las de Jin. Ciertamente era cálido.
- Yo sólo sé que tenía pesadillas muy raras. Y que al cumplir los 18 algo dentro de mí despertó. - Narró JungKook con apatía.
- Eso no te hace miembro del clan. - Afirmó ella. Entonces JungKook suspiró.
- Aquel día, YoonGi-Hyung estaba descansando arriba. Y nosotros estábamos todos en el garaje. Sentí... como se me encogía el pecho y supe inmediatamente que a YoonGi le ocurría algo. - Explicó lo mejor que pudo. - Yo simplemente obedecí esa sensación y subí y le encontré tirado en el suelo del baño tiritando de frío. El resto no importó. - Aseguró. - No me importa cómo o por qué lo supe. No me importa si ustedes o quien sea me considera de uno u otro clan. Puedes ponerle el nombre que quieras. Yo sé muy bien lo que quiero y a quien le debo mi lealtad y mi amor. - Parecía furioso y no podían culparle. Conducía temerariamente hacia el lugar donde Eric les había dicho que estaban sus hermanos. Por lo visto, Park les tenía encerrados en el sótano de su antigua casa. Aquella en la que la madre de JungKook había pasado años felices de su vida con su clan y un hombre al que amaba hasta que todo se volvió un infierno.
- Amor... - Pronunció ella. De pronto había recordado algo. - Hay muchos tipos de amor. - Opinó. - Vosotros... ¿Qué clase de amor hay entre vosotros? - Preguntó, pero al ver que no respondían inmediatamente rectificó. - Lo siento. No tengo derecho a inmiscuirme.
- No, no lo tiene. - Gruñó JungKook.
- Eso es lo que diría YoonGi-Hyung. - Comentó JiMin, quien estaba en el asiento del copiloto. - Estás aprendiendo su malas costumbres. - Aseguró casi divertido.
ESTÁS LEYENDO
Tótem |Múltiples parejas|
FanfictionJungKook lleva semanas teniendo unos sueños bastante raros y sobrecogedores. Siente que una figura enorme le persigue. Entre los estudios y su fiesta de cumpleaños, JungKook espera olvidarse pronto de sus pesadillas. La noche anterior a que cumpla l...