Indiferencia

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Tuvieron que pasar unos días ajetreados y angustiosos para que los BulletProof pudieran dormir juntos y tranquilos de nuevo. Cuando YuJin recobró las fuerzas, se esforzó al máximo para curar la herida de JiMin, que seguía en el hospital. Los chicos se turnaban para no dejarle solo ni a él ni a YoonGi, que aún descansaba en la casa. Su respiración iba mejorando poco a poco después de varias bombonas de oxígeno, de los tratamientos de su madre y de los cuidados por parte de todos sus hermanos. Aunque echaba mucho de menos a JiMin, sentimiento que era mutuo. Con cada persona que conoces tienes una relación algo diferente. Hay cosas que no harías con un amigo que sin dudar harías con otro. YoonGi y JiMin tenían una relación en la que no necesitaban hablar demasiado para sentirse muy cómodos el uno con el otro. Para YoonGi, la mayoría de sus hermanos eran usualmente molestos, ruidosos que no le dejaban dormir, pero la presencia de JiMin, aunque también era ruidoso a veces, solía tener en YoonGi un efecto calmante. Incluso si JiMin se acurrucaba contra él en el sofá o le abrazaba sin motivo alguno o, simplemente, se ponía a jugar con su pelo, YoonGi jamás hacía nada para evitarlo o se quejaba. Por su parte, JiMin encontraba un remanso de paz y de madurez en YoonGi, muy alejado del carácter juguetón de TaeHyung, o el irascible de JungKook, o el incansablemente bromista de Jin. JiMin sentía a su Hyung como su peluche particular, uno que podía abrazar y acompañar sin que hiciera el más mínimo aspaviento. Eso era gratificante a veces. Así que, esa era la razón por la que, cuando YuJin pudo curar por completo su herida, lo primero que hizo JiMin al volver a casa fue colarse bajo las sábanas de la cama en la que YoonGi descansaba. Y YoonGi le pedía que le contase algo, cualquier cosa. Tenía tantas ganas de no dejar de oír la voz de sus hermanos. A veces incluso se emocionaba al oír sus risas y no podía contener la sonrisa y las lágrimas. Así pasaron casi todo aquel día, charlando con JiMin abrazado a él, como si se tratase de un bebé koala. Eso fue un poco incómodo para YuJin, quien no entró en la habitación en casi todo el día. La verdad, era un poco doloroso que su hijo mostrase más afecto por uno de sus hermanos que por ella, que le había traído al mundo. Pero lo entendía, ¿qué esperaba? ¿Qué todo fuera de color de rosa cuando volvieran después de tanto tiempo? No, claro que no. YuJin no era estúpida, pero eso no lo hacía menos doloroso, teniendo en cuenta que YoonGi a penas le dirigía la mirada desde que se enteró de quien era. YoonGi no era un hombre de demasiadas palabras, su madre lo sabía, había sido así desde siempre. Ya con ocho años era más hostil con los extraños y más ácido que los otros niños. Claro que YuJin sabía también que esa actitud no era más que un reflejo de su propia personalidad. Así que, siendo así los dos, le era difícil interactuar con él. Además, su sentido del humor sí era bastante distinto, así que era aún más complicado para ella relajar el ambiente que se creaba entre ellos. Aunque YoonGi no estaba dispuesto a reírse de sus bromas igualmente. Cuando le habían dicho que era su madre, él no mostró ningún gesto, ni siquiera de sorpresa, pues era posible que ya lo hubiera sospechado. Al fin y al cabo, sólo ella tenía el mismo tótem con el mismo poder que él. Los tótems no eran heredados ni mucho menos, pero su personalidad y sus experiencias vitales habían desembocado en eso cuando se presentaron.

A pesar de que no tenía ninguna gana de quedarse a solas con ella, sabía que tenían algo de lo que hablar y estaba cansado de posponerlo más. Diría lo que tuviera que decir, escucharía lo que tuviera que escuchar y se acabaría. Además, él ya estaba lo suficientemente bien como para no necesitar más de su tratamiento y, por lo que le habían contado, ella debía volver a casa con SungHee.

Por todo ello, cuando llamó a la puerta y la vio entrar, se giró hacia el muchacho que le abrazaba. JiMin tenía la costumbre de abrazarlos a todos, igual que TaeHyung abrazaba cualquier cosa a su alcance mientras dormía. Y, para él, puesto que YoonGi era menos corpulento, le resultaba muy abrazable.

- Cachorro. - Le llamó. - Ve con los demás un rato. Déjanos solos un momento.

- Vale, Hyung. - Dijo desperezándose pues estaba medio dormido. YoonGi se dio la vuelta en la cama para mirarle. Era adorable ver como se frotaba los ojos y bostezaba. YoonGi se acercó y le dio un beso. JiMin, un poco sorprendido al principio, le correspondió rápidamente. Fue delicado y veloz, ya que no estaban solos, pero YuJin apartó la mirada igualmente. JiMin se deslizó fuera de la cama. - Llama si necesitas algo. - Dijo saliendo de la habitación y dejándoles solos, por primera vez en esos días.

Tótem  |Múltiples parejas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora