Tótem |Múltiples parejas|

El castigo

- NamJoon, por favor, no lo hagas. - Pidió Jin desesperado. - No le castigues.

- Apartate de él, Jin-Hyung. - El mayor se había punto entre medias del líder y el maknae en cuanto este último había llegado hasta ellos. YoonGi se había sentado junto a JiMin, que estaba en el sofá, con las piernas encogidas sobre este. Al principio, le miró como intrigado, con la cabeza torcida. YoonGi sabía lo que eso significaba. Luego se acercó un poco más a él y le olfateó. Después sonrió. JiMin era capaz de oler a JungKook en los labios de YoonGi, y él lo sabía.

- No seas cotilla, cachorrito. - Le susurró con fingida molestia. JiMin río por lo bajo y se giró hacia TaeHyung para contarle sus secretos oído.

- Sabes que no hay forma de que lo impidas. - Aseguró NamJoon con firmeza. - No me obligues a hacer esto más complicado de lo que ya es.

- Jin-Hyung... - Habló JungKook. - Está bien. No pasa nada. - Intentó calmarle.

- ¡No! ¡Esto no está bien! - Gritó. - No sabes lo que dices. No sabes lo que es capaz de hacer. - Había claro rencor en sus palabras.

- JungKook, ven vamos. - El maknae obedeció sin más y siguió al líder. Pero Jin no parecía querer darse por vencido y tiró del brazo de NamJoon para que le mirara.

- Castígame a mí. - Propuso. Todos le miraron anonadados. No podía estar hablando en serio. Jin lo había pasado realmente mal cuando había sido castigado. Hasta el punto de que había cortado su relación sentimental con NamJoon.

- No puedo hacer eso. - Sentenció él. - No es así como debe de ser.

- Por favor... - Suplicó.

- No, Jin-Hyung. - La voz de JungKook sonó clara. - Es mi castigo. Yo he cometido el error. Nadie pagará por mi negligencia. - No dijo nada más y siguió a su líder hasta el cuarto. Entonces la puerta se cerró tras ellos dejando un fuerte nudo en el estómago de los cinco jóvenes. Jin sólo podía pensar en el horror que había pasado aquella vez.

Unos pocos meses atrás.

- ¿Cómo te has atrevido a hacer eso? - NamJoon mantenía las manos en un puño y apretaba los dientes. Estaba enfadado. - Desobedecerme y traicionarme de ese modo.

- ¿Preferirías que me hubiera traicionado a mí mismo y a mis principios? - Quiso saber ofendido.

- Somos del mismo clan. - Le recordó el líder. - Se supone que tenemos que tener los mismos objetivos finales. ¿Para ti era más importante traicionar a ellos o al clan?

- Nosotros nos jugábamos el dinero que pudiéramos ganar. Ellos quizá se jugaban la vida. - Aseguró.

- G.D. no quería que esa gente entrara en nuestro distrito. Quizá lo que nos estábamos jugando era su lealtad. ¿Lo has pensado? Y eso nos puede costar todo, Jin. - Explicó completamente fuera de sí.

- Esa gente no tiene a donde ir. - Replicó.

- ¡Ese no es nuestro problema, Jin! - Gritó. - Nuestro deber es cuidar de los nuestros. ¡Joder! - Barrió con las manos la mesilla de noche haciendo que todo lo que había sobre ella se callera y rompiera. Jin se estremeció, nunca le había visto tan enfadado. - ¡Si no sabes que hacer simplemente obedéceme!

- NamJoon... - Intentó apaciguar su ira.

- ¡No! - Jin se encogió. - No puedo tener más consideración contigo porque seas mi pareja. - El propio Jin se dio cuenta de lo mucho que le había costado decir esas palabras.

- Sé de lo que estás hablando. - Aseguró. - YoonGi estuvo tres días soltando agua de los pulmones. - Recordó. - ¿Vas a castigarme?

- Me... - Le tembló la voz al principio. Respiró hondo. - Me has obligado a hacerlo.