Tótem |Múltiples parejas|

Salvar al clan

JungKook aún no comprendía como funcionaba su poder. Sólo supuso que, debido a la necesidad de salvar a los miembros de su clan, había funcionado mejor que nunca dándole la información justa que necesitaba. El lugar exacto donde Park tenía las llaves de la celda donde estaban retenidos HoSeok y YoonGi, el hecho de que la luz iba a desaparecer en ese instante y que, en breves segundos, iba a tener ayuda. No sabía nada de esa otra persona que llegaba hasta ellos en el momento indicado, su premonición sólo le había indicado una cosa, era un felino, igual que él.

No había usado demasiadas veces su capacidad de ver en la oscuridad. Bueno, en realidad no veía en la oscuridad, sino que necesitaba muy poca luz para ver. Así que su visión no era perfecta, pero veía mejor que cualquier otro allí. Con tan poca visión por parte de los presentes, todo se volvió caótico. Jin y TaeHyung obedecieron lo que le había dicho JungKook mientras la pantera se encargaba de impedir que Park disparar de nuevo. Jin dejó a NamJoon en manos de YuRi, recogió la llave del suelo que JungKook le había lanzado y, a tientas, la metió en la cerradura. Al abrir de golpe la puerta, no pudo ver nada, pero HoSeok se lanzó sobre él abrazándole y estaba temblando.

- Ayúdale, Hyung. - Lloró. Jin lo acunó entre sus brazos mientras YuJin entraba corriendo a la celda y buscaba el camastro donde estaba su hijo, al que no había visto en 14 años y al que no podía reconocer siquiera.

Por otro lado, TaeHyung había corrido hasta JiMin. JungKook aún lo tenía entre sus brazos. La pantera cogió su mano y la guió hasta la herida, para que la presionara y así evitar que perdiera sangre. Después de eso, TaeHyung no podía ver bien que hacía el maknae, pero podía oír los golpes y jadeos de esfuerzo de él y de Park. YuRi fue entonces hasta ellos y tiró de JiMin, arrastrándolo por el suelo, para meterlo en la celda y así alejarlo de la batalla, tal y como había hecho con NamJoon, mientras TaeHyung seguía presionando la herida y JiMin gemía intentando aguantar el dolor. 

- Vas a ponerte bien. - Le dijo a su hermano. En ese instante, ellos tres sintieron como una sombra que no podían ver cortaba el viento a toda velocidad alrededor suyo y se dirigía hacia los dos hombres que peleaban.

- Aparta, YuRi. - Le dijo una voz a su espalda que rápidamente se colocó a su lado y elevó a JiMin, cargándolo para poder llevarle dentro más rapidamente. 

- ¡SunHo! - Dijo la mujer sorprendida. - Tú has hecho lo de la luz.

- Sí, pero la luz volverá pronto. Y llámame Andy. - Pidió. - ¿Cuántas veces te dije que me llamaras Andy? - Dijo el miembro del clan Shinhwa entrando finalmente en la celda. - Mejor aguardar aquí. Ya sabes como se pone Hyung cuando pelea.

- Era él. - Comprendió YuRi. - Gracias al cielo. 

- Gracias a Erik-Hyung que nos ha llamado y nos ha enviado hasta aquí. - Habló poniendo a JiMin en el suelo, pues no había más camastros. - Vamos a estabilizarle para llevarlo al hospital. - Se quitó la sudadera que llevaba y la puso sobre la herida de JiMin y empezó a buscar la forma de atarla. Cuando acabó, se dirigió a YuJin. - Eugene. - La llamó. - Me extrañé cuando Erik me dijo que también estarías aquí.

- Hace ya mil años que nadie me llama así. -  No supo que otra cosa decir. Ni siquiera le miró, concentrada, con las manos temblorosas sobre el cuerpo de su hijo.

- ¿Cómo está? - Preguntó HoSeok por cuarta vez en los pocos segundos que habían pasado, ya que YuJin no le había respondido. - ¿Se va a poner bien?

- No...no lo sé. - Pronunció. - Tiene los pulmones muy dañados. Sin oxígeno... No sé si tendré poder para curarle lo suficientemente rápido. - Ella respiraba con fuerza y gotas de sudor empezaban a recorrer su frente. - No puede... respirar. - La voz se le atascó. Le había abandonado cuando era un niño y ahora era un hombre, al que no conocía, y su vida estaba en sus manos. Sin duda, no era la forma en la que había imaginado como sucederían las cosas.