JiMin no había sido el único en no dormir en la casa aquella noche. Aunque Jin había disimulado menos y se había ido antes de que nadie se fuera a acostar. Sin decir a donde iba, simplemente salió por la puerta. En realidad, todo sabían a donde iba, pero ninguno quería escucharlo en voz alta. Y ya sabían que no le harían cambiar de opinión. Ya lo habían intentado. Sí, porque esa no era la primera vez que salía de la casa a horas extrañas y sin decir a donde iba. Jin ya había tenido otros tres clientes antes que aquel, en lo que iba de semana.
Jin ya tenía ganada cierta reputación, así que, en cuanto habló con G.Dragón para retomar su antiguo negocio, este sabía por donde empezar, incluso a pesar de que Jin había pedido que fuera discreto. El líder del distrito no había intentado detenerle como habían hecho los demás, porque sabía que no restaría allí sin que NamJoon lo supiera. Si él no había podido hacer nada para impedírselo, él no se vio con derecho a intentarlo siquiera.
Por eso cogió el coche y fue a la dirección indicada. Era la primera vez que estaría con aquel hombre, pero no era la primera vez que le veía, aunque no recordaba con exactitud en que reunión del distrito le había visto, o si había sido en más de una. Igualmente, nada de eso importaba. Desde el principio, el hombre fue casi educado con él. Aunque, de de que entró por la puerta, no dejó de manosearle a su antojo. No es como si Jin no supiera a la que venía, de todos modos. Jin interpretó bien el papel y ninguno de los dos tardaron mucho en quitarse la ropa y meterse en la cama.
De no ser por su adicción, Jin estaría odiando aquello. No porque aquel hombre le tuviera en la cama a cuatro patas. Ni porque le estuviera agarrando del pelo tan fuerte que tenía el cuello en una posición incomoda, estirada hacia atrás. Ni siquiera porque le pedía que gimiera como la zorra que decía que era. Era por su saliva y su sudor. Sentía que llevaba puesto un pegajoso y maloliente traje hecho con los fluidos de aquel tipo. Por lo general, a Jin no le importaba un poco de aquello. Adoraba que lamiesen su cuerpo, le excitaba, de hecho. Tampoco el sudor solía importarle. Él mismo daba sudando. ¿Quién no sudaría con el ejercicio y el calor? Pero aquello era demasiado. Aquel hombre parecía querer ahogarle. Además de eso, Jin no pedía, ni mucho menos, que cualquiera con el que se acostaba, aunque fuera solo por placer, tuviera una forma física tan buena como la suya. Pero, aquel hombre, a pesar de que tenía brazos y piernas fuertes tenía una buena tripa, seguramente por la ingesta desmesurada de cerveza. Lo más desagradable era que sentía esa tripa apretar contra su espalda con cada embestida. Y, a pesar de todo eso, el placer que empezaba en su recto y se extendía por todo su cuerpo, le compensaba. Era como tener una dosis de esa adicción suya. Como darse un chute de heroina para un drogadicto. Cuando todo aquello acabara, no sólo conseguiría el dinero, estaría más tranquilo. Su adición estaría satisfecha por unos pocos días. Y , por supuesto, se habría quitado a aquella masa sebosa de encima. En los momentos en los que se sentía verdaderamente mal, normalmente ando dejaba de sentir excitación, pensaba en los motivos por los que estaba allí. Seis motivos: YoonGi, HoSeok, NamJoon, JiMin, TaeHyung, JungKook. Repetía sus nombres una y otra vez en su cabeza. Por ellos había comenzado aquella vida, por ellos seguía. Sin arrepentimientos.
- ¡No! - La voz de TaeHyung es grave incluso cuando grita, se queja o se ríe. - No muerdas. - Eso es lo que hubiera oído YoonGi mientras subía las escaleras, si pudiera escuchar. YoonGi no gritaba el nombre de nadie para buscarlo, por el simple hecho de que no podía obtener una contestación a larga distancia. ¿Qué sentido tendría? Pero sí llamaba a la puerta de cualquier lugar cerrado para avisar y, tras esperar unos segundo, simplemente entraba. Y eso hizo. Llamó a la puerta.
- No abras. - Dijo HoSeok al otro lado de la puerta.
- No estamos visibles. - Rió TaeHyung burlón. Sin embargo, al no escuchar respuesta, sabían inmediatamente que YoonGi era la persona al otro lado de la puerta. HoSeok salió de la cama medio corriendo y su pie se enganchó con unas de las sábanas callendo de bruces al suelo en el momento preciso en el que YoonGi estaba abriendo la puerta. TaeHyung se echó a reír a carcajadas. El oso simplemente se quedó mirando la escena sin mostrar ningún tipo de asombro.
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Tótem |Múltiples parejas|
FanficJungKook lleva semanas teniendo unos sueños bastante raros y sobrecogedores. Siente que una figura enorme le persigue. Entre los estudios y su fiesta de cumpleaños, JungKook espera olvidarse pronto de sus pesadillas. La noche anterior a que cumpla l...