Hermanos contra hermanos

1.7K 258 44
                                    

Entrar en la aquella mansión resultó demasiado fácil, así que una cosa estaba clara, el nuevo clan JYP les estaba esperando. La pregunta era, ¿por qué quería enfrentarse a ellos? ¿y por qué ahora? ¿Acaso, sencillamente, estaba loco? ¿O lo hacía porque realmente pensaba que podría vencer a todos los clanes sólo con unos cuantos protectores?

En el primer piso no había ni un alma, pero pronto se percataron de que ligeros sonidos y olores podían percibirse en la planta superior. Así que, aunque lo hicieron sin prisa, se encaminaron hacia allí. Cualquiera hubiera pensado que el segundo piso estaría dividido en habitaciones como lo estaba el piso inferior, pero no. Nada más subir la opulenta y ancha escalera, en la que se podían acomodar holgadamente cinco personas en cada peldaño, había una puerta de doble hoja con hermosas filigranas dibujadas. Era una pena que la casa estuviera tan mal cuidada, llena de polvo, humedad y desconchones, porque era una mansión que, en sus mejores tiempos, debía ser digna de un gran dignatario o un poderoso empresario.

- Bienvenidos. - Expresó de repente sin ningún disimulo cuando, cruzando la puerta, entraron en la gran estancia de la planta superior. Era un lugar diáfano, sólo había un mueble en todo el lugar, un brillante y lujoso sillón que desentonaba totalmente con el aspecto ruinoso de la casa. Sentado en él, como si fuese un trono, estaba el rey de la cochambrosa casa, Park JinYoung. A su lado, los seis protectores se mantenían de pie. Firmes como estatuas.

- MingHao. - Pronunció Jun, miembro de seventeen a su compañero. - ¿Qué haces? Vamos a casa. - Le dijo como si no entendiera que hacía allí plantado.

- Esta es su casa ahora. - Habló Park por él.

- ¿Qué les ha hecho? - Quiso saber ChanYeol de EXO.

- Creo que lo entendereis mejor con una pequeña historia. - Aseguró Park. - Había una vez un muchacho que, él día de su 18 cumpleaños, se manifestó como chamán. - Casi parecía que le hacía mucha ilusión contar su propia historia. - Pero no tenía clan ni compañeros en los que apoyarse así que...

- Puedes embaucarles de alguna manera con tu poder. - Soltó YoonGi de repente. No era sólo que no estuviera de humor como para prestar atención a ese tipo y a su estúpida narrativa, sino porque allí estaba algo oscuro, ya que no había lámparas y estaba poniéndose el sol, y la sala era lo suficientemente grande como para estar lejos, así que YoonGi ni siquiera podía leerle los labios, veía un poco mal de lejos y no se ponía ni las lentillas ni las gafas cuando tenía pensado pelear porque le eran incomodas. - Seguramente bastará con no mirarle a los ojos o no escucharle. - Opinó.

- O quizá sea por contacto cutáneo. - Propuso NamJoon. Estaba claro que a Park no le había gustado nada que hubiera cortado su palabrería de esa forma. Si algo sabía hacer YoonGi mejor que nadie era sacar de quicio a los demás y era de la opinión de que, cuando alguien se pone nervioso o furioso se vuelve estúpido y comete errores. Esa era una de las razones por las que YoonGi intentaba no exaltarse demasiado cuando estaba enfadado, así podía pensar con mayor claridad y calma. Con más sangre fría.

- Sí, parece ser algún tipo de hipnosis. - Apoyó Jin también, más que nada por hacer rabiar a JYP que parecía a punto de explotar por haber sido interrumpido.

- Ahora solo hay que saber como deshacerla. - Se unió Hani, quien le había sabido seguir el juego a los BulletProof.

- Nada podéis hacer para detenerlo. - La voz de Park sonó asqueada y profunda estaba vez, muy diferente a cuando había empezado a contar su historieta, que parecía que se la contaba a todo el mundo con el que se encontraba.

- Esto es una estupidez. - Bramó Krystal, de f(x). Caminó con pasos furiosos hacia su compañera. - Son nuestros hermanos, nunca nos harán daño. - Afirmó con absoluta seguridad. Cuando llegó hasta Amber, la cogió de la muñeca con suavidad y la miró a los ojos mientras todos miraban espectantes a ver que era lo que pasaba. - Nos vamos, Liu. - Tiró un poco de la mano de su protectora. Amber no se había movido hasta ese instante en el que cerró con fuerza el puño que tenía libre y lo levantó hacia Krystal. Por suerte, este no impactó en su cara, como parecía ser el objetivo de la protectora hipnotizada, pues alguien de los presentes usó su poder para salvar a la joven. Cuando quiso darse cuenta, Krystal estaba en brazos de Kai, a quien su animal espiritual, el guepardo, le ofrecía una increible velocidad aunque sólo pudiera usarla por unos pocos segundos. No servía para largas distancias, pero podía realizar algún que otro movimiento explosivo antes de cansarse por completo.

Tótem  |Múltiples parejas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora