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(Maratón 2/3)

Pequeñas gotas de agua fría impactaron sin mucha potencia contra la camisa de Jungkook, alertándolo.

Después de haber corrido hacia donde se encontraba la mamá del pequeño niño, caminaba de manera veloz para llegar a la banca en donde se había quedado Taehyung.

Más no terminó el recorrido, ya que se paró en seco. Suspiró.

El castaño se encontraba corriendo en círculos infantilmente bajo la leve llovizna. Estrechó su mirada y talló su frente con una mano.

Negó levemente, sin saber si sonreír o regañarlo.

Percatándose de su presencia, el mayor volteó en su dirección y sonrió alegremente, mientras lo saludaba agitando sus manos repetidas veces. Pero poco después una sonrisa algo perversa se dibujó en su rostro.

Caminó hacia él lentamente y en respuesta, comenzó a dar pasos hacia atrás, mientras posaba sus dos manos frente suyo.

Oye, tranquilo viejo.jpg

No supo en que momento se convirtió en una corretiza. Por alguna razón tenía un extraño miedo a que lo atrapara.

-¡Ven aquí Kookie!-Exclamó, a punto de alcanzarlo.

Jungkook gritó y Taehyung comenzó a reír a carcajadas. La situación era divertida para él.

-¡Para Taehyung! ¡Estás asustándome!-El azabache volteó por un instante hacia atrás y ése fué el error que cometió, ya que Taehyung lo alcanzó y lo atrapó.

-¡Te tengo!-Rió, apretujándolo entre sus brazos.-No puedes escapar de mí, Jungkookie.

El mencionado se retorció entre los brazos de el mayor, volteándose a duras penas para poder verlo.

-E-está lloviendo, Tae.-Murmuró, posando sus manos algo temblorosas en el pecho del contrario, agachando un poco su cabeza y desviando la mirada hacia algún punto del suelo.

La lluvia comenzó a caer con más fuerza sobre ambos, terminando de empaparlos. El castaño sonrió dulcemente, haciendo hacia atrás el cabello mojado del menor, para así tener un mejor acceso a su frente y poder besarla.

Las manos del azabache se dirigieron a los hombros del mayor, cerrando éstas en un puño, aferrándose a la playera color negra del contrario. El más alto juntó sus frentes, manteniéndose así por unos segundos. Cerró sus ojos, sintiendo solo paz invadirlo.

El relajante sonido de la lluvia de fondo, mientras la misma se filtraba por sus ropas y escurría por sus cabellos, creando pequeños pilares.

Solo eran ellos dos, viviendo una aventura que se conocía como amor. Una que era una hermosa y peligrosa adicción, un solo beso o palabra dejándote vulnerable ante la otra persona. Como una rosa, tan delicada y preciosa a la vista, pero siendo letal por sus espinas.

A Taehyung no le importaba clavarse espinas si la rosa era Jungkook. No le interesaba sangrar, ya que justo ahora lo tenía con él, y sabía que iba a aliviar el dolor ya tan borroso que se mantenía en su corazón. Por que Jungkook era tan dulce, pero también era agrio. Era tan frágil, pero a la vez fuerte.

Admiraba su fortaleza.

Y lo único que quería, era ocupar un lugar en su corazón. Quería que lo amara tanto como lo amaba él, quería ser la causa de sus sonrisas, de toda emoción positiva en él. Por que su bella risa era tan dulce...todo él era tan melifluo...que no sabía si era real.

Y justo ahora, la cercanía que mantenían era tan adictiva.. quería tenerlo entre sus brazos y no dejarlo ir jamás. Quería protegerlo de todo y de todos, se abstenía a dejarlo desamparado en un mundo donde tantas personas no estaban preparadas para alguien como él.

➴ ❝ ¡No soy un pasivo! ❞┊Taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora