Lazo Accidental [Junghope]

[04]

Yoongi y Taehyung observaron con enfado a Jungkook mientras le gruñían sintiéndose deseosos de lanzarse sobre él, sin embargo, sus deseos se vieron frustrados cuando la puerta del aula fue abierta dejando ver a Park Sora, una alfa de alta categoría, que era también la directora del instituto. 

—Basta—Su voz de mando era tan potente que todos los alumnos en el aula, sin importar a que parte de la jerarquía pertenecían agacharon la cabeza en señal de completa sumisión.

La mujer enfocó su mirada en Jung Hoseok, quien había despedido feromonas llenas de temor y coraje, sus ojos se abrieron exageradamente al observar en el cuello del omega una marca de unión. Por supuesto que ella conocía el problema que el pelirrojo tenía respecto a ese tema y era completamente consiente de que el chico estaba teniendo una crisis en esos momentos.

Con la mayor lentitud y delicadeza posible intentó acercarse a él, recibiendo en respuesta un gruñido por parte de Jungkook, quien se apresuró a tomarlo de la cintura, atrayéndolo hacía su cuerpo. Hoseok se dejó hacer, en esos momentos no estaba completamente consiente de lo que sucedía a su alrededor, su cuerpo temblaba mientras que sus mejillas se mantenían húmedas por las lágrimas que seguían escapando de sus ojos.

El castaño, al percatarse de esto se apresuró a abrazarlo soltando su aroma aún más en un intento por relajar al omega sin ser consiente de que era eso lo que lo mantenía inquieto y desesperado.

—Lo siento Hobi—Susurró en disculpa—Yo sabía que no querías...—Un par de lagrimas resbalaron por sus mejillas acompañadas de un débil chillido, evitando que continuará con sus palabras, gracias al lazo que había formado era capaz de sentir lo mismo que su contrario, y dolía, dolía de una manera inexplicable.

Sora observó la escena sintiendo pena, no sabía que podía hacer para ayudar a ambos chicos, pues si intentaba separarlos era seguro que el joven de cabellos castaños se transformaría y haría hasta lo imposible para evitar que lo alejaran de Hoseok. Ella siempre supo que Jungkook era un alfa, y se quedó callada por petición de la madre del chico. No pensó que aquello llegaría a causar tantos  problemas, pero ahora frente a sus ojos tenía las consecuencias de haber aceptado guardar tal secreto.

—Choi—Llamó a la profesora que se había encargado de escabullirse del aula para buscar su ayuda.

—¿Si directora?—Preguntó la omega mirándola en espera de una orden.

—Llama a los padres de ambos, yo los sacaré se aquí.—Ordenó con seriedad y la omega asintió,para después marcharse con rapidez.—Chicos, tienen esta hora libre, hagan alguna actividad pendiente o alguna otra cosa.—Pidió soltando un suspiro lleno de pesadez.—Min Yoongi y Kim Taehyung.—Llamó y ambos alfas la miraron—No salgan del aula.—Ordenó, dicho esto se acercó a Jungkook y Hoseok, quienes no se habían movido.—Jeon suelta al omega — Ordenó usando su voz de mando y pudo observar al castaño obedecer, soltando con lentitud al pelirrojo.

La alfa soltó un poco de su aroma con la intención de hacer que la desesperación del omega disminuyera, lo que pareció funcionar, pues de manera inmediata Hoseok se abrazó de ella y no parecía tener la intención de soltarla en un buen tiempo.

Jungkook, sintiéndose celoso de aquello soltó un gruñido y se puso en posición de ataque, listo para lanzarse contra la alfa y pelear para dejarle en claro que el omega era suyo y de nadie más.

—Quieto—ordenó antes de que el alfa castaño se lanzará sobre ella.—Salgamos de aquí, este no es el sitio adecuado para hablar—Ordenó y sintió el cuerpo de Hoseok relajarse un poco, separándose de ella. Salieron del aula caminando en silencio y con bastante lentitud, hasta llegar a su oficina, en la que se apresuró a tomar asiento, observando a ambos chicos mirar el sitio con incomodidad y manteniendo una distancia bastante grande.

En el interior de ambos una guerra entre la parte humana y lobuna estaba llevándose acabo, ya que gracias a la reciente marca, ambos necesitaban de la cercanía del otro para poder mantenerse estables, sin embargo, Jeon se sentía culpable, había causado mucho daño y no quería herir más a su mejor amigo, por lo que optó por mantenerse alejado, mientras que Jung aún intentaba procesar lo que había sucedido.

—La profesora Choi llamó a sus padres, esto es un asunto muy serio, y necesitó que los encargados de ustedes tomen un par de decisiones importantes al respecto, así que tendremos que esperarlos.—Comentó simplemente observando los ojos de ambos jóvenes abrirse con sorpresa y casi de inmediato, feromonas llenas de terror por parte de ambos chicos invadieron la oficina.

No era un secreto para absolutamente nadie que Jung Hoseok le temía a su madre, pues esta mujer a pesar de aparentar una actitud relajada y bastante dulce, era también una persona con un carácter tan fuerte que podía llegar a confundirse con una alfa. Además, el pelirrojo era consiente de que en cuanto su madre se diera cuenta que quien no había marcado era Jungkook, se lanzaría sobre él y no lo soltaría hasta asesinarlo.

Tampoco era un secreto para absolutamente nadie que Jeon no era del agrado de su madre y muy seguramente no solo el alfa recibiría una buena paliza, sino también el pelirrojo, por no haber obedecido cuando su madre le pidió o más bien le exigió que se alejará de él.

Feromonas llenas de desesperación por parte de Jungkook invadieron por completo la oficina, pues, aunque su madre omega no era tan intensa como la de su mejor amigo, estaba completamente loca, y seguramente cuando escuchará lo que había hecho, lo castigaría por el resto de su vida, no sin antes darle unos buenos golpes.

Y nadie lo defendería, pues su madre alfa era demasiado pacífica para hacer algo, y solo se unía a su madre omega cuando de apuestas se trataba. Ambos estaban metidos en un gran lío del que les sería muy difícil salir.