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-Dije que valdría la pena amarte a ti, no sufrir por ti, ¿entiendes la diferencia?
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La parte lobuna de Hoseok gruñó ante la imagen frente a él, Jungkook estaba besando a Yugyeom, una sonrisa dolida se dibujó en su rostro y con el mismo silencio con el que abrió la puerta volvió a cerrarla y se alejó a pasos acelerados.

La presión en su pecho aumentó, y un nudo de formó en su garganta, ahora entendía lo que Minho estaba sintiendo en esos momentos y lo detestaba.

Intentó ignorar el sin fin de sensaciones desagradables que se habían instalado en su pecho sin su permiso. Llegó a la biblioteca que siempre estaba vacía y se recargó en la pared sintiendo sus mejillas mojadas, se apresuró a limpiarlas con la manga de su suéter y colocó una mano en su pecho intentando relajar su respiración y sin poder evitarlo dejó escapar un sollozo, ¿por qué?, ¿por qué le dolía de esa manera?

Su pecho ardía, nunca antes había sentido algo parecido, una combinación de rabia, dolor y decepción ¿El amor dolía se esa manera?, si era así, él no lo deseaba en su vida.

—¿Hoseok?—Escuchó que lo llamaban en un susurro y deseó que se lo tragará la tierra, hace ya mucho tiempo que no lloraba de esa manera, ¿porqué de todas las personas que había en el instituto tenía que ser precisamente él quién lo viera?, se sentía tan avergonzado.

Levantó la cabeza encontrándose con la mirada llena de preocupación de Yoongi, y de su pareja Jimin, ambos lo miraban en silencio, haciendo bastante incómoda la situación. El timbre que indicaba que el receso había terminado sonó y Jimin soltó la mano de Yoongi, que lo miró confundido.

—Iré a clases, creo que ustedes necesitan hablar—Sonrió con bastante tranquilidad.—Se que estas muy preocupado—Dirigió su mirada hacía Hoseok.—Hasta pronto Hobi—El tono de Park Jimin era tan dulce que causaba una relajación increíble en el pelirrojo.

Solo fue cuestión de segundos para que Jimin se marchará dejando solos a Hoseok y Yoongi, quienes se miraban en silencio.

—¿En qué momento vas a romper en llanto?—Preguntó Yoongi sorprendiendo al omega.

—¿De qué estás...

—Vamos Hoseok, te conozco desde pequeños y se que estás apunto de derrumbarte, sin embargo, quieres esperar a que me vaya para hacerlo porque no quieres preocuparme—Comentó el peliazul mostrándose serio y se acercó al pelirrojo, ofreciéndole un abrazo sobando su espalda con suavidad con la intención de consolarlo.—Ahora puedes llorar, si quieres contarme lo que te paso voy a escucharte con atención.—Susurró mientras soltaba su aroma, el lobo de Hoseok se debilitó ante el aroma, dejando atrás la fortaleza que mostraba y como Yoongi mencionó, el omega se permitió romperse, pequeñas lágrimas escaparon de sus ojos acompañadas de inaudibles sollozos, mientras que el pálido se mantenía en silencio.

—Yo, hablé con Minho, le dije todo y...—Un sollozo escapó de sus labios.—Ahora me odia, y Jungkook—Su pecho ardió ante la mención de ese nombre.—Él está con Yugyeom, lo besó Yoongi, él lo beso—Fueron sus únicas palabras antes de ocultar su rostro en la separación del cuello y hombro del alfa.

El peliazul no dijo absolutamente nada, pero su lobo estaba que se moría por acabar con la existencia de Jeon Jungkook, sin embargo, su prioridad era el bienestar del omega, el cuerpo de Hoseok estaba temblando, el pálido sabía lo que significaba, así que se acercó a una silla, y lo obligó a sentarse.

—Llamaré a tu mamá, no estás bien.—Avisó al pelirrojo, que solo asintió ante sus palabras.

—Yoongi—Susurró y el pálido lo miró.—No digas nada de esto, ni mucho menos hagas nada, por favor.—Pidió y Yoongi a regañadientes aceptó.

Llamó a la madre de Hoseok y juntos esperaron a la llegada de Seulgi, quien a petición de Yoongi, se llevó a ambos.

—Mamá, vamos a casa de los Jeon—Pidió Hoseok con la mirada perdida.

—Cariño, primero vayamos a comer, seguro Yoongi también tiene hambre.—Respondió con una sonrisa observando a Yoongi dormir en el asiento del copiloto.

—No, mamá, quiero ir por mis cosas, ya no quiero vivir allí, ni mucho menos ver a Jungkook cuando él vuelva a su casa—Le respondió para después morder su labio inferior.

Seulgi, sorprendida ante la declaración de su hijo frenó de manera brusca, provocando que Yoongi al ir dormido, se estrellará contra el parabrisas.

—¡Ay, mi carita!—Se quejó el peliazul mientras sobaba su rostro.—¡Señora, tenga más cuidado!—Regañó—¡Pude morir!—Dramatizó esperando que Hoseok sonriera, pero no consiguió más que un ceño fruncido por parte del pelirrojo y un golpe en la cabeza por parte de Seulgi.

Una vez que llegaron al hogar de los Jeon, Hoseok se detuvo frente a las madres de Jungkook, agradeciendo por el tiempo que le permitieron vivir allí, y disculpándose por marcharse tan de repente.

No dio explicación de sus motivos para irse, solo pidió que Jungkook no lo buscará más.

—Hobi, ¿pasó algo?—Preguntó Sodam mostrándose preocupada.

—Nada, absolutamente nada—Le respondió el pelirrojo intentando sonreír.—Solo, me di cuenta de que cometí un error, Jungkook no es el alfa para mi, pronto su marca va a borrarse y cada uno seguirá con su vida.—Expresó como si nada y tomó entre sus manos una de las maletas que faltaba por sacar.

—¿Jungkook sabe que te irás?—Cuestionó Shin Hye en busca de un pretexto para impedir que el pelirrojo se marchará.

—No, pero no se preocupe, a él no va a importarle.—Justo en ese momento hizo una reverencia.—Nuevamente gracias por todo, espero verlas pronto.—Dicho esto dio media vuelta y salió del hogar de los Jeon.

Subió al auto de su madre, justo después de que Yoongi lo hizo y el auto se puso en marcha, eso era lo mejor, se repetía Hoseok una y otra vez.

Su celular sonó, miró la pantalla y al darse cuenta de que se trataba de Jungkook, lo apagó y lo devolvió a su bolsón, no quería hablar con Jungkook en ese momento, no era sano para él.

Lazo Accidental [Junghope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora