Lazo Accidental [Junghope]

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—Juró que si vuelvo a verlos tan juntos no habrá contemplaciones y los mato a los dos.—Sentenció Jungkook en voz alta mientras gruñía con autentica molestia bajo la mirada divertida de Namjoon.

—Fuiste tú quien decidió que su separación sería definitiva, no conforme con eso te negaste a escucharlo cuando te busco y para colmo te tomaste la libertad de ignorarlo como si no fuera nada—Comentó Namjoon desviando su atención a su cuaderno.—En realidad no tienes argumentos válidos para quejarte, lo rechazaste y ten por seguro que si tú no lo quieres, Taehyung o algún otro lo hará.—Aseguró con tranquilidad y una mueca se formó en sus labios al escuchar los gruñidos de Jungkook.

—¡Yo si lo quiero!—Gritó el castaño dejándose caer sobre la cama y miró el techo sintiéndose frustrado.

—Si lo quieres ve a buscarlo y detén esta situación tan absurda—Intervino Seokjin antes de morder la manzana que sostenía en su mano derecha.

Se encontraban en el hogar de Jin, más específicamente en su habitación realizando un proyecto de física, aunque Jungkook ni siquiera se imaginaba lo que el pelirosa tenía planeado para él.

—Lo haría si no estuviera todo el tiempo pegado con Taehyung.—Contestó de mala gana y el timbre de la casa sonó, el pelirosa se puso de pie y jaló a su pareja del gorro de la sudadera obligándolo a levantarse también.

—Uh, de nuevo tengo hambre, Nam me acompañará por algo de comida, espera aquí.—Pidió el omega y sin darle tiempo a Jungkook de responder, arrastró a Namjoon fuera del sitio, cerrando con un portazo que tomó por sorpresa al castaño.

Una vez fuera de la habitación, el omega soltó a su pareja y se apresuró a correr escaleras abajo, siendo seguido por su pareja, quien tenía una expresión de preocupación total, le sorprendía lo energético que su novio se encontraba en esos días y por supuesto que le provocaba terror que el omega se hiciese daño al ser tan descuidado consigo mismo.

Dioses, a ese paso su estrés subiría hasta el cielo.  

Detuvo sus pasos cuando observó a su pareja detenerse al escuchar el timbre de la casa sonar y no pudo evitar mirar por la ventana, sorprendiéndose al ver a Hoseok allí en compañía de Taehyung, ambos lucían muy tranquilos en espera de que la puerta del sitio fuera abierta.

—Por favor, dime que no hiciste lo que creo que hiciste.—Pidió el alfa moreno mirando con un poco de frustración a su novio, quien sonrió inocentemente para después alzarse en hombros.

—Por supuesto que lo hice.—Respondió tranquilamente y suspiró con pesar ante la mirada acusatoria del joven.—Dioses Namjoon, no te atrevas a regañarme, tú también estás harto de todo esto.—Sentenció con un mohín en sus labios y esquivando al joven avanzó hasta la puerta, abriéndola y permitiendo el paso de sus amigos, quienes saludaron con sonrisas amables.

—Taehyung, ¿puedo hablarte un segundo?—Cuestionó el omega de cabello rosa mirando con una sonrisa sarcástica al rubio, quien frunció el ceño sin comprender, por lo que Seokjin rió sin gracia y lo tomó fuertemente del cuello del buzo blanco que traía puesto.—¡Volveremos en un momento!—Aseguró con una sonrisa inocente y arrastró a Taehyung consigo, dejando solo a Namjoon y a Hoseok en la estancia de la casa, ambos jóvenes se miraban confusos, pero Hoseok se alzó en hombros, restandole importancia a la escena que acababan de presenciar, terminando por sonreír.

—Y ¿Cómo te sientes ahora que sabes que tendrán un bebé?—Preguntó tranquilamente y Namjoon sonrió.

—En realidad no sabría como responder.—Expresó tomando asiento en uno de los sofás, siendo seguido casi de inmediato por el pelirrojo.—Es una montaña rusa de emociones, al principio estaba tan sorprendido, creí que Seokjin me estaba jugando una broma pesada, pero resultó que no.—Contó soltando una débil risita.—Luego me llene de euforia, quiero decir, Seokjin y yo tendremos un bebecito, siempre me han gustado los bebés y la idea de tener uno con la persona que amo me hizo sentir muy feliz, a mi alrededor solo podía ver corazones y pensar en lo perfectos que seríamos como familia.—Sonrió tontamente, contagiando a Hoseok, quien se mostró enternecido por las palabras del joven moreno.—Hasta que en un momento de lucidez me estrelle con mi realidad.—Su hermosa sonrisa se borró, dejando en su lugar una expresión llena de preocupación.