[12]

6.1K 1K 71
                                    

El domingo llegó más rápido de lo esperado, Jungkook había pasado todo el fin de semana en el hogar de los Jung, pues se había prometido a sí mismo ni siquiera pensar en irse si no llevaba a su mejor amigo consigo.

—¡Jeon, se de ayuda y pica las verduras!—Ordenó Seulgi con una mirada llena seriedad, pues se les había hecho algo tarde y a falta de ayuda tuvo que recurrir al joven castaño, quien formó un mohín en sus labios, suspiró con gran pesar y avanzó hasta donde la mujer se encontraba, tomando entre sus manos un cuchillo y las verduras que la omega le extendió.

—No tardaré—Prometió Jungkook de mala gana, no entendía porque deberían esmerarse tanto solo por la presencia de Choi Minho, ¡Él ni siquiera era el alfa de Hoseok!, bueno, Jeon tampoco lo era por completo, pero la marca en el cuello del pelirrojo sumado a los años que llevaban conociéndose le sumaba solo unos cuantos puntos ¿no?

Jungkook picó las verduras con tranquilidad, mientras observaba a Hoseok cuidar que el arroz que preparaba no se batiera o quemará, el pelirrojo parecía bastante concentrado en no echarlo a perder y eso le desagradaba al castaño, ¿Por qué su mejor amigo nunca se esmeraba tanto cuando se trataba de él?

Por supuesto que lo hacía, solo que Jungkook era un llorón de primera y adoraba exagerar la situación victimizandose en la menor oportunidad, incluso estaba apunto de reprocharle al omega la falta de atención, pero el celular en su bolsillo detuvo sus acciones. Sacó el pequeño artefacto del bolsillo izquierdo de su pantalón y contestó la llamada sin fijarse de quien se trataba.

—¿Hola?—Habló colocando el celular entre su oreja y su hombro mientras continuaba con su tarea de picar las verduras.

—Jungkook, hola...—La tímida voz fue reconocida por el castaño que sonrió en grande soltando el cuchillo que sostenía y dejando de lado las verduras, concentrándose completamente en la llamada.

—¡Yugyeom!—Casi gritó agrandando su sonrisa, Hoseok desvío la mirada de lo que hacía ante el grito emitido por el castaño, prestándose total atención e hizo una mueca desconforme para después salir de la cocina con pasos tranquilos.—Es bueno oírte, ¿qué sucede?—Cuestionó curioso sin poder evitar que esa sonrisa de bobo se dibujará en su rostro sin percatarse de que el omega se había marchado.

Estúpido, deja de sonreír como idiota, ese chico bonito no es nuestro omega—Regañó su lobo con un tono bastante severo.—¡¿Me estas oyendo inútil?!—Gritó el lobo sintiéndose frustrado al notar que había sido olímpicamente ignorado por su lado humano que no hacía más que sonreír tontamente.

—Bueno, quería saber si tienes tiempo libre el jueves—La tímida y dulce voz de Yugyeom encantó a Jungkook, tanto que se alejó del sitio donde picaba las verduras hasta llegar a la  ventana observando el hermoso paisaje de esa tarde.

—¿El jueves?, ¡por supuesto!—Aseguró y escuchó la risita del beta.

—Entonces, salgamos al cine, ¿qué te parece?—Cuestionó con dulzura, el castaño aceptó la propuesta sin siquiera pensarlo y después de un par de palabras dulces la llamada finalizó.

Jungkook volteó en busca de su mejor amigo para contarle que iría con Yugyeom al cine, sin embargo, ni el pelirrojo ni su madre estaban allí. El castaño se alzó de hombros restandole importancia y continuó con lo que hacia, quizás más tarde le contaría a Hoseok sobre su cita.

Dos horas pasaron para que la cena estuviera lista, solo esperaban a Choi Minho, pero Jungkook se sentía muy agotado, pues de repente Hoseok estaba de muy mal humor y no entendía el motivo, según recordaba ellos no habían discutido pero decidió no darle más vueltas al asunto cuando el timbre de la casa se escuchó de manera escandalosa.

Observó a Siwon y Seulgi correr como si su vida dependiera de ello, peleando por quien abriría la puerta, siendo la omega la ganadora al darle una fuerte patada a su esposo que lo mandó lejos, escuchándose únicamente un grito para nada masculino y el golpe que el alfa se dio al estrellarse con un librero. 

—Buenas noches señor y señora Jung—Saludó Minho con una reverencia, iba bastante bien vestido, Jungkook tenía que admitirlo, Minho era un alfa bastante guapo y educado, en cambio él...Sus pensamientos se vieron interrumpidos al ver a Hoseok acercarse a saludar al recién llegado y depositando un beso en su mejilla.

¿Vas a quedarte ahí parado imbécil? —Regañó su parte lobuna en un gruñido por lo que el castaño tragó saliva.—Si no alejas a ese alfa de nuestro omega voy a hacerlo yo—Amenazó y Jungkook caminó hacía el pelirrojo tomándolo del brazo intentando alejarlo de Minho recibiendo un bien disimulado rechazo, que solo fue percibido por él.

Una sensación desagradable se instaló en su pecho, ahora estaba de acuerdo con su lobo y se lanzaría sobre Minho para matarlo. Hoseok nunca lo había rechazado de ninguna forma, y en ese momento, el pelirrojo sonreía en grande mientras conversaba con el joven de cabellera de tonalidad rubia ceniza.

La cena fue bastante incomoda para Jungkook, pues la madre de Hoseok no hacía más que halagar a Minho diciéndole lo lindo y agradable que era, pero algo que hizo que los tres adolescentes se atragantaran con lo que comían fue la pregunta que formulo Seulgi sin ningún filtro, y evidentemente sin importarle lo que el castaño pudiera sentir.

—¿Es cierto que después de que la marca en el cuello de mi Hobi se borre lo marcarás?

Minho había asegurado que lo haría porque estaba completamente enamorado del pelirrojo. Hoseok estaba casi tan rojo como su cabellera y Jungkook, bueno él, estaba enfadado.

—Permiso.—Fue lo único que dijo para después levantarse de la mesa e irse a la habitación del pelirrojo caminando a zancadas.

Él no permitiría que Minho lo marcará, no podía hacerlo o mas bien, no quería hacerlo. Conocía la razón pero no estaba listo para aceptarla todavía.

—Hobi es nuestra pareja destinada, él lo sabe y tarde o temprano tendrá que aceptarlo.—

Suspiró con pesar ante los pensamientos que su lobo le transmitió y negó con la cabeza, quizá eran destinados pero él no quería forzar lo que se diera entre ellos. Abrió con lentitud la puerta de la habitación del omega y se adentró a la misma, dejándose caer en la cómoda cama, sonriendo felizmente ante el suave aroma a frutos rojos y algodón de azúcar que pudo percibir, cayendo profundamente dormido unos minutos después.

Lazo Accidental [Junghope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora