Lazo Accidental [Junghope]

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—Lo que sucedió fue algo muy grave, el rechazo del omega provocó que el lazo se tensara y como consecuencia, el lazo entre ellos esta roto.—Comentó el doctor mirando a los padres de Jungkook y Hoseok.

Ambas parejas estaban extremadamente preocupadas, pues sabían perfectamente lo que significaba un lazo roto y las consecuencias que podía traerles. 

—Pero, ¿van a estar bien verdad?—Preguntó Seulgi mirando al hombre frente a ella que solo soltó un suspiro.

—Hasta ahora todo indica que si, era una unión temporal, sin embargo, no sabemos con precisión el daño que la ruptura provocó. Existen dos posibles consecuencias.—Dicho esto el ambiente se torno aun más pesado de lo que ya se percibía.—La primera que es la más simple, es que al no estar listos para la ruptura, ambos lobos buscaran que la unión vuelva a formarse, y la segunda que es quizás la que más daño podría causarles...—Se lo pensó por un momento.—Puede que el lobo del alfa se sienta dolido por el rechazo del omega, creando una especie de rechazo hacía él, entonces no habrá nada que hacer y a pesar de ser pareja destinada no podrán estar juntos nuevamente.—Explicó y los cuatro adultos abrieron los ojos de manera exagerada con evidente preocupación.

—Si ellos presentan la segunda consecuencia ¿no existe una forma de evitar el rechazo?—Cuestionó Sodam jugando nerviosamente con sus manos.—Ellos están muy apegados y estoy segura de que mi hijo no se permitiría rechazar a Hoseok.—Comentó siendo observada por el resto de los presentes, quienes reflejaban tristeza ante lo ingenua que la omega estaba siendo.

—Podría suceder pero no habría muchas esperanzas, además, si no funciona eso los lastimaría más, arriesgando su salud.—Le respondió el hombre con simpleza.—¿En verdad esos jovencitos son destinados?—Cuestionó con incredulidad y los contrarios lo miraron.

—Si, estamos totalmente seguros de que lo son.—Respondió Shin Hye con seriedad.

—Miren, no quiero darles falsas esperanzas pero al ser destinados, podría ser que sus lobos busquen restablecer la unión, así que para facilitarlo yo les recomiendo que hablen con ellos e intenten remediar lo que sea que haya causado el rechazo.

—Gracias—Habló Siwon.—¿Podemos verlos?—Preguntó mirando al doctor con suplica.

—Claro que pueden, Jeon Jungkook esta en la habitación 211 y Jung Hoseok en la 223—Les sonrió.—Solo eviten exponerlos a emociones fuertes por ahora, como les dije, los lobos de ambos aún están delicados.—Dicho esto se dio media vuelta y caminó con tranquilidad alejándose de ellos hasta perderse en los pasillos.

—Bueno, después discutiremos para saber que fue lo que paso—Habló Sodam mirando a Siwon.—Vamos Shin Hye, quiero ver a mi bebé.—Dicho esto tomó a su pareja de la mano y se fue de allí con pasos apresurados.

—Vamos a ver a Hoseok.—Habló Seulgi mirando a su esposo, quien asintió pero detuvo su caminar al recordar algo.

—¿No crees que Yoongi también debería venir?—Cuestionó mirando al joven de cabellera azul, que se encontraba dormido en uno de los sillones de la sala de espera con una mueca de desagrado en su rostro, muy seguramente estaba muy incómodo durmiendo allí.

Eran casi las diez de la noche, el pálido se había negado a marcharse hasta saber que había pasado con Hoseok y Jungkook, así que simplemente llamó a su hogar para avisar que no volvería y a pesar de la insistencia de su madre, Yoongi se negó a volver a casa por esa noche.

—Si, tienes razón—Respondió Seulgi con una pequeña sonrisa y caminó hacía donde el pálido se encontraba.—Yoongi—Lo llamó mientras lo sacudía con delicadeza.—Ya podemos pasar a ver a Hoseok, despierta.—El peliazul abrió los ojos de manera perezosa y soltó un bostezo, para después tallar sus ojos.

—¿Ambos están bien?—Preguntó mirando a ambos adultos con curiosidad, recibiendo un asentimiento por parte de Siwon, quien mantenía una expresión tranquila.

—Te explicaré después, vamos.—Pidió Seulgi con tranquilidad, Yoongi asintió y se puso de pie para después avanzar junto a los padres de Hoseok en dirección a la habitación en la que se encontraba el omega.

[ ... ]

Jungkook abrió los ojos con lentitud sintiéndose aturdido por la luz que impactó con su rostro, se sentía confundido pero recordaba todo lo que había sucedido con Hoseok.

No estoy enamorado de ti.

De todo lo que el pelirrojo le había dicho, esas  palabras eran las que más habían dolido, ¿por qué le había dicho aquello?, ¿qué sentido tenía que aceptará su cortejo si al final todo resultaría en un rechazo más grande y doloroso?

No hablaste con Yugyeom, yo te vi besarlo Jungkook.

Si había visto aquello, ¿por qué no le dijo nada?,¿por qué no entró al aula para enfrentarlo y gritarle como cualquier persona lo haría?, ¿por qué huyó de esa manera?, el deseo de explicarle que todo había sido un error volvió a él pero ¿valdría la pena intentarlo?, no, por supuesto que no.

—¡Jungkook, mi bebé!—La voz de su madre le obligó a voltear, la omega corrió hasta su hijo y lo abrazó con todas sus fuerzas.—¿Cómo te sientes?, ¿te duele algo?—Preguntó mientras examinaba de manera detallada el rostro de su hijo, que se encontraba pálido.

—Estoy bien mamá, ¿por qué estoy aquí?—Preguntó mirando a su madre.—¿Dónde está Hoseok?—se mordió la lengua ante su pregunta, no quería  preguntarlo, sin embargo, podía sentir la inquietud de su lobo por tener noticias del omega.

—Él esta aquí, solo a un par de habitaciones—Respondió su madre alfa con seriedad y la inquietud de Jungkook creció.

—¿Qué paso?, ¿por qué estamos aquí?—Cuestionó empezando a alterarse.

—Cariño, te lo explicaremos todo, pero antes de hacerlo, necesitamos hacerte una pregunta. —Jungkook se quedó callado en señal de que respondería la pregunta.

—¿Qué fue lo que pasó entre Hoseok y tú?, ¿pelearon de nuevo?—Cuestionó Sodam tomando su mano.

—No quiero hablar de eso, quiero que me expliquen porque estoy aquí.—Empezaba a impacientarse.

—Esta bien, vamos a explicártelo.—Ambas mujeres se miraron, ninguna de las dos quería darle semejante noticia a su hijo, pues, no querían ni imaginar la reacción que tendría.

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Hay sentimientos que no pueden ser explicados con palabras, pero queman el alma y rompen el corazón