[Extra 2]

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Se encontraba frente a su computadora terminando el ensayo de cien paginas que tenia que entregar al día siguiente, estando bastante concentrado y sintiéndose bastante nervioso, ya que valía el cuarenta por ciento de su calificación.

—¡No puede ser! — alejó sus manos del teclado y respiro profundamente y echando su cabeza hacia atrás — Bebé no es momento — se dirigió a su vientre de tres meses. — Estoy apuntó de terminar con esto, solo me faltan dos párrafos, además, no entiendo que es lo que puede provocarte tanto asco, llevamos más de tres horas sin come...

No terminó de hablar pues sintió el reflujo subir por su garganta obligándose a sí mismo a ponerse de pie y correr hasta el baño de su hogar para finalmente vaciar todo el contenido de su estómago sintiendo su garganta arder y pequeñas lágrimas haciéndose presentes.

Cuando terminó siguió sintiendo náuseas, suspiro profundamente y se levantó para después mirarse en el espejo.

— Relajate Hoseok — se dijo a sí mismo sin dejar de observar su reflejo y una vez que se sintió mejor sonrió un poco y colocó su mano sobre su vientre. — Te amo pero evita hacerme vomitar tanto — pidió con dulzura y volvió a donde estaba su computadora.

—¡Ya llegó por quien llorabas! — exclamó Jungkook después de abrir la puerta de su hogar observando a Hoseok sobre el sofá en compañía de su abuela, quien lo miró incrédula.

—Dudo que mi nieto llore por ti — respondió la abuela simplemente haciendo que el castaño se sintiera avergonzado y Hoseok soltará una risita cargada de diversión. — Dejate de payasadas y ven a ver esto — ordenó y Jeon se apresuró a acercarse logrando ver que la abuela Jung había llevado bastantes cosas para bebé, desde ropa, hasta biberones, entre otras cosas.

—¿Para que tantas cosas? — preguntó Jungkook sorprendido observado todas las cosas.

—Es mi primer bisnieto, es obvio que voy a llenarlo de regalos — respondió la abuela.

—Por cierto, Jin vendrá con los niños en un rato — comentó Hoseok depositando un  beso en la mejilla de su esposo, quien sonrió ante aquello.

—Bien, entonces hay que esperarlos — sonrió esplendido y el pelirrojo asintió.

[...]

Seokjin se encontraba en la cocina del departamento preparando algo delicioso para Hoseok y Jungkook, quienes se mantenían jugando con sus cachorritos que para ese entonces tenían ya cinco años.

Soo Bin se mantenía al lado del pelirrojo sonriendole espléndido sin apartar su mirada de lo que el omega hacía.

—Tio Hobi, hueles muy rico — comentó el pequeño alfa observándolo con admiración y un pequeño brillo en sus bonitos ojos marrones.

Con el tiempo la medicina había avanzado y ahora se podía definir si un cachorro sería alfa u omega con un análisis de sangre a partir de los cuatro años. Los cachorritos de Seokjin resultaron ser ambos alfas bastante educados y preciosos sin duda.

—Muchas gracias pequeño — le respondió el pelirrojo disfrutando del aroma a bebé que aún despedía el cachorro sintiéndose impaciente por tener a su bebé entre sus brazos y por supuesto poder percibir su aroma, se encontraba tan distraído en sus pensamientos que no se percató de que el pequeño Soo Bin se había trepado en el sofá acercándose lentamente a uno de sus hombros para después depositar una pequeña mordida en su hombro y justo después soltar un gruñido.

Jungkook se levantó de donde se encontraba casi de inmediato en cuanto escuchó al niño gruñir y alejó al cachorro de Hoseok, quien se mostraba sorprendido por lo sucedido. Seokjin también apareció en el sitio observando a su hijo con las pupilas dilatadas y la respiración acelerada, si bien, Soo Bin siempre había sido muy apegado a Hoseok, no imaginaron jamás que algo así sucedería.

—Yo lo siento de verdad Hobi, ¿estás bien? — preguntó Seokjin para después cargar a su hijo, observando con preocupación al pelirrojo quien asintió lentamente siendo abrazado de manera posesiva por su pareja. — Tú quedate quieto — dichas estas palabras le gruñó a su hijo, quien dejó de moverse de manera insistente al sentirse intimidado por el gruñido de su padre.

Después de aquello, la pequeña sala se vio envuelta por el incesante llanto de Soo Bin, quien no hacía más que sollozar y disculparse con Hoseok por haberle mordido diciendo que no lo había hecho con mala intención, dejando como algo importante la mención de un aroma diferente al que el pelirrojo portaba.

La tensión en el espacio se volvió bastante grande, tanto que la incomodidad había empezado a tornarse sofocante, Seokjin se apresuró a llamar a su esposo, quien aseguró que estaría allí de inmediato, Hoseok al no entender bien la situación llamó a Yoongi, quien quizá podría ofrecerles las respuestas que deseaban y Jungkook preocupado por ambos pequeños decidió dejar atrás lo sucedido hasta que Yoongi apareciera.

Reunió a ambos y se los llevó a la habitación que compartía con su pareja, dejándolos sobre la cama y decidiendo contarles una pequeña historia que los mantuvo entretenidos por un muy largo rato.

—Tio Jungkook, tu historia se parece a una que nos contó el tío Tae tae — comentó la pequeña Jisoo con una sonrisa relajada y el castaño frunció el ceño.

—¿Qué fue lo que les dijo? — preguntó curioso.

— Que estaba a muy poco de ser feliz con el omega que amaba, pero llegó un monstruo feo que decía ser un príncipe y lo hechizo para llevarlo con él. — respondió la pequeña con el ceño levemente fruncido y sus labios formando un puchero.

—Ese tonto — susurró pensando en una forma de hacer pagar a Taehyung por contar esas tonterías.

—¡Jungkook, Yoongi y Namjoon  llegaron! — la exclamación de su pareja fue más que suficiente para que el alfa saliera de la habitación dejando a los cachorros con una película que los mantendría ocupados por al menos una hora.

Seokjin, Namjoon, Jungkook y Hoseok se encontraban sentados en el comedor mirando fijamente a Yoongi en espera de una explicación, mientras que el peliazul se mantenía sereno totalmente desinteresado de las miradas sobre él.

—¿Por qué ese niño endemoniado mordió a mi pareja? — preguntó Jungkook en espera de una respuesta recibiendo solo un gruñido por parte de Seokjin.

—No vuelvas a llamar endemoniado a mi cachorro o te juro que te lanzo por la ventana. — amenazó el omega castaño mirando mal a Jeon.

—Quiero verlo — retó el alfa y Jin se levantó de inmediato tronando sus dedos listo para cumplir su amenaza.

—Tengo una idea de lo que puede estar pasando — comentó Yoongi y Jin volvió a sentarse mirándolo con auténtico interés. — Pero a ti no te va a gustar ni un poquito — aseguró mirando a Jungkook.

—¡Solo habla, ¿qué tan malo puede ser?

Y a partir de ese día, Jungkook aprendería a cerrar la boca...

Lazo Accidental [Junghope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora